El último fin de semana, Ecuador eligió a Guillermo Lasso como nuevo presidente, y Perú llevó adelante una primera vuelta electoral con 18 contendientes: Pedro Castillo aguarda por su adversario luego de haber sido el más votado, con apenas el 16% de los votos.
Allá por junio de 2017, tras la victoria del espacio de Emmanuel Macrón en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas, el periodista del diario El País, Marc Bassets, describió el ocaso de los partidos políticos tradicionales del país galo: “Los socialistas están al borde de la extinción. Los antiguos gaullistas, divididos. La ultraderecha del Frente Nacional puede quedarse sin grupo parlamentario. La izquierda alternativa de Jean-Luc Mélenchon, mejor situada, ocupará un lugar marginal. No hay oposición en Francia, y, si existe, será mínima y caótica.”
Tras un maratónico fin de semana electoral en Ecuador y Perú, el saldo ha dejado muchos interrogantes y una certeza: en Latinoamérica se han consolidado los frentes electorales como mecanismos para llegar al poder, relegando el peso específico de los partidos tradicionales en las coaliciones de gobierno.
Elecciones en Ecuador: Definiendo el futuro y el pasado
La lupa en el caso ecuatoriano se posó en la base de apoyos que logró conseguir Guillermo Lasso para pasar del 19,72% de los votos en la primera vuelta, a más del 52% en el ballotage. El ex banquero, conservador, neoliberal, sostenido por la democracia cristiana, logró ampliar su base electoral con la incorporación de Xavier Hervas, un dirigente de izquierda que negoció una agenda verde, el cuidado de los niños frente al avance de la pobreza y una sociedad con perspectiva de género.
Lo que Hervas le aportó a la victoria de Lasso fue, en primer lugar, elasticidad en los márgenes de la política. Además, le permitió al dirigente de CREO mostrarse abierto al diálogo con quienes piensan distinto; y, quizás el elemento más importante, fue que le discutió la agenda público-política a su rival, Araúz, quien traía consigo el ancla de Rafael Correa sobre sus espaldas.
Perú: derecha e izquierda se enfrentarán en la segunda vuelta
Del otro lado del Río Zarumillas, la contienda electoral de este último fin de semana desprendió todo su olor a naftalina: Perú quedó visiblemente atrapado en una pelea que, vista desde afuera, pareciera ser la de elegir a un nuevo presidente, pero que en realidad pugna por quedarse atrapada en las garras de la reforma constitucional que promovió el ex presidente Alberto Fujimori en 1993, o dar el salto hacia adelante y robustecer a una Casa de Gobierno tomada por la corrupción y el lobby político.
De un lado estará Pedro Castillo, maestro de escuela y dirigente sindical de la educación, que sacó poco más del 16% de los votos en la primera vuelta. Frente a él, Keiko Fujimori, hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori (resta la confirmación final del órgano electoral peruano). Quien lidere el voto “de centro” conquistará el futuro (o será revisionista del pasado) del Perú.
Elecciones en Ecuador: Guillermo Lasso venció a Andrés Arauz y es el nuevo presidente electo
De los partidos tradicionales a los frentes electorales. Este es el patrón en Perú y Ecuador, pero también en el resto de la región. Ya no entendiendo a cada país latinoamericano como receptor de una oleada de izquierda o derecha, sino entendiendo que a pesar de la atomización de los partidos políticos, y de las banderas que puede levantar tal o cual dirigente, existe un contexto, raíces y valores de cada país.
Sin ideologías dominantes, en general, la pregunta es: ¿cuán licuado llegan al poder los presidentes latinoamericanos, a medida que la fragmentación de los partidos políticos se vuelve, elección a elección, cada vez más profunda?
* José Ferrentino. Consultor en Comunicación Política - Percipi Consultores.