El año electoral inicia con más incertidumbres que certezas. Durante mucho tiempo se ha argumentado que los presidentes tienen ventajas que les permiten inclinar la cancha electoral a su favor, para una reelección.
Sin embargo, en la actualidad, los oficialismos luchan cuesta arriba para renovar su mandato. Desde la imposibilidad de continuar de Macri en 2019 hasta hoy, podríamos decir que las reelecciones se volvieron hechos fatídicos.
En América Latina, los líderes políticos enfrentan crecientes demandas sociales que no logran satisfacer, lo que ha llevado a una caída en la posibilidad de reelegirse o influir en la elección de un candidato de su mismo partido. En plena carrera electoral en Argentina, hoy nos preguntamos: ¿cómo comenzaron los presidentes latinoamericanos su último año de mandato?
Maldita reelección en América Latina
Desde el observatorio Pulsar.UBA (especializado en el estudio de la opinión pública) construimos una base de monitoreo de los niveles de aprobación presidencial en 17 países desde el comienzo del año 2020.
A partir de la pandemia de Covid-19, junto a la importante recesión que generó la actual crisis económica, con algunos condimentos de conflictos sociales importantes y un desgaste social muy marcado, quienes ocupan los sillones presidenciales han tenido que surfear distintas tormentas y fueron los oficialismos latinoamericanos los más castigados en las urnas a la hora de buscar su renovación.
La Casa Rosada no escapa a la marea de cambios que sacude la región. Salvo el caso de Paraguay, que también renueva sus autoridades nacionales este 2023 y que puede ser la única excepción en el continente, todos los demás presidentes que buscaron la reelección o que intentaron designar un sucesor que venciera en las urnas, perdieron el gobierno.
Las causas analizadas han sido varias: una ciudadanía cansada de la recesión económica, la pobreza, la inseguridad y la inflación.
Pero el contexto nacional tampoco ayuda: Alberto Fernández es el cuarto presidente peor valorado al comienzo de su último año de mandato, con un 22%. En los datos que sistematizamos podemos ver los niveles de apoyo presidencial al comienzo del año electoral de cada país en los que se celebraron elecciones presidenciales.
Ninguno de los casos analizados comenzó el año electoral con más del 30% de aprobación presidencial. A excepción de Jeanine Añez (Bolivia) que, con el 45% de aprobación al inicio del año electoral, desistió a la mitad de la carrera.
Alberto Fernández: "Mi aspiración no es ser reelecto, es que el Frente de Todos gane"
Esto es, sin dudas, un dato central para entender las dificultades de los oficialismos regionales para poder convertirse en opciones competitivas a la hora de concurrir a las urnas para renovar su propuesta política.
Reelecciones: ¿no hay esperanzas para los oficialismos?
Podría dejarse una luz de esperanza para los oficialismos. Al fin y al cabo, los meses previos a las elecciones son una oportunidad para revisar el periodo presidencial y recuperar la iniciativa pública. La evidencia no se muestra tan optimista.
El mal inicio de año de los presidentes no se modificó demasiado antes de la celebración de los comicios presidenciales. En la tabla a continuación podemos ver la última medición antes de la primera vuelta presidencial en cada país. Para Argentina tomamos en cuenta el promedio de las últimas encuestas publicadas en el mes de marzo.
En pocas palabras, los presidentes golpeados no se recuperaron ni antes ni durante la campaña electoral. El desencanto no se fue, se quedó.
Esta situación permite pensar en foco comparado el escenario en que se encuentra el gobierno nacional, en general, y Alberto Fernández, en particular.
A diferencia de otros pares, como Iván Duque (Colombia), Sebastián Piñera (Chile), Francisco Sagasti (Perú) y Mario Abdo Benítez (Paraguay), Alberto Fernandez tiene chances de ir por la reelección dado que la constitución se lo permite. Sin embargo, sus bajos niveles de aprobación podrían ponerlo en la misma mesa que Añez: desistir para que un mejor candidato de su espacio lidere la boleta.
Como parte de las discusiones que se están dando actualmente en el Frente de Todos, esta es una más. Pero, tal vez, la más central de todas. Podría ser la primera vez que el Peronismo busque la reelección y no la consiga. Los datos van contra la historia.
* Observatorio Pulsar.UBA