OPINIóN
Perú crónicas de una crisis

Que el “Perú Despertó” tenga sentido

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Calles de furia. De esta experiencia debe surgir una población vigilante, que salga a la superficie más de una semana al año. | Ernesto Jimenez IG@ernestojimenex

Perú tiene un nuevo presidente. El tercero en poco más de una semana. Francisco Sagasti, un respetado intelectual limeño, fue elegido por el Congreso unicameral para suceder en el cargo a Manuel Merino, cuyo gobierno resultó ser tan fugaz como impopular.

El primero de una serie de acontecimientos que derivaron en este desenlace ocurrió el 9 de noviembre. El Congreso destituyó por “incapacidad moral permanente” al entonces presidente Martín Vizcarra, acusado de haber recibido sobornos millonarios cuando era gobernador de la región sureña de Moquegua, entre 2011 y 2014. A continuación, el Congreso proclamó a Merino como presidente interino.

Vizcarra –cuyo gobierno catapultó al Perú a los primeros puestos de los rankings internacionales de caída del PBI y de mortalidad por COVID-19– seguía siendo, por misteriosas razones, un presidente muy popular. Aunque su proceso de destitución no violó el orden constitucional, fue visto por gran parte de la población como un golpe de Estado que obedecía a los intereses particulares de ciertas fuerzas políticas.

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Miles de ciudadanos se volcaron a las calles de las principales ciudades del Perú para manifestar su repudio hacia Merino y su gabinete. Exigían su renuncia inmediata. “Se metieron con la generación equivocada”, se leía en uno de los carteles más replicados en las marchas. “Este congreso no me representa”, fue otra consigna omnipresente en las redes sociales.

En este contexto, Merino hizo poco por apaciguar los ánimos o generar confianza. No dio la cara a la población ni pronunció mensajes conciliadores. Finalmente, prevaleció la indignación de los jóvenes en las calles. El domingo 15, tras solo seis días en el cargo, Merino cedió a la presión y renunció. 

Al día siguiente, el Parlamento votó como nuevo presidente interino al congresista Francisco Sagasti, miembro del Partido Morado y de tendencias políticas centro-liberales. El académico de 76 años fue elegido por una mayoría compuesta en gran parte por los mismos congresistas que designaron a Merino hace una semana. Esta vez, sin embargo, el proceso se consideró legítimo y democrático. 

La tarea de Sagasti será garantizar las elecciones presidenciales de abril próximo y gobernar hasta la transferencia de mando, en julio de 2021. “No es un momento de celebración; tenemos demasiados problemas, tragedias y dificultades”, señaló al juramentar como presidente. “Es un momento para preguntarnos dónde fue que perdimos el rumbo”. 

Tras una semana traumática, que deja el saldo lamentable de dos jóvenes fallecidos a causa de la represión policial durante las marchas, Perú ha logrado expectorar a un presidente corrupto. Vizcarra se convierte así en el sexto mandatario consecutivo salpicado por escándalos de corrupción en el Perú.

En cuanto a la llamada Generación del Bicentenario, se ha anotado una victoria, pero aún tiene mucho por demostrar. Hasta hace poco, las encuestas daban cuenta del desinterés de los jóvenes hacia la participación política. No hubo marchas de indignación cuando, por negligencia del Estado, morían personas por falta de oxígeno en plena pandemia ni cuando una reciente intervención policial en una discoteca provocó la muerte de trece personas. 

Para que la frase “Perú despertó” cobre sentido cabal, es fundamental que se cultive a través del tiempo un pensamiento crítico. De esta experiencia debe surgir una población vigilante, que salga a la superficie más de una semana al año. Que acceda a diversas fuentes de información, la interprete y, sobre todo, la analice antes de divulgarla. Una juventud que no se limite a repetir consignas uniformizadas ni se gaste en lapidar a la influencer de turno por no expresar su opinión –más aún, por no compartir la opinión mayoritaria– sino que se muestre tolerante hacia las posturas ajenas. 

Una generación que no acose ni pretenda censurar, como se vio en los últimos días, a un periodista televisivo que se pronunció contrario a las marchas, sino que respete y garantice la pluralidad de discursos, rechazando enérgicamente todo tipo de violencia.

*Periodista peruana.