#PeriodismoPuro es un nuevo formato de entrevistas exclusivas con el toque distintivo de Perfil. Mano a mano con las figuras políticas que marcan el rumbo de la actualidad argentina, Fontevecchia llega a fondo, desmenuzando argumentos y logrando exponer cómo piensan los mayores actores del plano del poder. Todas las semanas en perfil.com/PeriodismoPuro.
— Daniel, ¿cuál es tu opinión sobre la remoción del camarista Eduardo Freiler?
— Bueno, en mi caso, obviamente yo estoy aquí como juez, y te agradezco mucho Jorge la invitación, imaginate que en el caso del doctor Freiler, fue superior mío a lo largo de los 13 años en los cuáles yo trabajé como juez federal y, al mismo tiempo, bueno, como es de público conocimiento, la situación que de alguna manera yo estoy atravesando ahora también como magistrado, digamos, son los mismos actores los que tienen que resolver mi situación, con lo cual, me encuentro un tanto... en una situación que no me permite emitir una opinión al respecto.
— ¿Y en el caso de la procuradora que se trata en otra área, otro poder?
— Claro, lo de la procuradora fue sorpresiva la renuncia, la verdad que, por lo menos en los ámbitos profesionales y académicos en los cuales yo me muevo, no había tenido ningún adelante de esta decisión. Me pareció abrupta y bueno, sorpresiva. Sé que ahora está...
— ¿No era esperable a tu juicio que finalmente ella tuviera que renunciar?
— Bueno, evidentemente estaba atravesando una situación compleja, delicada, desde lo institucional y desde lo legal, pero al mismo tiempo, lo que ella había dejado trascender en los meses previos, en las semanas previas, era que bueno, que iba a continuar en el cargo por la importancia de los equipos de trabajo que ella estaba sosteniendo desde la procuración. Y, por lo tanto, bueno, fue un tanto sorpresiva la remoción. Yo sé que ahora está a cargo el doctor Eduardo Casal, que es un funcionario de carrera de la procuración, muy serio, muy respetado, muy equilibrado, al cual yo conocí antes de asumir como juez, yo trabajé en la procuración general y lo he conocido, he compartido tareas con...
— En la época Righi.
— En la época del procurador Righi, y, por lo tanto, en este momento, que la doctora Gils Carbó se ha pedido una licencia además por enfermedad, digamos que la Procuración y el Ministerio Público Fiscal está siendo conducido por un funcionario muy competente en este momento, provisoriamente, hasta que sea designado el nuevo procurador o procuradora.
— Daniel, ¿vos creés que detrás del llamado del consejo de la magistratura en el caso del fallo... del fallo sobre el caso Nisman, se esconde alguna intencionalidad política?
— Bueno, a ver, en ese sentido siempre... Así como los fallos trascendentes de los jueces o de los tribunales, desde un juez federal, hasta la corte suprema, todo fallo trascendente, sea que sea emitido en un sentido o el otro, que favorezca a alguien o que perjudique a otros, siempre se le va a hacer una lectura o una especulación de tipo política, como que atrás hay ciertas intenciones. Esto ha sido siempre así, lo ha dicho un fallo de la corte suprema norteamericana, la corte federal norteamericana, en 1860 esto, marcando este rasgo de las decisiones trascendentes que muchas veces toman los distintos órganos de los tres poderes del estado. Respecto a lo que vos me preguntás, digamos, debo... hay que dar la misma respuesta. Este tipo de especulaciones que puede haber una intencionalidad política detrás de un... el avance de un proceso en el consejo de la magistratura contra un juez, bueno, corre por cuenta de quien la hace. En mi caso, a mí, sinceramente, no me consta. Y, te diría más Jorge, yo, a ver, hace dos años que estamos trabajando y desarrollándose el nuevo gobierno. En mi caso personal, como juez, desde el punto de vista formal, institucional, yo nunca he tenido, hasta el jueves pasado, no había tenido nunca un gesto de parte del área de gobierno, me refiero al ministro de justicia, ministro del interior, ministro de seguridad, cancillería, lo que fuera, que haya hecho un señalamiento crítico hacia mi persona, hacia un fallo de mi juzgado. Lo que fuera. Este es el primer hecho y yo lo debo juzgar como un hecho aislado, y, por lo tanto, también me veo privado de emitir una opinión acerca de posibles intencionalidades políticas.
— A ver si interpreto bien, vos lo tomás como algo que puede no tener una intencionalidad política.
— Sí. Sí, sí, no tengo por qué asignarle o teñirlo de esa intencionalidad. Formalmente no tengo elementos para sostener algo así.
— A ver si es correcta la información periodística que se maneja, que el secretario de justicia, Juan Bautista Mahiques, jefe de asesores de la Rosada, José Torello, que recibieron felicitaciones por el presidente, por la remoción de Freiler, también estarían propulsando tu remoción, que suceda con vos lo mismo que sucedió con Freiler.
— Bueno, la verdad, que a mí como magistrado no me consta ni lo uno ni lo otro, es decir, esta cuestión que yo he leído también en algún medio, en el sentido, a un trascendido periodístico de que habría habido una felicitación. Me parece una actitud un tanto inadecuada, pero es un trascendido periodístico, no lo podemos dar, por cierto, no lo sé, la verdad que no sé, pero...
— Otra de las cosas que dijo es que vos habías hostigado al denunciaste, el oficialista Waldo Wolff para que no te critique en los medios, es otra de las versiones que trascendió.
— No, no, eso claro, yo en su momento... Sí, es uno de los... Es uno de los elementos secundarios digamos, o no, pero que están también en el dictamen acusatorio que se propició el jueves pasado, y tiene que ver con que allá por marzo de 2015, después de que yo resolví la desestimación de Nisman, bueno, este señor que actualmente es Diputado Nacional, había dicho públicamente, en un canal de televisión, que yo como juez había faltado a la verdad, a partir de la aparición de dos documentos firmados por Nisman en diciembre del 2014, es decir, absolutamente contemporáneos con la redacción de la denuncia, en donde hablaba bien del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, tenía una visión opuesta a lo que trascendía de la denuncia. Entonces, este contrasentido, también, a mí me generaba como juez cierta perplejidad, acerca de, bueno, a cuál de los dos Nisman había que creerle. Pero bueno, él sostenía y sigue sosteniendo que en verdad yo había faltado al a verdad porque esos documentos resulta que supuestamente estaban desfasados y eran anteriores y que yo a propósito, a sabiendas de eso, de todos modos, lo introduje en la resolución de desestimación. Pasaron dos años, esto se investigó en el Consejo de la Magistratura y se probó que efectivamente esos documentos, habían sido firmados en diciembre de 2014, porque vino a declarar a la sede del Consejo uno de los secretarios letrados de Nisman, que se llama Antao Cortéz, y en diciembre del año pasado dijo en la sede del Consejo que efectivamente esos documentos habían sido firmado ante él en diciembre del 2014 y que además, los había firmado también en octubre y en noviembre, rompiendo la última hoja y manteniéndolos como con vigencia. Cuestión que, además, el secretario le cuestionó al fiscal, y el fiscal le dio una explicación relacionada con que bueno, él lo quería tener listo por si lo necesitaba presentar, etcétera. Pero lo cierto es que en esos documentos, contemporáneos con la redacción de la denuncia que tiene 300 páginas y que fue presentada a mediados de enero, pero que había sido preparada previamente porque Nisman había estado de viaje, hablaba bien del gobierno de Cristina Kirchner, elogiaba y citaba el discurso que la ex-presidenta había dado en Naciones Unidas en septiembre del 2014, unos meses antes y, por lo tanto, digamos, era sostenible y yo defiendo con convicción el hecho de que yo introduje esa cuestión como un último agregado a la resolución de desestimación. Entonces, vuelvo a la pregunta que me formulabas. Cuando yo veo que este señor, en nombre de la dirigencia comunitaria, porque era ex- Vicepresidente de la DAIA, públicamente dice que yo había faltado a la verdad, cosa que no era así. Yo lo llamé, porque tenía una relación previa, y le pedí explicaciones, le dije: "¿por qué estás diciendo esto? Esto que no es así". Alguien que no es abogado, además, es un dirigente comunitario que no era abogado, entonces yo quería pedir explicaciones y le quería explicar.
— Y darle.
— Y darle las explicaciones para que deje de difamarme. No lo logré, y hasta el día de hoy, pese a que esto ya está demostrado que es así, este señor sigue diciendo exactamente lo mismo. Pero bueno, yo por lo menos, en ese caso... Claro, en ese intercambio, que fue acalorado, fue una conversación áspera, pero que en ningún momento yo le alcé la voz, ni lo insulté, ni mucho menos lo amenacé, bueno, así y todo es una de las cuestiones de las cuales bueno, voy a dar explicaciones el próximo jueves.
— ¿Y qué esperás que ocurra el siete de diciembre cuando te presentes en la Magistratura?
— Bueno, a ver, yo, tanto como funcionario de la carrera judicial de 30 años, como juez federal, como docente universitario, yo siempre confío en las instituciones democráticas, siempre tengo fe en que los mecanismos previstos por la Constitución nada menos, para mantener el equilibrio de fuerzas y las tensiones entre los distintos poderes de Estado, permitan resolver este conflicto, resolver esta situación, de la manera correcta, de la mejor manera, que en este caso, por supuesto, por lo menos desde mi perspectiva, es, por supuesto, que se archiven estas acusaciones. De modo tal de que yo voy a hacer uso, por supuesto, del ejercicio de la defensa, en este caso, especialmente porque cuando se votó esta cuestión el jueves pasado, los consejeros dejaron bien en claro de que entendían que era necesario y hasta ineludible, dado el tenor de las acusaciones que se habían formulado en el marco del expediente, de que el juez venga y dé las explicaciones del caso. Yo lo voy a hacer, lo voy a hacer, voy a exponer mis puntos de vista como juez en el caso. La mayoría va a ser cuestiones técnicas y jurídicas, por supuesto, pero además voy a responder a todas las preguntas, de modo tal de aclarar todas las dudas y despejar todos los prejuicios en todo caso o cuestionamientos que pueda haber alrededor en la actuación en este caso.
— Sos optimista.
— Siempre soy optimista, la verdad, no sé si es un defecto de mi personalidad, pero yo me acuerdo cuando asumí en 2004, que tenía por delante el enorme desafío de la reapertura de las causas de lesa humanidad. Vos lo conocés bien Jorge, porque sos uno de las víctimas reconocidas por el juzgado...
— No, y yo tuve que declarar en tu juzgado.
— Por la justicia, vos has venido a declarar. Mirá, casualmente, hace dos días tomé personalmente una declaración muy importante de un suboficial de gendarmería que está colaborando con la instrucción, de apellido Talavera y recordaba tu paso por Olimpo en el año 79. Era un momento en el cual había pocos detenidos desaparecidos.
— Porque era el final, final.
— Exacto, era el final, final, en el 79, recordaba tu nombre, después puedo alcanzarte una copia de la declaración. Pero yo recuerdo en 2004, cuando asumí el cargo, y teníamos... Era pleno... Todavía no había salido el fallo Simón, de la corte del 2005, y tenía ese enorme desafío de enfrentar la reapertura de todas las investigaciones de delitos de lesa humanidad. En ese momento había un coro de personas, de distintos ámbitos y procedencias, incluyendo los abogados por ejemplo de los justiciables, de los imputados, que sostenían que esta incipiente reapertura de los procesos, bueno, iba a durar hasta la elección de medio término, que esto no tenía mucho recorrido, que no iba a tener el aval de la sociedad, que de una u otra manera esto se iba a terminar cayendo. Y yo siempre trabajé con ese optimismo que me ayudó mucho en aquel...
— Con el optimismo te ha ido bien.
— Sí, la verdad que sí, sí, tanto en el plano personal como en el plano profesional y esta instancia, a la cual ahora yo me voy a enfrentar, no es la excepción.
— ¿Le hiciste saber al gobierno en algún momento que aceptarías una salida elegante, que te gustaría ser defensor ante la corte?
— Bueno, no le hice saber directamente, no tengo por qué hacerle saber, no tengo relación... No tuve relación nunca con ningún gobierno. En ese sentido hay como una distancia y un respeto, por lo menos de lo que es mi juzgado con todos los poderes políticos sucesivos, pero sí hay un dato objetivo, que es el hecho de que precisamente porque yo después de 13 años, entiendo que la mayoría... Digamos, yo asumí un compromiso, cuando asumí el cargo, asumí un compromiso con los colectivos de sobrevivientes y familiares del terrorismo de Estado, de proveer de la mejor manera posible...
— De esta mega causa que tenías.
— Justicia, verdad, reparación.
— ¿Es la más grande de todas?
— Es la más grande de todas, sí, sin ninguna duda. Nosotros hemos reconocido judicialmente casi 2000 víctimas y unos 200 acusados, de los cuales la mitad ya están condenados aproximadamente, porque se han ido elevando a juicio, por tramos, algo así como de 30 centros clandestinos que funcionaron en el marco de la causa del Primer Cuerpo. Yo durante los últimos cinco o seis años, sin perjuicio de que tuve oportunidades de anotarme en otros concursos para seguir promoviéndome con la carrera judicial, no lo hice, porque sentía que tenía que... todavía tenía deudas que cumplir, que honrar con estos colectivos. Tengo la sensación a 13 años de trabajo constante en esta causa, que bueno, ya estoy en condiciones de dejar el cargo y de aspirar a un cargo de mayor jerarquía. Esto fue lo que a mí me decidió a, hace algo así como cuatro o cinco meses atrás, de anotarme en un concurso para tres cargos de defensor adjunto, ante la Corte Suprema, que me parece que es un cargo muy atractivo, tanto desde lo profesional como desde lo académico, es un interesante desafío profesional, es una promoción, es un ascenso, a cargo superior.
— Esta es otra información también incorrecta, porque dicen que no se había abierto el concurso para defensor...
— ¿Perdón?
— Que esa es otra de las informaciones incorrectas que andan circulando.
— Claro, hay un problema de precisión de datos. Es decir, el concurso se abrió, se llamó a concurso, yo presenté todos los antecedentes, que estuve como un mes para reunirlos, de todo tipo, se venció el plazo, se anotaron algo así como 50 candidatos, aspirantes a estos tres cargos, es decir, que yo no tengo nada ganado, tengo que ir a...
— Competir.
— A competir, exacto, en igualdad de condiciones con otros 49 colegas, muy competentes también, y, lo que no, lo que no se abrió fue la etapa, la instancia de la evaluación, que creo que va a ser en febrero.
— El concurso se abrió, evidentemente.
— El concurso está abierto, por supuesto, ya están inscriptos...
— Los otros dos cargos...
— No, no, por eso, son... El concurso es para cubrir tres cargos, que se crean de defensor ante la corte.
— Los tres cargos son de defensor ante la corte.
— Exactamente. Entonces, bueno, hay que estar entre los cinco mejores para estar en una terna y bueno, tener la aspiración a ser seleccionado. Pero esto es todo, digamos, no sabemos, depende del concurso, del examen.
— Vos recién decías que no te constaba que se haya celebrado con euforia en el Gobierno y sin disimulo la destitución del camarista Eduardo Freiler. Independientemente de que no te conste, ¿te parece...? Primero, ¿hay algún otro antecedente en el pasado de que un gobierno celebre la remoción de un juez y te resultaría pertinente?
— No, no, que yo recuerde, no. No. No, no lo recuerdo. A mí no, que yo recuerde no.
— ¿Y te parece que de ser así sería...?
— Por eso, de ser así, sería algo inadecuado, por supuesto, sí, claro, sí, sí.
Leé la entrevista completa de Jorge Fontevecchia acá.