La disputa por el control del negocio de la droga en Rosario inundó de sangre y modificó la escenografía de los barrios de la periferia de la ciudad más poblada de Santa Fe. Los tiros retumban a diario pero nada sorprende: la falta de respuestas y el paso del tiempo hacen que los vecinos terminen acostumbrándose a un sonido que antes los atemorizaba. No solo se naturalizaron las balaceras: también las muertes.
El ataque a tiros de esta semana contra el canal Televisión Litoral motivó el repudio de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), pero no sorprende porque lo preceden decenas de hechos similares a edificios judiciales, casas de fiscales y jueces, jefes policiales y dirigentes políticos.
La violencia no cede en una ciudad que este año marcó un nuevo récord, con 282 homicidios. Los narcos desafían desde las cárceles a los poderosos y mucho más a los que definen su futuro. Nazareno Uriel Gauna (22), un presunto sicario apodado “Anteojitos”, con contactos en Los Monos y otras organizaciones, no se quedó callado en una audiencia judicial que se realizó vía Zoom. “Esto no va a quedar así”, le dijo al fiscal Franco Carbone.
“Anteojitos”, que antes de la pandemia trabajaba como personal de limpieza en edificios, está detenido desde abril pasado, acusado de ser un gatillero que trabaja para varias bandas, entre ellas la célula criminal liderada por Máximo Ariel “el Viejo” Cantero y la del piloto narco Julio Andrés Rodríguez Granthon (27), alias “Perú”.
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Gauna no parece un hombre de peso en el mapa del narcotráfico rosarino, pero su nombre –y más veces su apodo– se repite en las escuchas más recientes con los líderes y laderos de las organizaciones.
“Anteojitos” no es el primer narco que amenaza en vivo. El año pasado, en el inicio del juicio a Los Monos, “Guille” Cantero lanzó una frase que todavía retumba en los tribunales rosarinos: “Contrato sicarios para tirar tiros a los jueces”, respondió cuando le preguntaron a qué se dedicaba.
En sus múltiples perfiles de Facebook, “Anteojitos” se muestra con ropa de Rosario Central pero no se declara fanático de Angel Di María o “el Negro” Palma. Su ídolo es un personaje de ficción, pero que habla mucho de él: Tony Montana, el poderoso narco de la película Scarface que lidera el negocio de la droga en Miami.
Esta semana, “Anteojito” fue imputado por el delito de asociación ilícita junto a otros 18 narcos más, entre los que sobresale el nombre de Rodríguez Granthon, considerado el mayor abastecedor de cocaína de máxima pureza de Rosario.
Alias “Perú” o “Peruano” –como se lo conoce–, es piloto civil de aviones y está detenido desde 2019. Actualmente se encuentra en el Complejo Penitenciario de Ezeiza. Desde allí –como tantos otros capos narcos– seguiría manejando los hilos de su organización. “Trabaja operando desde su celda las 24 horas por un teléfono celular”, explicó el fiscal Carbone. De hecho, hace poco lo imputaron por su presunta vinculación con el asesinato del exconcejal rosario Eduardo Trasante, ocurrido el 14 de julio pasado.
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Rodríguez Granthon, a diferencia de Gauna, fue imputado como jefe de la asociación ilícita.
Según el dictamen, la fiscalía “les atribuye (junto a otras personas identificadas con pedido de captura vigente y menores de edad) haber formado parte de una asociación criminal que se dedicó a cometer delitos contra las personas, contra la vida, contra la propiedad, contra la libertad, contra la administración pública y contra la seguridad pública, en las localidades de Rosario, Arroyo Seco y Funes”.
Para los investigadores del caso, esta organización “realizó un despliegue de actos de violencia en la ciudad de Rosario, particularmente en algunos barrios de las zonas oeste y norte”.
El principal objetivo pasaba por controlar el territorio para “desarrollar sus actividades ilícitas y excluir a la competencia”. También “doblegar la voluntad de las personas que mantenían deudas con la organización para obligarlas a pagar” y además “sembrar temor en la zona”.
Para los fiscales, Nazareno sería uno de los gatilleros de la organización de la que formaría parte también Mauro Rial, otro de los narcos detenidos y con quien hablaba regularmente. Ambos –según la causa– responden a las órdenes del jefe de la agencia de sicarios, Brian Villalba, preso en la cárcel de Piñero.
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“Te va a tirar cien lucas, pero al loco le gusta… El loco, te digo la posta, amigo, de palabra… El loco quiere fiambre. Vos le hacés fiambre y el loco te va a pagar lo que vos le pidas, ¿me entendés?”, le dijo Rial a Gauna, en una de las escuchas que fueron ventiladas esta semana en la audiencia imputativa.
De acuerdo a la investigación, “Anteojitos” “se comunicaba directamente con Rodríguez Granthon y Villalba, a quienes daba cuenta del resultado de los hechos de violencia cometidos y a quienes reclamaba el pago por los mismos.
“Era el encargado de reclutar personas y de disponer de armas de fuego para cometer los hechos delictivos ordenados por los jefes de la asociación, de los cuales en ocasiones participaba personalmente”, dice el escrito de imputación.
Según los fiscales, el narco piloto era también el que financiaba la agencia de sicarios, con “un sueldo semanal por el simple hecho de estar a sus órdenes”.
En el dictamen, la fiscalía identificó a Brian Villalba, Jorge Pérez, Nazareno Gauna, Javier Alvarenga y Luis Adolfo Lallana como sus gatilleros, los hombres que presuntamente ejecutaban el plan de miedo y terror.
“Siempre quiere que mate a alguien”
“Anteojitos” Gauna (22) aparece en varias escuchas telefónicas, pero a diferencia de otros personajes del hampa él habla de manera clara y directa, como si no supiera que su línea podría estar intervenida.
En una conversación que mantiene con un narco identificado como Nelson “Pandu” Aguirre, detenido en la cárcel de Coronda, Gauna recibe órdenes para realizar un trabajo.
“Ahí la señora te va a dar una moneda. Y cuando hagamos lo de las escuelas te va a dar otra”, le dice “Pandu”, en un audio que fue difundido por el programa De 12 a 14 (El Tres).
Según los investigadores, esa señora que menciona el interlocutor sería Celestina Contreras, la mamá de “Guille” Cantero, el histórico líder de Los Monos, que actualmente cumple una condena a 96 años de prisión.
“Estoy acá, en la casa de la señora”, le dice “Anteojitos” a “Pandu”, en otra de las conversaciones. “Bueno, bueno. No le cobres mucho, ¿me escuchaste?”, le pide “Pandu”.
Luego, el sicario habla de la bolsa llena de billetes que recibió y suelta una cruda confesión: “Me gusta trabajar con ese hombre porque cada vez que hablo con ese hombre quiere que mate a alguien”.
La imputación
◆ Nazareno Uriel Gauna, de 22 años, fue detenido en abril pasado e imputado esta semana como miembro de una asociación ilícita comandada por el piloto de aviación Julio Andrés Rodríguez Granthon (27), alias “Perú”.
◆ Los fiscales Franco Carbone y Valeria Haurigot creen que se trataría de un sicario que trabajaba para varias organizaciones, entre ellas la de Los Monos.
◆ En el caso de la banda liderada por Rodríguez Granthon, sería “el encargado de reclutar personas y de disponer de armas de fuego para cometer los hechos delictivos ordenados por los jefes de la asociación”.