Roxana caminaba con su bebé en brazos. Iba a comprar pañales. Faltaban un par de metros para cruzar la avenida Márquez, en el partido bonaerense de San Martín, cuando un auto que escapaba de la policía la atropella. Ella queda sobre el capot pero su hija, de siete meses, sale despedida y termina en el piso.
La persecución fue filmada por las cámaras de seguridad del municipio. Se inicia a pocas cuadras de las calles Eva Perón y José C. Paz, donde un hombre de 61 años había denunciado que tres sujetos armados lo habían amenazado y robado su coche, un Chevrolet Aveo de color gris.
Una camioneta policial inicia un seguimiento de cerca, al que se suman otros móviles. En el video –que fue difundido por la Municipalidad de San Martín– se ve cómo uno de los policías asoma medio cuerpo por la ventana del acompañante con el objetivo de amedrentar a los ocupantes del coche. Es el inicio de la persecución.
El delincuente que conduce el Aveo intenta por todos los medios seguir su marcha sin importarle las dificultades que se le presentan cuando circula por la avenida Márquez. Para sortear un semáforo se sube a la vereda e inicia una carrera descontrolada. Primero choca contra un Ford Taunus y enseguida atropella a Roxana y su beba. Ni eso lo detiene. Pocos metros después vuelve a chocar; esta vez contra dos vehículos estacionados: una camioneta Peugeot Partner y un Fiat Uno. Es el final. Los tres delincuentes –dos de 17 años y el otro de 19– bajan corriendo sabiendo que no tienen escapatoria. Se arrodillan y levantan las manos en señal de rendición.
Al mismo tiempo, Roxana y su pequeña hija, que fue reanimada por un joven bombero (ver aparte), son asistidos en el lugar. Por milagro ambas se encuentran fuera de peligro.
El héroe en esta historia
“Lo primero que hice fue agarrar a la nena, no respiraba, me saqué la remera, la envolví y comencé a hacerle RCP (reanimación cardiopulmonar). No reaccionaba, pero seguí y a los tres minutos volvió a respirar. Cuando la beba volvió a llorar, yo también lloré”. Juan Cruz pronuncia estas palabras y todos a su alrededor se emocionan. El, un joven bombero voluntario como su padre, le salvó la vida a una beba de siete meses que había volado por los aires al haber sido atropellada por un auto conducido por delincuentes cuando estaba en brazos de su mamá. “La revisé y no tenía ningún hueso roto. En un patrullero la llevé al hospital Eva Perón, envuelta en mi remera, y se la entregué a los médicos”, detalla. Su accionar le salvó la vida a la pequeña y él se convirtió en el bomberito héroe.