POLICIA
Ver para creer

Detuvieron al presunto violador de Recoleta

Tiene 27 años y estuvo internado en el Borda por el abuso sexual de una menor. Los investigadores dicen tener "evidencias concluyentes".

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Un joven de 27 años, que había cumplido una condena por violar a una menor, quedó detenido hoy acusado de haber sido el agresor sexual de un grupo de mujeres que en los últimos meses fueron atacadas en el barrio porteño de la Recoleta.
Según revelaron a DyN fuentes del caso, los investigadores llegaron hasta el sospechoso a través de los rastros de semen que había dejado en dos de sus ataques sexuales y que permitieron cotejarlo con sus antecedentes penales.

Las fuentes precisaron que el acusado había sido detenido con anterioridad por el delito de "abuso sexual" en perjuicio de una menor de edad y, según se estableció, cumplió una condena en una Unidad Penal Hospitalaria hasta que recuperó la libertad.
El ahora detenido vivía con sus padres en una casa de la calle La Rioja 2200, de Parque Patricios, donde hoy fue detenido.
No obstante, el hombre trabajaría por la zona de Recoleta, situación que le permitió rondar la zona donde ocurrieron los ataques, precisaron a DyN los voceros policiales.
El caso del supuesto "abusador de Recoleta" conmovió la tranquilidad porteña en noviembre y diciembre pasado, cuando se conocieron casi una docena de chicas jóvenes que habían sido sorprendidas y atacadas cuando entraban a sus edificios o cuando estaban en los negocios donde trabajaban.
Según la investigación, el atacante parecía tener las mismas características: un joven que iba con una mochila, que intentaba forzar a la víctima para tener sexo y que podía apropiarse del dinero que llevaban las jóvenes.
Los detectives de la División Delitos Contra la Salud de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal, a cargo de la investigación, llegaron esta tarde hasta un casa situada en la calle La Rioja al 2000, de Parque Patricios.
Allí, vivía el sospechoso junto a sus padres que se mostraron sorprendidos por el procedimiento, mientras el buscado se entregó sin resistirse.
En el lugar, los detectives incautaron una pistola Bersa calibre 22, una suma de dinero en dólares, pesos y euros, anillos y ropas femeninas que pertenecerían a las víctimas y la mochila que, según la denuncias, usaba el agresor cuando las atacaba, precisaron las fuentes a DyN.
Los detectives llegaron hasta este hombre luego de analizar minuciosamente cada una de las denuncias y los hechos de violación cometidos en los barrios de Recoleta, Palermo y Belgrano en los últimos meses, con lo cual lograron establecer la modalidad empleada por el delincuente y las características en común entre los sucesos ocurridos. Fuentes de la pesquisa le contaron a DyN que en dos oportunidades las víctimas lograron aportar a la Justicia restos de semen del violador, una prueba que había quedado en sus ropas y en los pisos de los escenarios de los delitos.
Con esos elementos, los detectives lograron determinar un mismo patrón genético en distintos casos, el cual coincide con el del acusado.
El patrón genético del sospechoso había quedado archivado y registrado con su anterior detención.
Ahora, los expertos deberán hacer otro análisis genético para verificar las sospechas, pero los investigaciones entienden que están ante prueba "muy sólida".
"Fueron dos meses de investigación en los que fuimos colectando importantes pruebas con el apoyo de la Fiscalía y, en base a hechos anteriores, pudimos hacer una comparación y concretar esta detención", dijo el subcomisario Eduardo Esposito, subcomisario de la División de Delitos Contra la Salud.
El jefe policial subrayó que "estamos ante una prueba muy importante", al dar entender que la principal acusación es el ADN del imputado.
Según creen los investigadores, el detenido concretó en total unos 30 asaltos en la zona de Recoleta, Palermo y Belgrano, de los cuales 12 fueron denunciado formalmente ante la Justicia. Luego de comparar cada uno de los hechos de abuso, los policías de Delitos Contra la Salud lograron establecer que el depravado siempre buscaba mujeres de entre 20 y 25 años que caminaran en soledad durante las noches, a las que sorprendía cuando entraban a los edificios.
Además, en varias oportunidades, el hombre abusó de empleadas de locales comerciales de la zona a las que sorprendía cuando se retiraba algún cliente y las amenazaba con un arma de fuego tras lo cual las llevaba al fondo del negocio y las sometía.