POLICIA
el arresto del ex magistrado platense

Los whatsapps que complican al ex juez César Melazo con una banda mixta

Al menos dos presuntos miembros de la organización acusada de cometer todo tipo de ilícitos lo mencionan en distintos chats.

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Destino. Melazo salió de su casa esposado y fue alojado en la División de Investigaciones de Delitos Violentos de la Policía Federal. Hoy será indagado. | AG LP / NA

“Ese lugar no había que tocarlo porque es amigo de (César) Melazo, de (Fernando) Burlando y de toda gente de la política”. Juan Farías estaba preocupado, pese a que, según se comentaba, él mismo pertenecía al círculo de amigos del ex juez. Se lo dijo a su hermano antes de ser asesinado, en su casa de La Plata, en diciembre de 2010.

El robo al empresario y director técnico de fútbol Roberto Zapata fue su sentencia de muerte pero, también, la primera pieza del dominó que terminaría derrumbando una estructura delictiva en la que estarían implicados ladrones, policías, barras y agentes de la Justicia platense, entre ellos, Melazo.

El ex magistrado fue apresado durante la madrugada de ayer por efectivos de la División Investigación de Delitos Violentos de la PFA (ex Homicidios), acusado de brindar protección a la banda mixta para cometer todo tipo de ilícitos.

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Para los detectives, en el expediente hay diversas pruebas que lo relacionan con el ex comisario inspector Gustavo Bursztyn, considerado como uno de los líderes de la banda, con Farías –quien se refería al ex juez como “un padrino” a quien llamaba cuando las cosas se complicaban– y con otros integrantes del armado delictivo.

Según relataron testigos en la causa, la víctima del homicidio les había revelado que “muchos de estos hechos se trataban de llevar a cabo cuando ese juzgado estaba de turno, ya que les garantizaba que si algo salía mal, lo podían solucionar…”, en referencia al  ex titular del Juzgado de Garantías Nº 2 de La Plata.

Incluso, durante la instrucción de la causa por el homicidio, se cometieron numerosas irregularidades con el fin de dejar el caso impune, otro indicio para los encargados de la causa sobre la protección judicial con la que contaba el grupo criminal, en la que también está involucrado el ex fiscal Tomás Morán.

Fuentes del caso indicaron a PERFIL que fue Melazo quien habría dado la orden de no asaltar a Zapata, por la que consideran esa la principal hipótesis del homicidio que dio origen a la investigación a cargo de la fiscal Betina Lacki.

Los chats. A la del Flaco Melazo se le sumaron las detenciones de Rubén “Tucumano” Herrera –ex barra de Estudiantes, devenido en exitoso empresario– y de Enrique “Quique” Petrullo, un operador judicial “con llegada” y a quien se le atribuye mejorar la situación procesal de sus clientes a través de sobornos a la Justicia.

Las conversaciones por WhatsApp entre Petrullo y Javier Ronco –uno de los principales detenidos en la primera tanda de allanamientos– llevan aún más claridad al rol que desempeñaba el ex juez en la banda.

“Es largo el camino pero se puede hacer tan corto”. Javier Ronco –con arresto domiciliario por un doble homicidio al momento de su nueva aprehensión– reflexiona en un mensaje luego de observar una foto de Melazo junto a otras personas en una mesa. “No nos van a alcanzar las balas para tantos putos”, responde amenazante Petrullo en los chats a los que tuvo acceso este diario y los que también hacen mención a Morán, a quien Ronco denunció en 2014 por haberlo “intimado” a pagar 30 mil dólares.

El convicto estaba molesto, según se desprende de los mensajes, por el dinero que habría pagado a los agentes judiciales, pero le baja el tono a la vendetta: “Con pelarle los bolsillos me alcanza, como lo hicieron a mí”. “Así será”, le promete Petrullo. Esa conversación ocurrió en enero de 2018. Meses más tarde, una semana antes de la detención de Ronco, hay otra conversación que complica a Melazo. Una visita sorpresiva de Herrera los alerta sobre la situación de la nueva investigación. Estaban “todos asustados”. “Sabe que se le viene la noche”, dice Petrullo sobre la repentina aparición del Tucumano. “Vino a traerme el respaldo de ‘Mela’”, dice Ronco. “¿De ese gil?”, pregunta su interlocutor. “Le dije que tengo un amigo más arriba con él”, responde el segundo hombre con desprecio.

Los pesquisas estiman que en esa charla hace evidente que los miembros de la banda estaban al tanto de los devenires de la causa.

Allanamiento. El ex juez dormía junto a su familia cuando los agentes de Homicidios irrumpieron en su residencia de Gorina. Sin prestar resistencia, Melazo siguió el procedimiento de detención. Al ser trasladado de La Plata a la Ciudad de Buenos Aires, se defendió ante la prensa: “Voy a hablar ante la fiscal. Nunca fui procesado, nunca tuve una causa penal”.  “Todas las armas son mías”, aclaró sobre el arsenal hallado en su casa, entre los que se cuentan un rifle automático, con mira y silenciador, una pistola glock 9 mm y un fusil de guerra.

Hoy a las 11, será indagado por la fiscal Lacky, junto a los otros dos detenidos.

 

Un mono y muchos ‘aplaudidores’

César Melazo nunca fue un juez más en la ciudad de La Plata. En su extensa carrera como magistrado intervino en infinidad de casos resonantes. Entre ellos, la brutal salidera que sufrió Carolina Píparo y el recordado tiroteo durante el traslado de los restos de Juan Domingo Perón a la quinta de San Vicente.

En noviembre de 2016 fue apartado de su cargo por presuntas irregularidades y en junio del año siguiente presentó su renuncia. “Es una cuestión política, un panfleto político. Demuestra que hay una voluntad de escracharme, de romper el nombre y el honor para sacar un rédito por parte del gobierno de la Provincia”, expresó en su momento.

En su última etapa como magistrado empezó a jugar fuerte políticamente: no ocultó su apoyo hacia el kirchnerismo y hasta fue candidato a presidente del club Gimnasia en 2013, aunque no sumó demasiados votos y terminó ocupando el último lugar.

En la capital provincial muchos recuerdan sus cumpleaños multitudinarios. Como el que organizó en el año 2012, cuando cumplió 51 años. La celebración fue en la misma casa donde ayer fue detenido.

Sindicalistas, como el Pata Medina, por entonces titular de la Uocra platense; ministros, como Alberto Pérez y Ricardo Casal; fiscales, como Marcelo Romero y Virginia Bravo; reconocidos abogados, como Fernando Burlando, y policías, como el ex jefe de la Bonaerense Juan Carlos Paggi, compartieron la misma mesa.

Aquella tarde de agosto Melazo mostró su costado más excéntrico: presentó en sociedad a su mascota, el monito Turu, al que llevó en su hombro durante largos ratos.

 

La última entrevista

”Es imposible que termine preso”, decía César Melazo en una entrevista con PERFIL, publicada en la edición del sábado 28 de julio pasado. El ex juez aparecía mencionado en la causa que investigaba a una organización mixta, integrada por delincuentes, barras y policías.

“Yo estuve toda mi carrera persiguiendo delincuentes, no haciendo negocios”, se defendió.

Melazo sostuvo que era un perseguido político. “A mí me pegaron por todos lados. Yo tuve que renunciar y después echaron a mi hija, que trabajó cuatro años de empleada en el Ministerio de Educación, echaron a mi hermano después de 12 o 14 años en el Grupo Bapro, y echaron a mi sobrino, todos de apellido Melazo, por cierto. Cero tolerancia”, señaló.