POLICIA
Detalles de la investigacion

Maras: cómo era el plan para instalarse en Argentina

La captura de dos miembros de la pandilla centroamericana destapó la intención que tenían de establecer una base del cartel de drogas peruano más importante. Galería de fotos

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Cabecillas. Son primos. Ingresaron al país en noviembre del año pasado. Los investigadores sospechan que, para evitar los controles, llegaron desde Chile y por tierra. | Prensa GPBA
Alfredo Jesús Castillo integró el grupo especial de los boinas verdes del Ejército de Perú, donde recibió entrenamiento de comando, paracaidismo y marítimo. Pero desertó de la fuerza hace dos años, cuando comenzó su carrera como sicario en el temible cartel de Gerald Oropeza.

El destino fue el mismo, pero el camino que recorrió Richard Castillo Salazar, alias “Mocosón”, fue muy diferente. Comenzó su carrera delictiva a los 14 años, cuando escapó de su casa y se dedicó al robo de carteras. A medida que crecía, los botines que buscaba Mocosón eran cada vez más ambiciosos: camiones, comercios y blindados; también, secuestros extorsivos e “innumerables” homicidios.

Con ese perfil a cuestas, escaló posiciones en la organización narco liderada por Oropeza, conocido como “el Tony Montana peruano” e incluso llegó a liderar, junto a su sobrino, la rama de la Mara Salvatrucha (“MS13”) en ese país. Quienes siguen sus pasos, aseguran que Mocosón “mata por placer”. 

Su primo, René “el Cojo” Castillo, completa el trío. Cuando fue capturado, en octubre del año pasado, llevaba un chaleco antibalas y una pistola 9 mm. Pese a que las autoridades de Perú creen que es uno de los sicarios más cercanos al jefe del cartel y que también es parte de la MS13, su abogado negó a la prensa los vínculos y aseguró que trabajaba como seguridad en una empresa de bebidas. 

Los tres hombres habrían llegado a Villa Celina hacia fines del año pasado con un objetivo: operar en el país como una célula de la organización liderada por Oropeza, según indicaron fuentes de la investigación a PERFIL.

Lo habrían hecho por tierra y a través de Chile, en los últimos meses de 2015, para evitar ser detectados por los controles. En febrero, Mocosón, Jesús y el Cojo ya habían establecido las bases del negocio en la villa Las Achiras, donde demostraron sin pudor su capacidad de fuego, clave para el control del territorio. El lugar elegido sería parte del plan.

Las fuentes que participaron en el operativo que desarticuló a la banda indicaron a este diario que la intención de sus líderes era establecer una “nueva 1.11.14” en el Conurbano. El barrio ubicado a sus espaldas y detrás del Mercado Central, en una zona repleta de talleres de costura clandestinos, tiene características demográficas y edilicias similares a las de la villa del Bajo Flores. Además, Las Achiras posee una rápida salida a la autopista, beneficio que ya comenzaron a utilizar los narcos del asentamiento de la ciudad de Buenos Aires –donde los controles se reforzaron– como ruta alternativa y de fácil acceso para remises y taxis que ingresan los estupefacientes. En ambos asentamientos, al igual que en el resto de las zonas más conflictivas, el narcotráfico está mutando. “Ya no se ven grandes estructuras, sino grupos atomizados conformados por familias”, detalló un investigador a PERFIL, que negó vínculos de los peruanos detenidos con la organización que sería comandada por Marcos Estrada González.

En el caso de los integrantes del cartel de Oropeza en La Matanza, los detectives indicaron que los miembros de la banda, dedicada al narcomenudeo, fueron reclutados en el territorio. 

Aunque circulaban en vehículos de alta gama, los tres jefes residían en una modesta casa de Tristán Suárez “para no llamar la atención”. En esa vivienda fueron detenidos el jueves, tras una investigación de la Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de La Matanza. En la causa intervino el fiscal Marcos Borghi, titular de la a UFI Temática de Estupefacientes de ese departamento judicial.

Aunque los planes de extensión de la banda se limitaban a los márgenes de Villa Celina, el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, advirtió que el fenómeno de las maras en el Conurbano “está extendido por otros lados”. “Entre 2007 y 2008 habrían ingresado al país algunos de sus miembros y podrían haberse instalado en otros distritos, como Florencio Varela y Berazategui”, indicaron fuentes calificadas.


Cartel con un líder excéntrico

El nombre de Gerald Oropeza, alias “Tony Montana” o “Caracortada”, trascendió en la prensa peruana cuando su Porsche blanco fue baleado por sicarios en una avenida de Lima, en abril del año pasado. 

El presunto capo narco, vinculado al cartel de Sinaloa y a la mafia italiana, sobrevivió al ataque de los asesinos a sueldo contratados por el líder de la banda rival, quien pretendía quedarse con el control total del tráfico de drogas en el Puerto de Callao, de ahí el nombre del operativo desplegado por la División de Drogas Ilícitas de la Policía de Buenos Aires.

Los medios de Perú difundieron detalles de la lujosa vida, las fiestas y los viajes de Oropeza, quien se presentaba como el dueño de una empresa de limpieza. 

En septiembre de 2015, el capo del cartel peruano fue apresado en Ecuador. Creen que los sicarios detenidos este jueves fueron enviados para continuar el negocio.