POLICIA
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Prueban nexos entre dos grandes capos narcos

Quince años después, y tras el análisis de seis causas que se tramitan en distintos juzgados, se pudo establecer que Delfín castedo –un terrateniente salteño– era proveedor de la droga que traficaba el abogado carlos Salvatore.

PRESOS. Delfín Castedo (izq.) dueño de 28 mil hectáreas, fue detenido el año pasado. Carlos Salvatore (der.), que llegó a amenazas a una jueza, está en el penal de Ezeiza.
PRESOS. Delfín Castedo (izq.) dueño de 28 mil hectáreas, fue detenido el año pasado. Carlos Salvatore (der.), que llegó a amenazas a una jueza, está en el penal de Ezeiza. | Cedoc

La sociedad entre dos pesos pesados del narcotráfico en Argentina era clara: Delfín Reinaldo Castedo tenía la llave de entrada de la cocaína al país y Carlos Salvatore, la de salida. La relación se remonta a, por lo menos, junio de 2002: Castedo fue detenido en Aeroparque con 23.514 dólares y 3 mil euros. Salvatore se presentó como su abogado y logró que le devolvieran el dinero. Tiempo después se comprobó que la documentación presentada era falsa.

Quince años más tarde, el trabajo articulado de los fiscales federales Leonel Gómez Barbella, de Lomas de Zamora; José Bruno y Carlos Amad, de Orán, y Eduardo Villalba, de Salta; junto a las Procuradurías de Narcotráfico (Procunar), a cargo de Diego Iglesias, y de Criminalidad Económica y Lavado de Activo (Procelac), bajo la dirección de Gabriel Pérez Barberá y María Laura Roteta, lograron probar el nexo, tras el análisis de seis causas que tramitan en diferentes juzgados, a lo largo del tiempo.

Entre otras pruebas, fue clave en la contienda el testimonio de un arrepentido de la causa Carbón Blanco –de 2005–, quien describió cómo participó Castedo en la maniobra que posicionó a Salvatore como uno los principales organizadores del narcotráfico en Argentina. 

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Castedo fue –según el procesamiento al que tuvo acceso PERFIL– quien “gestionó, procuró y/o proveyó la cocaína que fue embalada en bolsas de ‘carbón vegetal’, las que luego fueron acondicionadas en contenedores, para su exportación a Europa”. La droga, que fue enviada a España en 2005, ingresó a través de las fincas del salteño.

Salvatore, además, aparece vinculado al hallazgo de 250 kilos de droga en un galpón de envasado de membrillo en la localidad bonaerense de Lima; a 762 kilos de la sustancia en el puerto de Burgos, también del otro lado del océano; y a 1.200 kilos entre pulpa de pera, en la localidad de Campana.

Salvatore creó múltiples sociedades fantasma para traficar droga y lavar dinero. Preso desde 2012 y condenado a 21 años de cárcel por narcotráfico, amenazó a la jueza federal chaqueña Zunilda Niremperger cuando gozaba de prisión domiciliaria por su estado de salud.

La estructura que comandaba también fue señalada por mensajes mafiosos a los fiscales Carlos Amad y Federico Carniel.

Delfín Castedo se alzó al frente de la banda que ingresaba cocaína al país cuando murió su antiguo líder, el diputado Ernesto Aparicio. Con astucia y violencia, clavaron la bandera del narcotráfico en la frontera con Bolivia, a través de la administración de dos fincas (El Aybal y El Pajeal) ubicadas sobre el límite con el país productor, en Salvador Mazza.

El homicidio de Liliana Ledesma, una productora rural que denunció la verdadera actividad del clan Castedo, en 2006, comenzó a correr el velo que permaneció por muchos años más hasta que su jefe fue detenido diez años más tarde en Ituzaingó.

Durante todo ese tiempo, Castedo –con pedido de captura– recorrió el país e incluso viajó al exterior. Al ser arrestado por Gendarmería, presentó el DNI trucho con el que se había movilizado por una década. Tal vez la caída del juez federal Raúl Reynoso, preso por proteger a narcos, pudo haberle dado la pista de que su impunidad había terminado. Según determinaron los investigadores, el narco continuaba manejando el negocio desde la cárcel. El paso clandestino que atraviesa las fincas seguía abierto y transitado. Esta semana fueron allanadas y embargadas. Además, se dispuso una guardia permanente para intentar frenar la entrada libre de cocaína. 

 

Seis fiscales participaron de la investigación

La vinculación entre el abogado Carlos Salvatore y el terrateniente Delfín Reinaldo Castedo fue establecida por un trabajo articulado entre seis fiscales federales. Las principales pruebas que llevaron al juez federal Federico Villena, de Lomas de Zamora, a procesar al salteño por contrabando y embargar las fincas por las que ingresaba cocaína al país, son la declaración de un arrepentido y de otro implicado en la causa Carbón Blanco, y constancias de transferencias de dinero de Castedo a Salvatore, a través de Western Union. Además, hallaron mails y documentos en la computadora del abogado en los que se hace referencia a su socio. Otros elementos de prueba que tuvieron en cuenta los investigadores fueron la salida del país del salteño junto a un miembro de la banda de Salvatore y la presentación del letrado cuando, en 2002, Castedo fue demorado con miles de dólares y euros en el Aeropuerto Jorge Newbery.