En el gobierno nacional reconocen que el primer propósito de descomprimir la ocupación carcelaria se desbordó y ponen en la mira “el abuso de los jueces” y “una oposición que buscó aprovechar un reclamo legítimo de la sociedad para hacer política partidaria”. Ante la escalada del debate por la liberación y la prisión domiciliaria de presos por el avance del coronavirus, Alberto Fernández habló con sus principales aliados para contener la polémica, enviar un mensaje a los tribunales y apuntarles en caso de excesos.
El Presidente se comunicó con Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof. Había que dar un mensaje claro en medio de la creciente tensión por las excarcelaciones que se vienen produciendo para evitar el contagio masivo en los penales. Fernández y Kicillof salieron al mismo tiempo a marcar que las decisiones sobre las prisiones domiciliarias eran responsabilidad de la Justicia, mientras que Massa advertía que habrá juicios políticos a magistrados que “abusen” en sus fallos con liberaciones de presos que no sean grupos vulnerables. “Sobrevino una oleada de abusos de jueces que están haciendo su veranito”, dice el presidente de la Cámara de Diputados. Ya apunta contra algunos magistrados en particular.
Kicillof le pidió al ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, un informe detallado de los fallos judiciales en ese territorio. Quiere conocer si hay magistrados que hayan otorgado prisión domiciliaria a presos por delitos graves. En ese caso, actuará en conjunto con Massa para avanzar en presentaciones y una herramienta de control sobre esto.
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Desde el 17 marzo, en la provincia de Buenos Aires hubo 439 libertades relacionadas con el coronavirus sobre una población carcelaria de 42.300 (entre penales y alcaldías). En el Servicio Penitenciario Federal hay 13.086 mil internos, de los cuales 1.280 pertenecen a los grupos de riesgo. Losardo revisa caso por caso la situación de los 320 reclusos que fueron beneficiados con prisión domiciliaria. También sigue de cerca los casos de 405 detenidos que estarían en condiciones de acceder a la libertad asistida o condicional.
Puertas adentro. “Ya no hay más nada que decir, hay división de poderes; si la oposición quiere aprovechar un reclamo legítimo contra los jueces para hacer política partidaria, eso tiene poca vida, no se puede capitalizar algo así y tampoco nosotros vamos a pagar el costo con el tiempo de lo que hacen otros”, dicen en la Quinta de Olivos sobre el debate público.
“Queremos que el tema lo resuelvan los jueces”, dice el Presidente. En la intimidad, Fernández repite: “La verdad es que los jueces mandan a la casa en prisión domiciliaria a casos puntuales, no a asesinos ni violadores ni condenados”, Y aclara una y otra vez: “Nosotros no tenemos que ver con la liberación, que en realidad tampoco es liberación, es mandarlos a prisión domiciliaria”.
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Tras los violentos motines como el de Villa Devoto, Fernández rechazó –en un hilo de tuits– que vaya a liberar masivamente presos, y denunció una campaña mediática malintencionada para hacerle creer a la gente que el Gobierno pretende sacar masivamente gente detenida por delitos peligrosos. “Organizaciones internacionales como la Organización de Naciones Unidas o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han formulado recomendaciones para evitar que el hacinamiento en las cárceles ponga en riesgo la vida de los reclusos”, dijo el Presidente. Y agregó: “En Argentina la solución del problema está en manos de los tribunales. Son los jueces naturales quienes, de considerarlo necesario, disponen libertades. Las cámaras de casación han hecho muy oportunas recomendaciones para hacer frente al problema”.
En la Casa Rosada admiten que los cacerolazos del jueves en reclamo por la liberación de presos se sintieron más fuertes que en otras oportunidades. Pero advierten: “Darle una intencionalidad política a la protesta o que la oposición crea que puede representar ese cacerolazo porque es contra el Gobierno va a hacer que se peguen un golpe. Muchos de los que golpearon las cacerolas a las ocho de la noche salieron a aplaudir la cuarentena una hora después; ni uno significa una protesta contra el Gobierno ni el otro un aval”.
Fernández pidió cerrar el debate público y en el Gobierno vuelven a señalar a la oposición: “Si creen que ganan la agenda, esta agenda es muy corta y basada en una mentira de liberaciones masivas; pueden querer sostenerla pero no puede durar mucho más que unos días”, concluyen.
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Denuncian salida de violadores
La jueza de ejecución penal Nº 1 del Departamento de Quilmes, Julia Elena Márquez, dijo ayer que desde que comenzó la pandemia de coronavirus fueron liberados 1.528 detenidos. Además, aseguró que en un solo día se concedió la misma cantidad de excarcelaciones que en todo un año.
La magistrada afirmó que desde el comienzo de la cuarentena decretada por el gobierno nacional ya fueron liberados 176 violadores y abusadores. “Fueron liberadas 1.076 personas con delitos contra la propiedad, 276 con delitos contra las personas y 176 con condenas por delitos contra la integridad sexual”, informó en declaraciones a Radio Mitre.
En esa línea, Márquez expresó que en un solo día se salieron la misma cantidad de detenidos que en todo un año, y reveló que por cada preso se llegan a recibir en su juzgado hasta cuatro solicitudes de prisión domiciliaria.