POLITICA

Chapadmalal, el refugio menos pensado para los Kirchner

La presidenta eligió esa residencia para pasar el cumpleaños de su hijo Máximo. En casi 12 años, la familia presidencial la usó unas seis veces.

La residencia presidencial de Chapadmalal.
| Cedoc (archivo)

El paradero de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner había sido un misterio a lo largo de toda la jornada. Amaneció en El Calafate, a donde había viajado el viernes pasado, horas después de la imputación por presunto encubrimiento del fiscal Gerardo Pollicita, para rodearse de militantes y funcionarios en inauguraciones y actos. Luego se informó que la mandataria había volado hacia Buenos Aires y se encontraba en la residencia presidencial de Olivos, a pesar de que no hubo información oficial al respecto y de que se esperaba que permaneciera allí hasta su cumpleaños, el jueves 19 de febrero. El enigma lo reveló el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en una conferencia de pensa para anunciar asistencia a los damnificados por las inundaciones en Córdoba: la familia se había trasladado a la residencia presidencial de Chapadmalal.

“La Presidenta de la Nación está hoy en un día familiar de singular importancia porque su hijo cumple años. Como toda madre con mucho afecto por su familia y por su hijo, lo está compartiendo”, afirmó el funcionario. Cuando le preguntaron hasta cuándo permanecería en la localidad bonaerense, y si regresaría a la capital antes del 18F, el chaqueño respondió: "Eso lo informará públicamente la Presidente. No soy vocero de la Presidente, ella se comunica a través de las áreas pertinentes".

Lo que llamó la atención no fue tanto lo sorpresivo del viaje, en el medio de un fin de semana largo, sino que la jefa de Estado se haya trasladado desde El Calafate (su “lugar en el mundo”, como alguna vez lo llamó) hasta Chapadmalal, una residencia destinada a los presidentes que los Kirchner utilizaron apenas media docena de veces en sus doce años en el poder.

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Ubicado a 30 killómetros de Mar del Plata, el chalet se encuentra en lo que se conoce como Unidad Turística Chapadmalal, un complejo hotelero que pertenece al Estado nacional. Comenzó a construirse en 1947, por iniciativa de Juan Domingo Perón, y fue renovada durante la presidencia de Carlos Saúl Menem. Cuenta con amplios jardines y varias comodidades.

Desde la vuelta de la democracia, todos los presidentes la visitaron alguna vez. El propio Menem era un huesped frecuente, que solía jugar al golf en un campo cercano. Raúl Alfonsín, Fernando De la Rúa y Eduardo Duhalde también se hospedaron ahí. El evento más memorable fue durante la breve presidencia de Adolfo Rodríguez Sáa: el puntano se había refugiado en Chapadmalal para huir de las protestas sociales en Buenos Aires. Convocó a una reunión de gobernadores, pero solo asistieron seis; el resto del PJ le hizo el vacío. Para colmo, durante el encuentro, se cortó misteriosamente la luz. Rodríguez Sáa terminó transmitiendo una cadena nacional desde la localidad bonaerense para anunciar su renuncia.

Tal vez por ese recuerdo poco agradable para la gobernabilidad, el matrimonio presidencial visitó muy pocas veces el chalet. La primera, con toda la familia completa y Néstor Kirchner como presidente, fue en noviembre de 2003. Dos meses después, el 2 de enero de 2004, el mandatario, su esposa, sus dos hijos y la novia de Máximo volvieron a las playas bonaerenses; el “pingüino” sólo pasó el fin de semana, mientras que el resto de la familia se quedó una semana. La tercera ocasión fue en enero de 2008, ya con Cristina al mando de la Casa Rosada, acompañados sólo de Florencia. Y sería la hija presidencial quien volvería en los dos veranos sucesivos, entre 2009 y 2010, cuando buscaba mantener un perfil bajo y alejado de las cámaras.

Cristina recién volvería años después, tras la muerte de su esposo. En enero de 2012, eligió Chapadmalal para recuperarse de la operación en la que le extirparon la glándula tiroides, donde se le había detectado un adenoma folicular, un tumor benigno que en principio se reportó como carcinoma. Volvió en enero del año siguiente, para refugiarse del calor (había sufrido varias bajas de presión) y encabezar el acto de regreso de la Fragata Libertad, que estuvo embargada durante dos meses por un reclamo de los "fondos buitre".

Tres años después, la primera mandataria volvió a elegir este destino para pasar el cumpleaños número 38 de su hijo, Máximo Kirchner, junto a su esposa, Rocío García, y su hijo de un año y medio, Néstor Iván, al que presentaron en sociedad el domingo durante la inauguración del Hospital del Calafate. Resta saber si la familia se quedará allí hasta el cumpleaños de Cristina. Y si el refugio de tantos presidentes le sirve a Fernández de Kirchner para resguardarse de otra crisis política, la que asomó con la muerte de Alberto Nisman y la marcha del 18F.