La Cámara Federal de Apelaciones porteñas, compuesta por dos salas, queda sólo con tres miembros a partir de este miércoles, tras la renuncia del camarista Jorge Ballestero. Su dimisión se hará efectiva recién el 1º de junio, pero el magistrado está ahora de licencia por motivos de salud y no se prevé que vuelva a Comodoro Py antes de la fecha de su salida. Así, de momento, en el tribunal sólo quedan los camaristas Martín Irúrzun, Eduardo Farah y Leopoldo Bruglia.
Pero ese triunvirato no durará mucho: Farah es el otro magistrado que quedó en la mira del Gobierno junto a Ballestero. Ambos firmaron el polémico fallo que dispuso la liberación de Cristóbal López y Fabián de Sousa, con un generoso cambio de carátula, que generó malestar en el oficialismo. Como adelantó Perfil, Farah está a un solo paso de irse al fuero Penal Económico. Su pedido de traslado fue aprobado por el Consejo de la Magistratura y se espera que se haga efectivo en los próximos días, con la firma del presidente Mauricio Macri.
De esa forma, en la Cámara Federal de Apelaciones solo quedaría Irúrzun y Bruglia, uno en cada Sala, en tanto se espera que el juez Pablo Bertuzzi subrogue la vacante que deja Farah.
La Cámara de Apelaciones es una instancia clave: allí se revisan las decisiones de los jueces de primera instancia, quienes instruyen las causas sobre corrupción del poder político nacional, del Gobierno actual y de gestiones anteriores. Los miembros de las Salas son los encargados de confirmar o desestimar los procesamientos de los funcionarios del Ejecutivo o sus. Evalúan si una prueba es válida o no, si un funcionario o un empresario está bien investigado o no, o si debe ser excarcelado.
La Sala I tendrá una incorporación en el corto plazo. En la tarde de este miércoles, se presentará Mariano Llorens ante la Comisión de Acuerdos del Senado. El candidato del Ejecutivo busca ocupar la vocalía que está vacante desde 2008, tras la salida de Gabriel Cavallo. Una vez que reciba Acuerdo de la Cámara Alta, Llorens estará cerca de jurar en el cargo, lo que podría producirse antes de la feria judicial de invierno. Luego de eso quedará una vacante a cubrir en la Sala I y dos en la Sala II. En esta última, estarán disponibles los lugares de Farah y de Horacio Cattani, el magistrado que se jubiló en febrero pasado. El Consejo de la Magistratura llamó a concurso para cubrir ese cargo en marzo pasado y de allí se espera que también salgan los candidatos para ocupar las nuevas vacantes que se hicieron.
Con este escenario, el macrismo tiene una oportunidad única para nombrar tres magistrados en este tribunal, en el que el kirchnerismo dejó pasar la oportunidad de designar a un camarista, al no destrabar el concurso para la vacante de la Sala I. Una dilación que también permitió armar el escenario que favoreció a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner en numerosos fallos durante esos diez años de espera.