"¡No voy a ser candidata!". La frase de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sorprendió y dejó en shock a todo el universo peronista cuando la noticia todavía era su condena a 6 años en la Causa Vialidad. ¿Si no está en la lista, quién va? ¿Quién tendrá su apoyo? ¿Cómo enfrentar la elección sin ella en la boleta? Preguntas como estas se multiplicaron durante toda la tarde/noche del martes. Ni hablar durante la mañana del miércoles. Para eso aún no hay respuestas.
Ya hay quienes se prueban el traje de candidato y —sin alardear ante los medios— buscarán tener la bendición de CFK. Algunos ya son conocidos: el presidente Alberto Fernández todavía no se baja. Sergio Massa, ministro de Economía es otro, aunque haya asegurado que no competirá. Un tercero que manifestó su voluntad es Juan Manzur, jefe de Gabinete. El cuarto es el ministro del interior, Eduardo "Wado" de Pedro, con agenda propia y la ventaja de ser de La Cámpora.
Aunque todos aspiran a ser, lo cierto es que la última palabra la tendrá la vice. ¿Por qué? Por la simple razón de tener el mayor caudal de votos en el peronismo y mantiene la centralidad y liderazgo dentro del Partido Justicialista. ¿Qué dicen como primera reacción? "Hay que reordenar. Quizás ahora Alberto (Fernández) entiende que la mesa política hay que armarla ya mismo. No podemos perder más tiempo", planteó un armador bonaerense a PERFIL.
"Cristina les mandó un mensaje a todos en el peronismo, Dice que está proscrita como Perón y desafía al espacio a reaccionar. En años pares mucho macho del PJ la quiere jubilar, pero en año impar se sube al barco K. Ahora hay que organizarse de nuevo. ¿Reaccionan? ¿La dejan caer? Miren que si se corre definitivamente nos pasan por arriba y perdemos todos. Eso le tiene que quedar claro a ellos", analizó un dirigente camporista.
Inclusive los chats entre intendentes quedaron en llamas por la tarde. El apellido Kirchner para la provincia de Buenos Aires es fundamental. "Lo demostró en 2017 con Unidad Ciudadana. Los que sacaron los pies del plato quedaron muertos. Ahora tenemos que armar con ella adentro. Puede no estar en la boleta, pero tiene que tener su lugar preponderante para que el votante entienda que es con Cristina. Nunca sin ella".
Una fija. Néstor o Cristina estuvieron en la boleta del 2003. También en la legislativa del 2005 para enfrentar a los Duhalde. Lo mismo en 2007 para la primera presidencia de Cristina. En 2009 fue el expresidente quien se puso al frente y perdió con Francisco De Narváez. En 2011 Cristina ganó en primera vuelta. En 2013 la boleta clave de Buenos Aires fue para Martín Insaurralde, derrotado por Sergio Massa. En 2015 fue derrota, sin el apellido Kirchner en la boleta.
Dos años después, Cristina demostró la centralidad con Unidad Ciudadana, por fuera del sello del PJ que quedó en manos de Florencio Randazzo. Fue triunfo ante el PJ y derrota -por pequeño margen- frente a Juntos por el Cambio. En 2019 fue de vice con Alberto Fernández a su lado. En 2021 la elegida en Buenos Aires fue Victoria Tolosa Paz, resistida por la vice. ¿Y ahora?
En 2023 se cumplirán 20 años desde que el matrimonio K entró a la escena nacional y obtuvo la centralidad política de la Argentina. El peronismo se acostrumbró a ganar con los Kirchner. ¿Podrán mantener el poder prescindiendo de la vice? Es la pregunta del millón.
RI/ff