El Gobierno consolida con sus últimas acciones internacionales una nueva política que ha impulsado la canciller Susana Malcorra y puede resumirse en una frase que ella repite con insistencia: “La diplomacia es el arte de relacionarse con todos”. En rigor, esta idea ya estaba en el ADN del PRO, porque desde el Gobierno de la Ciudad el actual secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, había impulsado lazos con todas las regiones, sin pruritos ideológicos.
Si en los 90 se habló de “relaciones carnales”, hoy parecen prevalecer las “relaciones promiscuas”. Inmejorable sintonía con Estados Unidos y Europa; pero también avances en los vínculos que forjó el kirchnerismo con Rusia y China. Defensa del Mercosur y su acuerdo con la UE; pero también apertura a la Alianza del Pacífico.
Argentina quiere el pan y la torta. Por ahora, lo consigue. Este domingo, Macri será recibido por una amplia delegación de la UE. En la misma semana, una delegación del Ministerio de Energía confirmó acuerdos con China por US$ 12 mil millones.
El esquema presenta ventajas obvias, pero también puede chocar con la realidad internacional en el futuro. Por ejemplo: ¿podría mantener esta postura si vuelven a elevarse las tensiones entre la UE y Rusia? ¿Qué ocurrirá si gana el populista Donald Trump en EE.UU.? Sólo el tiempo lo dirá. Por el momento, no hay condicionantes a las relaciones con todos, y todas.