Casi sin herramientas, pero también sin responsabilidad sobre el gran problema actual que es la inflación. Las declaraciones del presidente Alberto Fernández de esta mañana fueron preocupantes en materia económica. Ante una inflación galopante, el jefe de Estado se encargó de remarcar aspectos positivos de la actividad, de la baja en la desocupación y de los problemas que tiene el mundo para la provisión de alimentos.
Sin embargo, ante las posibles medidas por parte del Estado para revertir la situación del aumento de precios, Fernández señaló responsabilidades ajenas y hasta adelantó derrotas legislativas que, entonces, no valía la pena dar. Sobre todo por tema retenciones o cupos de exportación para desacoplar precios internacionales de los internos.
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En primer lugar, insistió con que las retenciones "son un problema legislativo”. Señaló que, ante la falta de votos, esa pelea estaba perdida de antemano, por ende no valía la pena darla. Por otra parte, si bien el Poder Ejecutivo podría impulsar la discusión, Alberto Fernández desligó responsabilidades y apuntó al Congreso de la Nación.
Por otra parte, el jefe de Estado desligó responsabilidad de gestión ante la parálisis del fideicomiso del trigo que se anunció el 3 de marzo como un trabajo conjunto del ministerio de Agricultura y de Desarrollo Productivo: "Es una decisión privada", apuntó el Presidente. Dato: la harina subió 16,1% durante abril. “Esta decisión del fideicomiso es una decisión privada, de los productores privados, de las cerealeras. Los que demoran y dilatan la decisión son ellos”, agregó.
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Otro de los puntos fue el aumento interanual de los precios de prendas de vestir y materiales. Según el INDEC fue del 80% entre abril del 2021 y 2022. El Presidente, sin embargo, señaló: “El textil es un problema histórico”.
¿Y la inflación? La respuesta fue un reconocimiento de la dificultad del Frente de Todos para encontrarle una solución al menos parcial: "Problemas estructurales como la inflación con dos dígitos demanda mucho tiempo", resumió.
RI/ff
