El Grupo de Puebla (GP) celebró su primer aniversario con un encuentro virtual donde se avanzó en la idea de que el progresismo de latinoamérica enfrenta en la pospandemia de coronavirus un problema político para resolver la cuestión de una mayor integración y reformular los Estados, y también en la idea de llevar una propuesta consensuada sobre el tema deuda a la próxima reunión del Grupo de los 20 (G20).
El economista colombiano José Antonio Ocampo puso en su intervención uno de los ejes sobre los que se encaminó el debate, la necesidad de abordar multilateralmente el problema de la deuda de la región en el mundo en crisis que deja la pandemia de coronavirus.
"Vamos a un mundo más pobre", donde se tendrá que afrontar la integración a partir de "una falla visceral, de carácter político, que es que no tenemos una masa detrás", afirmó el ex presidente uruguayo José "Pepe" Mujica, en una intervención que fue elogiada pero también replicada, justamente por el concepto de la carencia de masa popular detrás de las fuerzas progresistas.
"Hay que revalorizar el Estado, que es el diferencial que tenemos hoy y que se rellena con cualquier cosa", agrego en su tono campechano. "El trabajador del Estado tiene que ser el más formado y el más comprometido", completó.
"Ese Estado tiene que ser inversor, socio de los grandes capitales, que produzca divisas para financiar los cambios sociales", agregó Mujica en una idea que luego sería tomada por otros oradores. "Un estado que produzca, que desarrolle, pero que también produzca felicidad, porque la vida es una sola", añadió.
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De esta forma, el ex mandatario uruguayo abrió una propuesta que empalmó con la intervención del presidente argentino, Alberto Fernández, quien en la apertura del encuentro planteó que la pandemia "nos da la oportunidad de hacer una sociedad más justa" que hay que pensar "entre todos".
Luego de la intervención de Mujica, la secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) Alicia Bárcena -invitada a moderar el debate, del que participaron ocho ex presidentes, varios ministros en funciones, entre ellos varios de Argentina (ver material aparte), junto a dirigentes y economistas del campo progresista-, le cedió la palabra al ex mandatario español José Luis Rodríguez Zapatero.
El ex mandatario socialista instó a los países a enviar "urgentemente" a sus parlamentos iniciativas para fortalecer el proceso integrador, y puso como ejemplo a la Unión Europea, que no podría enfrentar como lo ha hecho a la pandemia de coronavirus si no estuviera integrada, aún con sus problemas y debates.
"Sin dudas el ingreso básico (de los trabajadores) debe ser un derecho básico que se sume a los derechos sociales establecidos", dijo, y exhortó a la región a hacer una "gran apuesta latinoamericana a la economía" y a "coordinarse" para plantear una postura conjunta ante el G20.
En este sentido, Zapatero destacó el rol que debieran tener Argentina y México, por ser los países con gobiernos progresistas en la región.
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En esto coincidió el canciller argentino, Felipe Solá, quien destacó que "es fundamental que el Grupo de Puebla elabore una agenda para la pospandemia".
"Necesitamos crecer y expandirnos" y "ganar en el campo de las ideas es una de las primeras batallas", agregó Solá, quien rescató los conceptos de Pepe Mujica en el sentido de generar Estados fuertes, que se asocien con el capitalismo, porque "no podemos defender a la gente sólo con el presupuesto".
También se destacó entre los participantes el ex canciller de Brasil, Celso Amorim, quien coincidió en que lo que enfrenta la región en la pospandemia es un problema político", porque "la desigualdad es un fenómeno político, social y económico".
Pero fue más allá y planteó definir "qué queremos, una sociedad que camine hacia el socialismo o hacia un capitalismo amigable", en el que, aclaró, no cree.
Amorim, advirtió que el Grupo de Puebla no puede no contener al Caribe y señaló que se está hablando de una sesión especial de las Naciones Unidas por la pandemia de coronavirus. "No se puede perder esa oportunidad, tenemos que generar allí un debate de alto nivel sobre la agenda 2030, en la que tendríamos que ser representados por Argentina, México y España", agregó retomando una idea esbozada por Zapatero.
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También abundó en esta línea el ex canciller argentino Jorge Taiana, quien planteó "cómo cambiamos un mundo que está manejado por el sistema especulativo y financiero global".
Además, planteó que "necesitamos fortalecer alianzas con el mundo multipolar, que afiance el multilateralismo" y profesar "un no alineamiento activo".
El cierre estuvo a cargo de la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien en resumidas líneas planteó que el coronavirus se encuentra en América Latina "con años de una crisis prolongada" y estableció que antes que nada hay que regenerar la demanda "porque sin demanda (sin mercado) no tiene sentido aplicar el crédito para reactivar a las empresas".
Por último, Rousseff elogió que uno de los ejes del Grupo de Puebla pase por exaltar el rol de las mujeres "porque somos más de la mitad" del aparato productivo, y es en ese sector "donde hay más precarización", pero también llamó la atención para incorporar con la misma fuerza al problema del racismo, "que necesariamente debe ser tratado en un documento" del nucleamiento progresista.
J.D. /