Las internas no terminaron, pero entraron en stand by. Ese es el estado de situación en Juntos por el Cambio, donde las disputas entre los diferentes dirigentes que se disputan el liderazgo del espacio siguen igual que hace dos semanas pero ahora con la determinación de que se mantengan de manera subterránea y sin tensionar la cuerda en medio de la severa crisis política y económica que vive el país.
La idea central es poder dar una imagen de unidad que contraste con la fractura que muestra el Frente de Todos. En eso nadie duda: las diferencias en el oficialismo consideran que son insalvables y que lo único que intentarán es, a lo sumo, llegar juntos a 2023. En ese contexto, es donde pretenden bajar los niveles de tensión por la instalación de las candidaturas presidenciales, algo que durante todo el primer semestre elevó las rispideces en el principal espacio opositor.
Esa intención apuestan a ponerla en escena este martes, cuando se reúna la mesa nacional de JxC, en la sede del PRO de la calle Balcarce, para analizar el contexto político y económico. Hasta ahora, los mensajes institucionales surgieron de diálogos y reuniones virtuales que mantuvieron los presidentes de los cuatro espacios principales (Gerardo Morales, UCR; Patricia Bullrich, PRO; Maximiliano Ferraro, CC-ARI; y Miguel Pichetto, Peronismo Republicano).
El tono de los comunicados de las últimas dos semanas apunta a remarcar la gravedad institucional y económica, sustentada en la debilidad política que visualizan en el oficialismo. “El objetivo es marcar presencia, mostrar fortaleza, pero evitar que el gobierno nos pueda acusar de estar echando leña al fuego”, explica un dirigente de JxC. Se espera que esa siga siendo la tesitura esta semana, con énfasis también en exigir respuestas de fondo en materia económica.
“Horacio y Mauricio hablan mucho más de lo que la gente sabe, del qué y el cómo”
Relaciones tirantes. Mientras tanto, el esfuerzo está puesto en mejorar la sintonía entre los referentes para fortalecer esa imagen de unidad que buscan dar. En el búnker de Horacio Rodríguez Larreta, por ejemplo, empiezan a dar señales de acercamiento hacia Mauricio Macri y sus dirigentes más cercanos. En los últimos diez días se mostró públicamente con Miguel Pichetto, Luis Juez, Ignacio Torres, entre otros hombres que están cerca del ex presidente. En paralelo, el diálogo entre ellos, según cuentan, viene en franca mejoría. Durante su gira por Israel hablaron por lo menos tres veces por teléfono para intercambiar opiniones sobre diferentes temas. “Hablan mucho, más de lo que la gente sabe. Hablan del qué y el cómo. En el qué hay una convergencia total, en el cómo Horacio explica su modelo y Mauricio se muestra preocupado de que ese consenso no limite la profundidad de las reformas”, cuentan en Uspallata.
El sábado pasado, un tuit de Macri celebrando los 20 años del PRO muchos lo leyeron como un respaldo. “Hoy tiene que ser más que nunca el representante del cambio”, decía sobre el partido, con una foto de Larreta en primer plano y él detrás en una pantalla gigante donde se proyectó un video. “Fue el acto del PRO y justo salió esa imagen, Patricia estaba Reino Unido, María Eugenia en La Matanza, está lejos de haber sido un apoyo explícito”, aclaran en el entorno de Macri, quien regresa por estas horas de Europa.
Quien también regresa al país es Bullrich, que estuvo dos semanas cerrando un posdoctorado en Oxford, aunque se mantuvo en contacto permanente con su equipo y sus pares de JxC. Ya tiene agenda en el interior para seguir con su objetivo de fortalecer su candidatura, dejando a un lado las disputas. Esta semana, no obstante, tuvo una mala noticia cuando Waldo Wolff, identificado como uno de los halcones, se alejó de su armado.
En el radicalismo también están tapando sus diferencias. Incluso hubo foto conjunta la semana pasada en Jujuy de Morales y Facundo Manes. Sin embargo, cada uno sigue haciendo campaña por su lado. El presidente del radicalismo saltó de Lomas de Zamora el viernes a La Rioja ayer. “Nadie gobernará por mi”, espetó, en referencia a las crisis políticas en el Gobierno. En el radicalismo hay quienes dudan cual terminará siendo su decisión, y la de parte de la dirigencia, si los números suyos y de Manes no crecen de cara a la elección. “Manes está haciendo el esfuerzo, pero no lo veo con posibilidades, lo veo endeble frente a Larreta y Bullrich”, razonan un dirigente del oficialismo partidario. “Manes va a jugar sí o sí”, advierte otro radical, sobre el neurocientífico, quien estuvo en Formosa y La Matanza. Discusiones en stand by que se acelerarán en el segundo semestre.