La semana que culminó no fue una más para Revolución Federal, un grupo radicalizado dedicado a realizar escraches a políticos oficialistas y opositores, porque quedó en la mira de la opinión pública por un supuesto contacto con el atentado contra Cristina Kirchner. Un vínculo que trató de ser desactivado por sus miembros fundadores a como dé lugar mientras crecen las preguntas sobre sus próximos pasos.
El hilo conductor que une lo que pasó en Juncal y Uruguay la noche del 1° de septiembre, día en el que Fernando Sabag Montiel trató de dispararle a la vicepresidenta, con el colectivo protagonista de protestas hoy está basado en audios, que recopiló la Agencia Federal de Inteligencia, y en Brenda Uliarte. La novia del agresor de Kirchner, y tal como consta en una publicación de sus redes sociales que luego borró, participó de una las actividades del grupo el 18 de agosto.
“Al kirchnerismo cárcel o bala”, era una de las leyendas que levantaban sus militantes
En esa fecha, y en las inmediaciones de Casa Rosada, Revolución Federal desplegó su parafernalia, compuesta por antorchas, huevos, una guillotina de madera y hasta banderas con la leyenda “al kirchnerismo cárcel o bala”. La noche no terminó de la mejor manera: los manifestantes fueron dispersados por los bomberos al ver como arrojaban las mencionadas antorchas hacia el edificio de Balcarce al 50.
Al día posterior, las redes sociales de Revolución Federal lucían las siguientes palabras: “Los vamos a perseguir, van a tener miedo de salir a la calle. El robo y la corrupción en Argentina van a dejar de ser gratis, por las buenas o por las malas”.
Para agigantar las sospechas, en las últimas horas circularon con fuerza distintos audios, recolectados por la AFI, en los que miembros del colectivo expresan intenciones de asesinar a Cristina, a Máximo y hasta a Alberto Fernández.
Ante el panorama, y en medio de todo tipo de especulaciones, con miradas de distintos partidos que los responsabilizan por la violencia política, Jonathan Morel, uno de los referentes de la agrupación, comenzó a defender su accionar en un raid mediático en el que intentó despegarse de cualquier acusación. Cuestionando, principalmente, las escuchas, que según él son recortes de “charlas muy profundas y largas”, sacadas de contexto.
Y, también, criticando la violencia: “Una cosa es tirar un comentario, un pensamiento, y otra estar de acuerdo con la violencia, avalarla y promoverla, es algo muy distinto”. Además de desligarse de Uliarte, reconociendo que no la conocía, Morel sostuvo que el “atentado a Cristina es una completa locura”. “Que una persona en vez de estar estudiando y pensando en el futuro esté planeando matar a otra persona es una locura”, estableció una persona que cree que la grieta que domina el escenario debe pasar de fase y que el colectivo que integra está para pensar “más allá del blanco o negro”.
Paralelamente, además de las sospechas, pesa el interrogante sobre cómo se reconfigurará Revolución Federal tras todo lo que pasó. Por lo menos, Nicolás Baintrub, periodista, quien contó pormenores de la agrupación para Anfibia, dio una pista en Modo Fontevecchia, por Radio PERFIL.
“Dicen que la gente les pedía cada vez más por las redes sociales y quieren el reconocimiento público de sus pares, pero también eso se agota. Revolución Federal se está disolviendo después del atentado contra Cristina Kirchner. Al principio decían que iban a seguir después del atentado, pero después empezaron a tener diferencias entre ellos”, determinó.
Asimismo, resaltó que “son personas muy jóvenes, con poca experiencia política y que se organizan de una manera espontánea”.
