El príncipe británico Harry y su esposa estadounidense Meghan Markle pidieron al gobierno de Estados Unidos viajar en el avión presidencial Air Force One después del funeral de la reina Isabel II, en septiembre del año pasado. La respuesta del presidente Joe Biden, que esgrimió motivos diplomáticos, fue corta: "No".
Personas citadas por el diario británico The Daily Mail dijeron que los asistentes del príncipe y Meghan (duques de Sussex) se dirigieron a la Casa Blanca para preguntar si podían volar de regreso de Londres a los Estados Unidos junto al presidente Biden y la primera dama Jill Biden en el avión presidencial.
"Harry y Meghan pidieron volar a EEUU en el Air Force One con Biden después del funeral de la reina, pero se les negó, y Jill no asistió a los Juegos Invictus para evitar molestar a los miembros de la realeza... ¿Están fallando los intentos de los Sussex de convertirse en actores políticos en Estados Unidos?", cuestionó el periódico.
El inesperado pedido tuvo lugar tras el majestuoso funeral de estado de la reina Isabel, que se celebró en la abadía de Westminster de Londres el 19 de septiembre de 2022. A la ceremonia asistieron jefes de Estado de todo el mundo y hasta allí llegaron los duques de Sussex, intensamente enemistados con la familia real británica.
Sin embargo, la Casa Blanca respondió a los duques de Sussex que concederles tal pedido "tensaría las relaciones" entre el gobierno de Estados Unidos y el Palacio de Buckingham. Una fuente dijo: "Hubiera causado gran conmoción y habría tensado las relaciones con el Palacio y el nuevo rey" Carlos III, el padre del príncipe Harry.
Desde la Casa Blanca también hubo cuestionamientos sobre quién pagaría para que los duques de Sussex volaran a bordo del avión al servicio del presidente estadounidense, pese a que no está prohibido que el mandatario vuele con invitados.
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Las leyes sobre los políticos que dan y reciben beneficios de esa naturaleza son muy estrictas en los Estados Unidos, especialmente si se puede considerar que ayudan a las perspectivas de campaña. El gobierno paga los viajes de los funcionarios, mientras que Biden paga con dinero privado el viaje de los miembros de la familia o invitados personales y el Partido Demócrata paga la factura de los viajes de Biden a eventos de campaña.
Meses antes, Jill Biden había sido invitada por el príncipe Harry a asistir a los Juegos Invictus, de los que participan veteranos de guerra, pero la asistencia fue descartada por la Casa Blanca bajo preocupaciones de que la familia real se sintiera ofendida por su presencia allí.
Según el mismo medio, "ambas iniciativas fallidas fueron parte de una campaña de los Sussex para ganar influencia política en los Estados Unidos", y recordó que Meghan, que aparentemente hizo campaña por Biden, se dirigió al Congreso para abogar por la licencia familiar remunerada. Muchos aseguraron que buscaba ser candidata en algún momento.
Harry y Meghan, una ex actriz de televisión estadounidense, renunciaron escandalosamente a sus deberes oficiales como miembros de la familia real británica a principios de 2020 y se mudaron de Gran Bretaña a los Estados Unidos, donde, además de sus actividades políticas, firmaron un contrato de US$ 100 millones con Netflix para producir contenido.
Posteriormente firmaron y perdieron un contrato de US$ 20 millones con Spotify que canceló el podcast "Archetypes" de Meghan después de una temporada. Bill Simmons, jefe de contenido deportivo internacional de Spotify, criticó públicamente a los duques y los llamó "estafadores".
Desde que se fueron del palacio, los duques se hicieron más famosos por criticar a la familia real. En la explosiva autobiografía, "Spare", publicada en enero, el príncipe de 39 años puso al descubierto años de disputas familiares, incluso alegando que su hermano mayor, el príncipe Guillermo, lo atacó físicamente durante una discusión sobre Meghan.
A principios de marzo, Harry le dijo al experto en desarrollo Gabor Mate que provenía de un "hogar roto" y que estaba tratando de no transmitir el "trauma" a sus hijos.
La noticia del viaje fallido en el Air Force One se publicó horas después de que el periodista Omid Scobie, amigo y biógrafo de la pareja, tuviera que negar que los duques están separados, diciendo que la noticia fue "literalmente inventada".
Más temprano, el diario The Sun había publicado que los duques de Sussex, que ultimamente enfrentan problemas económicos derivados de la caída de acuerdos millonarios, están tomándose un tiempo para estar separados y que Harry estaba ansioso por regresar al Reino Unido.
Harry ha estado en Gran Bretaña esporádicamente este año para audiencias judiciales mientras emprendía acciones legales contra los periódicos del Reino Unido por presuntas escuchas telefónicas.