La Abadía de Westminster de Londres, escenario de momentos clave en la historia de la monarquía británica durante casi mil años, comenzó los últimos preparativos para la gran ceremonia en la que, el próximo 6 de mayo, serán coronados el rey Carlos III y la reina Camilla.
La iglesia histórica, que albergará el servicio profundamente religioso el sábado 6 de mayo, cerró sus puertas a los visitantes este 25 de abril para permitir que se lleven a cabo los trabajos, que consisten en sumar las sillas y decoraciones, además los tapices que se necesitarán.
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Se construirá también el estrado conocido como el “teatro de coronación”, donde transcurrirá la acción a lo largo de la ceremonia de una hora de duración. Sobre esta plataforma se colocarán los tronos del rey y la reina, además de la histórica “Silla de la Coronación”, de 700 años.
Los trabajadores están limpiando la abadía para dejarla impecable a la vez que los técnicos de la cadena BBC comenzó a instalar cámaras y equipos técnicos para la transmisión en vivo, y los encargados de la seguridad instalan escáneres y puntos de control en las entradas.
Para no dejar lugar a errores y tropiezos, los organizadores construyeron una réplica exacta del “teatro” en la sala más grande del palacio de Buckingham, a fin de que los reyes y los demás involucrados en la ceremonia ensayen los pasos a seguir.
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La Abadía de Westminster, escenario de coronaciones reales
En este lugar, situado ahora en el centro de Londres, frente a la sede del Parlamento y cerca del Palacio de Buckingham, el rey Eduardo el Confesor construyó en la década de 1040 una iglesia de piedra sobre el emplazamiento de un antiguo monasterio benedictino fundado hacia 960.
La construcción de la imponente abadía gótica que hoy conocemos comenzó bajo el reinado de Enrique III en 1245 y desde entonces fue escenario de coronaciones, bodas y funerales de múltiples reyes, así como celebraciones por el largo reinado de Isabel II.
El rey normando Guillermo el Conquistador fue el primero en ser coronado en la abadía en 1066 y desde entonces el templo sirvió de escenario para 39 coronaciones. Carlos III será el rey número 40 coronado allí y hubo dos reyes que no llegaron a ser coronados: Eduardo V y Eduardo VIII.
En 1953, Isabel II fue coronada en la "Silla de la Coronación", un trono fabricado en 1300-1301. Bajo la silla estaba la "Piedra del Destino", que se utilizó durante siglos para coronar a los reyes de Escocia.
Este bloque de arenisca fue robado por estudiantes escoceses en una audaz aventura en 1950, y accidentalmente se partió en dos antes de ser devuelto a Westminster.
En 1996, en pleno auge del sentimiento independentista, Isabel II permitió que la piedra fuera devuelta simbólicamente a Escocia. Pero se acordó que sería llevada del castillo de Edimburgo a Westminster para las futuras coronaciones, lo que ocurrió finalmente el 28 de abril.
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Bodas reales: desde la reina Isabel II hasta Kate Middleton
El edificio también ha sido escenario de bodas reales, la mayoría desde la Primera Guerra Mundial, con la excepción de la de Carlos y Diana Spencer, que se casaron en la catedral de San Pablo.
La primera fue la boda del rey Enrique I con la princesa Matilde de Escocia el 11 de noviembre de 1100. Desde entonces las bodas reales fueron asuntos privados, celebradas en los palacios, hasta que la princesa María se casó allí en 1922, en la primera boda real mediática de la historia.
Los abuelos de Carlos III, el príncipe Alberto (más tarde rey Jorge VI) y Lady Isabel Bowes-Lyon se casaron allí en 1923. Y antes de convertirse en reina, su madre, la entonces princesa Isabel, se casó con Felipe Mountbatten en Westminster en 1947, en plena posguerra mundial.
La tía del rey, la princesa Margarita, y sus hermanos Ana y Andrés, también se casaron allí, mientras la última boda real celebrada en Westminster fue la de su hijo mayor y ahora heredero al trono, el príncipe Guillermo, que se casó con Kate Middleton en 2011.
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Funerales
Se calcula que 18 monarcas británicos están enterrados en la Abadía. El rey Jorge II fue el último, en 1760 y desde entonces los reyes y reinas son enterrados en Windsor, a 40 kms de Londres.
Unas 3.300 personas han celebrado allí sus funerales, entre ellas figuras ilustres de la historia británica como Charles Dickens, Rudyard Kipling, Henry Purcell y ocho primeros ministros.
En 1997, los príncipes Guillermo y Harry asistieron en Westminster al masivo funeral de su madre, la princesa Diana, fallecida en un accidente de coche en París. Cinco años después, fue el turno del funeral de la reina madre, abuela de Carlos III.
El servicio fúnebre de la reina Isabel II se celebró allí el 19 de septiembre ante 2.000 invitados y fue el primer funeral de Estado que tuvo lugar en Westminster desde 1760.
Las cenizas del astrofísico Stephen Hawking se depositaron también en la abadía, entre las tumbas de Isaac Newton y Charles Darwin.
En este lugar está asimismo la sepultura del soldado desconocido, cuyo cuerpo fue repatriado desde la Europa continental tras la Primera Guerra Mundial.
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Más de 2.000 invitados “por meritocracia y no por aristocracia”
La abadía, cuyo nombre completo es Collegiate Church of St Peter, Westminster, tiene el estatuto de "peculiaridad real", lo que significa que está exenta de otra jurisdicción eclesiástica que la del propio rey, líder de la Iglesia de Inglaterra.
Puede albergar a unas 2.200 personas, aunque la mayoría no podrá ver la coronación de Carlos III debido al muro que separa la nave del coro. Los miembros de la familia real e invitados VIP se sentarán lo más cerca posible del trono.
En 1953, unas 8.250 personas asistieron a la coronación de Isabel II, gracias a unas tribunas instaladas para la ocasión.
La reducción del número de invitados responde al deseo de Carlos III de que la lista de asistentes fuera "meritocrática y no aristocrática".
Un número limitado de plazas para diputados y miembros de la cámara alta del Parlamento, conocida como la Cámara de los Lores, se asignarán por votación entre todos los partidos políticos.
En 1953, más de 800 diputados y 900 lores -incluidos duques, condes, barones y otras personas con un escaño vitalicio por haber heredado un título nobiliario- asistieron vestidos con largas togas de terciopelo escarlata.
El duque de Rutland expresó su decepción al diario The Daily Mail: "Fueron familias como la mía quienes apoyaron a la familia real durante más de 1.000 años", afirmó.
ds