Los habitantes de la ciudad balnearia de Miramar no logran salir de su asombro. El cadáver de un niño de 2 años fue robado del cementerio del lugar y es el cuarto caso de este tipo en el Municipio de General Alvarado desde 2017. La profanación de la tumba perteneciente al niño identificado como Liam Rodríguez, fallecido el 4 de febrero de 2019 último tras un accidente doméstico, fue confirmada a partir de la exhumación realizada por orden de la Justicia.
El hecho comenzó cuando los padres de Liam, Camila Rodríguez y Nahuel Cepeda, reconocieron días atrás algunas prendas que pertenecían a su hijo, que habían sido encontradas en las inmediaciones del cementerio durante las tareas de búsqueda del cuerpo de Ciro Lescano, otro niño, de cuatro meses, robado recientemente del mismo lugar.
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En este marco, el fiscal Alejandro Pellegrinelli, a cargo temporalmente de la Unidad Funcional de Instrucción Descentralizada de Miramar, ordenó una serie de peritajes químicos sobre las prendas. Finalmente, el viernes 24 de julio la pareja pudo realizar un reconocimiento físico de la ropa en la sede de la Sub Delegación Departamental de Investigaciones miramarense, y confirmó sus sospechas: la ropa pertenecía a Liam.
Tras esto, Pellegrinelli solicitó a la justicia de garantías la exhumación, que se realizó este lunes 29 de julio. Según consignó la agencia Télam, la tumba de Liam tenía una construcción de material abovedada, realizada por pedido de la familia cuatro días después de su entierro, por lo que no se descartaba que el cuerpo hubiera sido robado antes de que fuera construida.
El pequeño murió el 4 de febrero de este año, luego de que un televisor se desprendiera de un soporte colgante y le cayera sobre la cabeza. Su caso se suma al robo del cuerpo de Ciro Lescano, hecho que fue descubierto por su madre en el mismo cementerio el 8 de julio, cuando fue a visitar su tumba por primera vez y advirtió que la tierra del lugar había sido removida.
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Hubo otras dos desapariciones de niños registradas desde 2017 en el partido de General Alvarado. La primera de ellas fue el Matías Valentino Fernández, un bebé de un año cuyo cuerpo había sido hallado mutilado a la vera de la ruta 11, que conecta Miramar con Mar del Plata.
A partir del hallazgo, se descubrió que el cuerpo del niño había sido robado del cementerio de Comandante Nicanor Otamendi, localidad vecina de Miramar. Nueve meses más tarde, se denunció la desaparición del cadáver de otro nene, Ciro Aranda (1), en el mismo lugar, y su cuerpo jamás fue encontrado pese a múltiples rastrillajes realizados con perros e incluso con con drones.
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