Un jubilado colecciona firmas de presidentes, dictadores y nobles de todo el mundo. Les manda cartas… ¡y le responden!
En la era del e-mail –y en una época triste en la que el cartero es un personaje indeseable que solo trae cuentas para pagar– Naum Sterin (89), argentino y jubilado, tiene un hobby inusual: manda cartas. Pero no a cualquiera. Se cartea con presidentes, reyes y monarcas desde hace casi cuatro décadas, tras las que atesora una colección de unas 400 cartas y fotos autografiadas. Su colección es ecléctica, y en ella conviven santos y demonios. Pinochet y Juan Pablo II. Nelson Mandela y Alfredo Stroessner. Bush y Fidel. Y las firmas siguen.
Recolector. Cada marzo, Sterin mantiene el ritual de recorrer las embajadas para buscar información sobre los nuevos mandatarios y, entonces sí, escribirle a cada uno de ellos. "Es todo un arte", asegura, "la carta tiene que ser sumamente persuasiva y para achicar las distancias preparo membretes con las banderas argentina y del otro país abrazándose".
El detonante de su afición fue su admiración por el príncipe Rainiero II de Mónaco (el padre de Alberto) y un día, a principios de 1972, se le ocurrió enviarle una carta para felicitarlo por su gestión y pedirle una foto con su firma. No tenía esperanzas de recibir una respuesta, pero meses después el cartero estaba en su casa con correspondencia del monarca. "Ahí me di cuenta de que tenía el mundo por delante y empecé a escribirles a los demás", cuenta. Desde entonces se carteó con Bill Clinton, Jacques Chirac, Fernando Henrique Cardoso, Nicolas Sarkozy y hasta con el dictador chileno Augusto Pinochet, entre muchos otros.
Firmas. "Cuando vi que me contestaban pensé que esa podía ser una forma de conocerlos, y empecé a estudiar grafología de firmas y fisonomía para poder entender su carácter", señala. "Esto es una gran satisfacción para mí y me gustaría que todos puedan verlo, pero hasta ahora no logré hacer ninguna exposición".
Las más de 400 cartas, con sus sobres, estampillas y fotos de algunos de los hombres más poderosos de los últimos años, descansan en siete álbumes prolijos.
(*) de la redacción de Diario LIBRE.