Jean Paul se hace cada año un hemograma completo, placa de columna, análisis de tiroides, orina y un electrocardiograma. Todo forma parte de su chequeo médico de rutina. Aunque Jean Paul no es un hombre, sino un bulldog francés de siete años. Como su dueña, Valeria Bernardi, cada vez más gente lleva a sus mascotas a hacerse estudios preventivos o, si lo necesitan, les practican tratamientos médicos especializados, desde sesiones de quimioterapia, kinesiología y fisiatría, hasta medicinas alternativas como homeopatía o acupuntura. Nada diferente a lo que hacemos nosotros.
La tendencia es muy reciente en Argentina: diez años atrás, a una mascota enferma rara vez se le aplicaba un tratamiento profesional. Si entonces en el país había sólo dos especialistas en ecografía animal, hoy, por $ 300, ese estudio es habitual. También hay prepagas con planes premium que cuestan hasta $ 800 mensuales, más caros que un plan promedio de un niño, de unos $ 500.
Tradicionales y alternativos. En la Clínica Veterinaria del Sur se hacen tratamientos de quimioterapia y se atiende cualquier tipo de cáncer, pero también cardiología, neurología y oftalmología, entre más de diez especialidades. Según Guillermo Henro, veterinario y responsable de la clínica, cada vez más personas se inclinan a hacerles tratamientos a sus mascotas. “Blackie comenzó con achaques y después de hacerle varios estudios nos dijeron que tiene cáncer. Le dimos corticoides, suero, pero decidimos no tratarla por los tumores. Sí le damos inyecciones para la artritis y hasta le pongo la bolsa de agua caliente. Toma omeprazol para humanos, para protegerle la panza. Me recomendaron que haga kinesiología a domicilio”, cuenta su dueña, Pilar.
En Ocikos, un centro de internación para mascotas en Francisco Alvarez, realizan tratamientos de rehabilitación post ACV y de hernias de disco para perros, entre otros. La estadía en el lugar, que incluye todos los servicios, puede llegar a costar 2 mil pesos.
También las terapias alternativas se incorporaron al mundo animal, y ya no es extraño encontrar medicina china, homeopatía y hasta flores de Bach en perros y gatos. Así es como Andrea Pellegrino trató a su perra, Fainá, cuando empezó a estar ansiosa sin razón. “Su veterinario, que además es homeópata, nos hizo un cuestionario y decidió darle flores de Bach dos veces por día durante dos semanas. Resultó todo muy bien y Fainá no las necesitó más. El médico nos explicó que los animales pasan por momentos buenos y malos, como nosotros”, cuenta.
Con carnet. El mercado ofrece opciones de prepagas para que los animales del hogar también tengan cobertura médica, y ya hay servicios que ofrecen una credencial de socio, con distintos planes para elegir y una cartilla de prestadores.
“Integramos todos los servicios en una obra social. Con una cuota mensual, los clientes pueden acceder a consultas veterinarias, prácticas específicas como acupuntura y descuentos en alimentos, además de peluquería, adiestramientos, baños y paseos”, explica Marcos Quintana, gerente general de Medipet. Dependiendo del tipo de plan contratado, que puede ir desde $ 120 a $ 800, se puede obtener cobertura nacional e internacional, hasta seguro contra terceros y servicios fúnebres completos. A punto de hacer el lanzamiento oficial en Argentina, dicen que cuentan con más de 3 mil asociados preinscriptos.
En Rosario, Avsim empezó a ofrecer este servicio en 2013. Hoy funciona con 17 veterinarias afiliadas y planes que van desde los $ 150. “Es algo muy nuevo para la gente, y se va difundiendo de boca en boca”, señala su dueño, Flavio Gabrich. En Panda, una veterinaria porteña, Carolina Muro tiene registrados a sus dos bulldogs franceses, Booger y Pooky, que tienen su plan mensual por un precio de $ 200. Nada está de más para que las mascotas se sientan bien.
