Primero aseguró que no fue ella quien mató a los dos niños, pero ahora cambió su versión y admitió que cometió doble homicidio. Se trata de Yoselin Ortega, una mujer de origen dominicano que es juzgada estos días en Nueva York por el asesinato de dos niños en Manhattan. Los abogados intentan demostrar que Ortega, de 50 años en el momento de los hechos, padecía problemas mentales y tuvo un ataque de locura. Pero la coartada podría haberse derrumbado esta semana.
Desde los primeros días de marzo, un jurado está tratando de definir si la antigua niñera, que admitió los crímenes, mató a los pequeños Lucia Krim, de 6 años, y Leo Krim, de 2, de forma deliberada o si sufrió un ataque de locura. Si Ortega es hallada culpable, será posiblemente condenada a cadena perpetua, pero si el jurado decide que no fue responsable de sus actos a raíz de la locura, será internada en un hospital psiquiátrico.
Los homicidios ocurrieron el 25 de octubre de 2012 en un apartamento de la calle 75, cerca del Central Park. La madre de los niños, Marina Krim, ama de casa y profesora de arte, llegó esa noche a su casa con su otro hijo, Nessie, de 3 años, y encontró a Lucía y Leo apuñalados en la bañera. La autopsia muestra que la niña luchó contra su atacante y recibió más de 30 puñaladas. A unos metros, se encontraba Yoselin, bañada en sangre e inconsciente después de haber intentado suicidarse con el mismo cuchillo con que atacó a sus víctimas.
La fiscal a cargo del caso, Courtney Groves, aseguró al principio del juicio que Ortega “masacró brutalmente a los niños” para vengarse de Marina Krim. Aseguró que los crímenes fueron “cuidadosamente preparados” y que su autora, contratada en 2010, “sabía que lo que hacía estaba mal” y no actuó incitada por Satanás. Ortega tenía resentimiento contra la madre de los niños, dijo la fiscal.
En su defensa, la abogada de Ortega, Valerie Leer-Greenberg, presentó una defensa basada en la supuesta locura de su clienta: que “sufre de una enfermedad mental crónica” nunca tratada desde su adolescencia, que “escucha voces”, que tiene “grandes depresiones” y “un modo de pensar psicótico y alucinaciones” que le llevaron a cometer los asesinatos.
La tragedia de esta familia de clase media alta de Manhattan conmocionó a los Estados Unidos e inspiró un premiado libro en Francia “Chanson douce” (Canción de cuna), de la franco-marroquí Leila Slimane. En el libro su autora se inspira en la historia pero la traslada a una familia parisina que vive una tensa lucha de clases con su niñera. Krim dijo que le pagaba muy bien a Ortega, con unos 500 dólares por semana por 25 horas de presencia: "Jamás se quejó ni pidió aumento", reconoció. También dijo que apreciaba la cultura hispana, al punto que había llevado a su familia a pasar unas vacaciones en República Dominicana.
En las semanas posteriores al doble asesinato, mientras estaba encadenada a su cama de hospital recuperándose de sus heridas autoinfligidas, Ortega le dijo a su terapeuta que fue el diablo quien la incitó a matar a puñaladas a Lulu y Leo, y luego de apuñalarse ella misma en el cuello. Desde entonces, su defensa utilizó esa declaración para argumentar que un quiebre psicótico la inhabilita para rendir cuentas por los brutales asesinatos. Pero ahora esa táctica de defensa podría ser descartada.
“¿Recuerdas [a Satanás] hablando contigo? Tomando el control de tu cuerpo? ¿Alguna vez pensaste que el diablo estaba haciendo esto?”, el preguntó el psicólogo Ali Khadivi en 2016. "No", respondió Ortega, coherente y firme, en un video exhibido durante el juicio esta semana. "Desde septiembre hasta el momento del incidente, ¿alguna vez escuchaste voces que te decían que te mataras o matases a niños?”, preguntó Khadivi. “No, no recuerdo”, respondió la acusada según el Daily News.
La acusada parecía confundida por algunas de las preguntas planteadas, como si no estuviera segura de por qué Khadivi preguntaba sobre influencias malignas, señaló el New York Daily News. Ante el jurado, el psicólogo aseguró que Ortega estaba "experimentando síntomas de ansiedad y depresión" cuando atacó a los dos niños y luego se clavó un cuchillo en el cuello en 2012, pero que “no estaba experimentando síntomas de psicosis ni estaba experimentando ningún episodio disociativo", agregó.
Los doctores defensores dijeron anteriormente que los informes de Ortega sobre los crímenes y sobre ver al diablo y escuchar sus órdenes, y sobre escuchar otras voces, los llevan a creer que ella estaba demasiado enferma mental como para ser considerada responsable de asesinar a los niños. "Sentí que el diablo me estaba poseyendo, queriendo que yo fuera suyo", es lo que le habría dicho Ortega a la psiquiatra de Ortega Karen Rosenbaum en marzo, según el New York Post. “Sentí que el diablo me quería para él”, le habría dicho. "Cuando el diablo la alcanza, no tiene otra opción", señaló la psiquiatra.