Hay una forma de hacer dinero fácil, rápida y sin esfuerzo. Hay gente que se está haciendo millonaria a tu alrededor; muchos de ellos son jóvenes de 18 y 20 años que están dispuestos a enseñarte. Otros son empresas que se dedican a hacer los sueños realidad. Te hablan, te explican que vas a ganar mucho dinero, intereses del 10% mensual en dólares. Te cuentan, además, que tenés que cambiar tu estilo de vida, tu forma de alimentarte, alejarte de la gente negativa que te atrae a la pobreza. Estás listo para empezar tu nueva vida de éxito.
¿Lo creés posible? ¿Es demasiado bueno para ser verdad? Sin saberlo, estás contagiado y en poco tiempo vas a estar contagiando a familiares y amigos. Alerta ponzidemia. Hay miles de casos solo de los reportados, pero se espera que haya muchos más. El fenómeno de los esquemas piramidales y Ponzi ha experimentado un preocupante auge en Argentina durante los últimos años, dejando un rastro de miles de damnificados y millones de dólares en pérdidas.
“Ponzidemia” es un término acuñado por el periodista y programador Maximiliano Firtman y refiere a los esquemas piramidales y nuevas formas de estas ponzi impulsadas por gurúes influencers que venden cursos de desarrollo personal.
Estos fraudes, que prometen ganancias extraordinarias a través de inversiones ficticias y se sostienen con el dinero de nuevos aportantes, han evolucionado en complejidad y alcance. Casos resonantes como Adhemar Capital, Generación Zoe y el reciente RainbowEx ilustran esta tendencia, la cual se ve reflejada en las cifras de reportes oficiales, marcando un patrón de crecimiento que no podemos ignorar.
Radiografía de un problema en crecimiento: los números del fraude
Para comprender la dimensión de este fenómeno, nos basamos en los datos de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI). Si bien no existen estadísticas exactas sobre la cantidad de esquemas piramidales distintos, podemos aproximar la cantidad de reportes de víctimas que llegaron a este organismo especializado. Es vital recordar que un solo esquema masivo puede generar cientos o miles de reportes individuales, lo que significa que estas cifras reflejan la cantidad de denuncias o avisos, y no la cantidad de pirámides operando.
El informe de la UFECI de 2024 indica que, en promedio, el 63% de los reportes totales de ciberdelitos corresponden a la categoría de “fraude en línea”, y aproximadamente el 10% son estafas piramidales (esquemas Ponzi). Aplicando esta metodología a los datos anuales de la UFECI, obtenemos una estimación clara del volumen de reportes: en 2021, de los 22.364 reportes totales de ciberdelitos, se estiman aproximadamente 1.409 reportes vinculados a estafas piramidales.
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En 2022, con 32.395 reportes totales, la estimación asciende a unos 2.041 reportes de estafas piramidales, mostrando un pico coincidente con el desenlace de uno de los casos más grandes. En 2023, a pesar de una ligera baja en el total de ciberdelitos a 28.456, los reportes de pirámides se mantuvieron altos, con un estimado de 1.793. Finalmente, en 2024, con un nuevo récord de 34.468 reportes totales de ciberdelitos, las estafas piramidales alcanzaron su estimación más alta, con alrededor de 2.173 reportes. Estos números dibujan una tendencia creciente y sostenida, reflejando una adaptación y persistencia de estos fraudes en el ecosistema digital y económico argentino.
Adhemar Capital: la sofisticación del fraude en Catamarca
Uno de los primeros grandes golpes en la memoria reciente fue el de Adhemar Capital, con sede en Catamarca, liderado por Edgar Adhemar Bacchiani. Su esquema, que se desmoronó a principios de 2022, prometía ganancias mensuales de entre el 8% y el 10% en dólares, bajo el pretexto de inversiones exitosas en criptomonedas. Bacchiani, conocido como el “Trader God”, cultivaba un discurso de gurú financiero y benefactor, ostentando lujos y apoyos en la política y el espectáculo para generar confianza.

La estafa se basaba en la captación de fondos de miles de ahorristas que, atraídos por la desesperación económica y la promesa de retornos inalcanzables en el mercado formal, entregaban sus capitales sin una verdadera regulación ni control. El discurso del líder enfatizaba la “oportunidad única” y la “innovación” de las cripto para justificar los rendimientos. El colapso ocurrió cuando los pagos prometidos comenzaron a fallar, revelando que el dinero de los nuevos inversores era el que sostenía a los antiguos. Miles de personas fueron afectadas, con montos que superaron los 100 millones de dólares en total, llevando a Bacchiani a ser detenido y procesado por asociación ilícita y estafa.
Generación Zoe: la pirámide del coaching y las cripto
Casi en paralelo, y con un despliegue aún mayor, emergió el imperio de Generación Zoe, orquestado por Leonardo Cositorto. Este “coach ontológico” construyó una red que prometía rendimientos del 7,5% al 10% mensual en dólares, apelando a “inversiones” en trading, minería de criptomonedas y un falso “coaching financiero”. El discurso de Cositorto era una mezcla de autoayuda, esoterismo y promesas de “libertad financiera” y “despertar de conciencia”, que cautivaba a miles.

Las personas eran estafadas a través de seminarios presenciales y virtuales, donde se las presionaba para “invertir” y reclutar a más gente, bajo la promesa de comisiones por cada nuevo integrante. El “negocio” se disfrazaba con una universidad propia, un equipo de fútbol y hasta un “metaverso”, todo para dar una imagen de solidez y legitimidad. Los estafadores apelaban a la aspiración de una vida mejor, proyectando una imagen de éxito inalcanzable para el común de la gente. Cuando la pirámide dejó de pagar a principios de 2022, las denuncias se contaron por miles en Argentina y Latinoamérica, con sumas estafadas que se estiman en decenas de millones de dólares. Cositorto y sus principales socios fueron detenidos y procesados por asociación ilícita y estafa reiterada.
RainbowEx: el engaño de los ejecutivos falsos
Más recientemente, en 2024, el caso de RainbowEx (también conocida como “Rainbow International”) sacudió a miles de personas, con un foco en San Pedro, Buenos Aires. Este esquema ofrecía ganancias superiores al 10% mensual, basándose en la supuesta operación de un “bot” de trading algorítmico y proyectos de criptomonedas.
La particularidad de RainbowEx fue la sofisticada puesta en escena: utilizaban a supuestos “ejecutivos” internacionales (que luego se descubrió que eran actores contratados) en eventos virtuales y videos, que hablaban en inglés, aportando una falsa capa de credibilidad y profesionalismo. Se estima que aproximadamente 20 mil personas formaron parte de este esquema piramidal, un 30% de los habitantes del partido bonaerense.
Las víctimas eran atraídas por influencers locales o promotores en redes sociales que replicaban el discurso de la “tecnología innovadora” y la “oportunidad de inversión”. Se las instaba a depositar dinero en cuentas de terceros o billeteras virtuales, bajo la promesa de retornos rápidos.

El discurso se centraba en la “seguridad” de la inversión garantizada por la supuesta tecnología y el éxito de estos “ejecutivos” internacionales. Cuando los pagos se interrumpieron, la “empresa” desapareció y los “ejecutivos” se esfumaron, dejando a cientos de personas sin sus ahorros. El caso reveló la evolución de los fraudes, que ahora explotan la globalización digital y el anonimato para montar engaños más elaborados.
Además de estas formas clásicas de esquemas piramidales, hay una nueva modalidad dentro de esta ponzidemia. Se trata de influencers gurúes en “finanzas”, “trading” y “desarrollo personal” que venden su estilo de vida a jóvenes con el objetivo de que compren cursos en dólares, prometiéndoles un rápido crecimiento económico. El esquema es similar al de las piramidales porque los “clientes” son atraídos por el ostentoso estilo de vida de jóvenes como Matías Cardozo, que muestran en sus redes sociales autos de último modelo, departamentos de lujo y relojes importados.
Los gurúes venden una suerte de fórmula de cómo hacerse millonarios, y detrás de esto hay simplemente un speech de cómo vender más cursos y atraer a más clientes. Detrás del estilo de vida lujoso hay departamentos alquilados en Airbnb por días entre varios influencers, autos prestados y relojes falsos.
¿Por qué crecen estas estafas?
Es una combinación de crisis económica, discursos imperantes y desarrollo de las nuevas tecnologías. Es decir, hay miles de jóvenes -y también personas de todas las edades- que no consiguen progresar trabajando, no ven perspectivas en la educación universitaria y se sienten desanimadas por los bajos ingresos de las personas que conocen. En ese momento aparece alguien que dice que se gana miles de dólares de manera rápida y sencilla.
Luego hay un discurso mayoritario que explica que hay un sistema, una forma de pensar, un elemento arraigado en la cultura que es decadente, antiprogreso y perjudicial. Es decir, hay un discurso oficial instalado desde el poder que plantea que gran parte de la pobreza de las personas es culpa de sí mismas y de una cultura fomentada por una política decadente. Y ese mensaje, como nunca, te llega a tu celular en cualquier momento, sin que lo busques, y al que podés responder de manera muy simple.
Generación Zoe: Cositorto fue procesado por más de mil denuncias por estafas en Buenos Aires
Todo eso se combina para que, en algún momento, alguien de tu edad, con la apariencia de una persona que te inspira confianza te diga lo que exactamente querés escuchar. Si eso no alcanza para convencerte, puede escribirte un familiar o amigo para explicarte la enorme oportunidad que tenés enfrente tuyo.
La ponzidemia es empujada por la desesperación, las faltas de perspectiva y la necesidad de salvarse. La mejor de todas las vacunas es la educación, probablemente por eso esta gente dice que te alejes de las universidades.