UNIVERSIDADES
Perfil Educación

Gregorio Dalbón: “Cristina ha sufrido violencia judicial, política y periodística”

El abogado del Presidente y la vicepresidenta participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes del Posgrado en Periodismo. Por qué fue dificil defender a CFK. El delito que cometió Alberto Fernández. Y las causas contra Patricia Bullrich y Eduardo Feinmann.

Gregorio Dalbón
El abogado de la vicepresidenta, Cristina Fernández, participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación. | Captura de pantalla

Gregorio Dalbón participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación del Grupo Perfil y la Universidad del Salvador (USAL) en la que sostuvo que se cometió una infracción en la celebración del cumpleaños de Fabiola en Olivos durante la cuarentena, causa en la que estuvo asesorando a Alberto Fernández. “El Presidente plantea en su defensa que no es delito, pero sí es delito porque de alguna manera a todos los ciudadanos se los juzgó por ese tipo de situación”, advirtió.

El abogado que asesora al Presidente en la mediación que enfrenta con Patricia Bullrich por las denuncias de la líder del PRO sobre supuestas irregularidades en la negociación de vacunas con Pfizer, también es representante de Cristina Kirchner en varias causas y se refirió a la complejidad que enfrentó a la hora de defender a la vicepresidenta. “Fue difícil defender a Cristina cuando era difamada por todos los medios de comunicación y perseguida por los jueces”, dijo Dalbón en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—¿Qué le pareció la elección de Horacio Rosatti como presidente de la Corte Suprema?

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Creo que podría haber esperado el tiempo necesario como para que pudieran estar los cinco jueces, es decir, tendría que haber esperado por (Ricardo) Lorenzetti y (Elena) Highton de Nolasco, que ese día habían avisado que no podían estar para la votación. Por otra parte, el haberse votado a sí mismo no es un hecho que, ética o moralmente, sea digno de un miembro de la Corte. Por lo tanto, es lamentable que nuestras máximas autoridades en el Poder Judicial se auto voten para tener un cargo, cuando podían haber aguardo para hacer la votación con los cinco miembros.

¿Está de acuerdo con el ex juez de la Corte, Eugenio Zaffaroni, en la propuesta de aumentar el número de integrantes del máximo tribunal?

No sé qué cantidad mencionó Raúl Zaffaroni, pero es cierto que cuando hay mayor número de jueces hay más pluralidad de discusión. Además, nuestra Corte carece de un penalista. Si alguien tiene que resolver si una persona va a una prisión perpetua o tiene que ser absuelta, se va a dirimir por un tribunal que no tiene una especialista en Derecho Penal. Al tener pluralidad de magistrados, se podría tener más posibilidades de votos y tendríamos una Corte más especializada en salas, es decir, una sala de Derecho Penal, otra de Derecho Civil, otra de Derecho Constitucional, entre otras. De manera que no sea ajeno ningún tema. No digo una cantidad infinita de jueces, pero entiendo que podrían ser 13, 15 o 17 los miembros de la Corte. En América Latina ninguna baja de diez miembros.

Usted asesoró a Alberto Fernández en la causa por el cumpleaños celebrado en Olivos durante la cuarentena. ¿Qué le produjo ver la foto de ese festejo?

—La foto de Olivos me pareció muy mal y me produjo tristeza porque cuando uno predica tiene que dar el ejemplo. No solamente uno es lo que dice sino es lo que hace. Me produjo indignación. Creo que esto va a terminar en un juzgado, todavía están dirimiendo la competencia, calculo que tiene que terminar con una salida como la que se planteó en su momento, una salida alternativa que figura en el artículo 56 inciso 9, que es pagando una determinada suma de dinero y haciéndose cargo el Presidente de haber cometido un error. El Presidente plantea en su defensa que no es delito, pero sí es delito porque de alguna manera a todos los ciudadanos se los juzgó por ese tipo de situación. En el escrito del Presidente hay dos puntos: uno es una defensa de fondo, diciendo que no hay delito, y otra es una defensa que es una salida alternativa del juicio. Me inclino por lo más justo: la salida alternativa. Porque sería muy injusto que al Presidente le digan que no es delito cuando mucha gente la han procesado y la han multado.

En caso de que Presidente deba pagar una multa por esta causa, ¿cuál sería ese valor?

No es una multa, es una proposición que hace el Presidente. Alberto Fernández ofrece dar la mitad de su sueldo durante seis meses. Alberto Fernández no tiene cuentas offshore, ni empresas ni amigos con mucho dinero, vive de su sueldo, por lo que no puede dar el sueldo entero. El sueldo del Presidente es alrededor de 300 mil pesos mensuales. Por lo que serían 900 mil pesos en total y lo donará al Instituto Malbrán.

 

Entrevista Gregorio Dalbón

—Usted también es abogado de Alberto Fernández en la mediación contra Patricia Bullrich por una denuncia de supuestas irregularidades en la negociación con la vacuna Pfizer. En este mismo Ciclo de Entrevistas le hicimos un reportaje a Bullrich y ella aseguró que nunca había hablado de retornos. ¿Cómo imagina que va a terminar esta causa?

Nosotros tuvimos una mediación previa con Patricia Bullrich donde podía haberse retractado de lo que dijo, como lo hizo en esa entrevista que concedió a Perfil, pero en ese momento no se retractó. Decir que hubo retornos y culpar al Presidente, es algo por lo que debería ser condenada. Pero no depende de mí, depende de los jueces. Se hizo una demanda muy buena, pero el trabajo lo hizo Pfizer, cuando desmintió a Patricia Bullrich. Es una prueba irrefutable, la desmintió en menos de 24 horas. Es muy difícil que Bullrich pueda salir de lo que dijo sin que se retracte en la audiencia. Si no lo hace, al abrirse a prueba el expediente, el gerente de Pfizer Argentina solo tiene que ratificar la firma del comunicado que informó que Pfizer no le dio retorno a ningún funcionario del gobierno de Alberto Fernández. Con eso, entiendo que el juez nos tiene que dar la razón y hacer lugar a la demanda.

Usted también asesora a Cristina Kirchner en la causa que inició contra Eduardo Feinmann. ¿Qué opina sobre el reciente fallo en contra de la vicepresidenta?

Yo sé que Feinmann salió a batir el parche como si hubiera ganado el juicio, pero no se festejan los fallos de primera instancia. Este fallo va a ser apelado y hay grandes argumentos para que se pueda revocar. Es un fallo que no se encuentra firme. Ha opinado un juez pero faltan opinar ocho más: tres de Cámara y cinco de Corte. Un juez opinó que había que rechazar la demanda. Sin embargo, no le impuso las costas a la vicepresidenta en el fallo, porque en el artículo 68 del Código Procesal indica que quien pierde el juicio debe pagar las costas. Igualmente, los juicios de honor se definen siempre en la Corte. Cuando alguien le dice a otro coimero, corrupto, cretino, ladrón, como le dijo Feinmann a Cristina, por más interés público que haya, está difamándolo su honor. Por eso, entiendo que este fallo es muy revocable. Hay muchos jueces que sacan este tipo de fallos para que el periodismo lo festeje.

Además del honor de un funcionario, esta causa también se vincula con la libertad de expresión. ¿Cuál sería el fallo que están buscando?

—Lo que buscamos es que Feinman tenga que retractarse en público, de algo que dijo sin el potencial. También se le coloca una suma de dinero al daño moral. Pero lo más importante es la retractación pública, porque cuando le dice delincuente, coimera, no pone potencial. Además, Cristina Fernández de Kirchner no está condenada por ningún delito de coima. No le ha robado a nadie porque no está condenada por ningún delito de robo. Siempre hay que estar del lado de la libertad de expresión. Gran parte del periodismo ha insultado a Cristina, muchos periodistas han mancillado su honor, pero no los demandó. En el caso de Feinmann se metió con sus hijos y ella consideró que había sobrepasado los límites de lo que es la libertad de expresión. Por otro lado, cuando fue difamada por Feinmann, ella no tenía ningún cargo. Fue en 2016, cuando el periodismo se envalentonó con el triunfo de Mauricio Macri y creyeron que podían decir cualquier cosa.

Usted asegura que cuando alguien le dice coimero a otra persona, lo está difamando. ¿Aplica también para usted, cuando le dijo coimero a al fiscal Ramiro González?

—En mi caso también es una difamación. Pero cuando yo le dije coimero a Ramiro González, le pedí disculpas. Además, antes de que termine la entrevista que me estaban haciendo, aclaré que debería haber dicho que podría ser un coimero. Enseguida me retracté de la aseveración. Aun así, poniendo el potencial, yo cometí un acto de difamación. Estuvo mal, por eso pedí disculpas al fiscal Ramiro González, quien me las concedió. Pero no lo dije como abogado de Alberto Fernández, lo dije como ciudadano. 

Desde que asumió el Frente de Todos la agenda judicial ha estado muy presente y se la vincula a la disputa que Cristina Kirchner enfrenta en los tribunales. ¿Qué piensa de las causas que enfrenta la vicepresidenta?

—Las causas de Cristina se van a caer porque se armaron un lawfare. En lawfare fue a través de Margarita Stolbizer, Claudio Bonadio y (Carlos) Stornelli se llevó a juicio oral una causa típica de inexistencia de delito. En la Causa del Memorando con Irán, por ejemplo, cuando declare Ronald Noble va a decir que las alertas rojas bajo ningún punto de vista se bajaron. Bonadio no le permitió a Noble tener esa posibilidad de declarar, aunque era el jefe del FBI del momento. Así que esa causa va a caer. Además, en ese caso, los senadores y diputados también tendrían que estar imputados, porque los memorándums de entendimiento se hacen en el Congreso de la Nación. La Causa de los Hoteles había sido juzgada en Santa Cruz con un sobreseimiento y le hicieron una causa gemela en Buenos Aires entre (Julián) Ercolini y Bonadio. Esa causa va a caer. En la pericia contable de los hoteles, da bien el precio, ni sobrevalores ni precios que estén por encima de los precios de hoteles comunes. También va a caer la Causa de Vialidad, que es la que está en juicio porque se ha acercado al Tribunal Oral la pericia final donde dice que no hubo sobreprecios ni direccionamiento de la obra pública. Cristina dijo a los jueces que van a tener que contestar por qué hicieron un juicio oral en una situación de una denuncia que no tiene ni pies ni cabeza. 

—Podríamos mencionar varias cosas en relación a estas causas, pero nos detenemos en otra investigación: la Causa Cuadernos, en la que hubo confesiones de los empresarios que reconocieron haber pagado coimas. ¿Esas declaraciones ante la Justicia no tienen relevancia para usted?

—No hay palabra de los empresarios o funcionarios que hayan mencionado a Cristina, ella no tiene absolutamente nada que ver con la Causa Cuadernos. Creo que muchos empresarios antes de ir a confesar habían pasado por una escribanía a decir que iban a mentir para no quedar presos. Así que yo no confiaría mucho en esas declaraciones. Sin embargo, tampoco rozan a Cristina porque allanaron sus tres moradas, le buscaron plata excavando la Patagonia y no encontraron nada. Cristina es una mujer honesta, una persona que de ninguna manera es capaz de cometer delitos. A Alberto lo conozco desde hace poco, me parece una buena persona, pero a Cristina la conozco muy bien y si ella ve algo que tiene que ver con el delito te dice: “Salí de acá, no escuché lo que dijiste y no vuelvas más”. Lo que pasa es que los medios trataron de demonizarla. Cristina ha sido una mujer que ha tenido violencia judicial, política y periodística. Y termino con una frase de Cristina: “El amor vence al odio”.

¿Está en contra de la ley de arrepentidos que se usó en la Causa Cuadernos? 

—La ley de arrepentidos es interesante porque aplica en una causa donde una persona que ha cometido un delito puede arrepentirse, mejorar su situación procesal y ayudar a un fiscal y a un juez a llegar a la verdad. Muchos colegas piensan que es inconstitucional, que nadie puede arrepentirse de un delito, pero entiendo que es una ley moderna, que se puede aplicar. Pero la Causa Cuadernos está viciada de nulidad porque fue instruida por el fallecido juez Bonadio y también por el fiscal Stornelli, que extorsionaba a los empresarios y funcionarios públicos, diciendo que tenían que hablar mal de Cristina para quedar en libertad. Me parece una ley bien hecha, muy útil para la sociedad y para la república. En el caso de la Causa Cuadernos, me parece que ha sido mal ejecutada.

—¿Ha sido difícil defender a Cristina Kirchner en la justicia? 

—Tomé la decisión en 2016 y fue difícil defender a Cristina cuando era difamada por todos los medios de comunicación y perseguida por los jueces. Latinoamérica estaba sufriendo lo que se denomina lawfare, que es la guerra judicial, que se compone de tres miembros que son el Poder Judicial, el poder político y el poder mediático. Mi especialidad es defender la figura pública, lo tuve que hacer contra todos los medios y la verdad no fue fácil, porque mi vida cambió. Yo era una persona que defendía víctimas del tránsito, malas praxis, dentro de la rama del derecho civil y empecé a defender el honor a partir de Cristina Fernández de Kirchner. La verdad que es un honor que una expresidenta te elija como abogado.

—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas de Perfil Educación y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final.

El periodismo bien ejercido es absolutamente, una de las carreras más lindas que existe, les agradezco la oportunidad que me dan de poder estar y poder ser parte de la carrera que han elegido. El agradecido soy yo de poder haber estado aquí, simplemente desearles lo mejor en su carrera.

Por Deborah Pastrana, Florencia Nella Castro y Liliana Zacaríaz
Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación

Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil-USAL