CICLO DE ENTREVISTAS
Perfil Educación

Martín Tetaz: "La mitad de los votantes de Milei no quiere dolarizar"

El diputado de Juntos por el Cambio participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de periodismo de la Escuela de Comunicación Perfil. Convertibilidad con el Real, críticas a la teorías libertarias y análisis de la escalada inflacionaria.

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Martín Tetaz en el Ciclo de Entrevistas de la Escuela de Comunicación Perfil. | Sergio Piemonte

Martín Tetaz participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de Escuela de Comunicación del Grupo Perfil, donde se refirió a lo inviabilidad de la aplicación de las teorías económicas del diputado libertario Javier Milei. “Es un gran economista teórico. Y se puede tener la mejor teoría en cuanto a lo que tenés que decir, hacer y cómo es la situación, pero después te encontrás en la práctica, y esa instancia es otra cosa”, sostuvo.

El diputado nacional de Juntos por el Cambio también planteó como una posible solución a los problemas de la economía argentina una convertibilidad con el Real. “Es una convertibilidad como la de los 90, pero simplemente con el Real. Es el primer paso hacia la adopción de esa moneda y eso se puede hacer simplemente con una ley del Congreso en Argentina”, declaró Tetaz, en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—¿Qué opina sobre la dolarización que propone Javier Milei?

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No se puede implementar porque no hay consenso político para hacer eso en Argentina, pero desde un aspecto técnico sí se puede aplicar. Es como si por ejemplo se proponga que la solución de la Argentina es anexarse ​​como un Estado más de Estados Unidos, lo que es un debate muy interesante para el ámbito académico de la Ciencia Política, pero no se puede realizar en la realidad. 

—Usted a destacado la buena formación en lo económico de Javier Milei. ¿Cómo es posible que sea un buen economista, cuando posee posturas económicas que son impracticables en la mayoría de las sociedades?

—Porque una cosa es la teoría y otra cosa es la práctica, y Milei es un gran economista teórico. Y se puede tener la mejor teoría en cuanto lo que tenés que decir, hacer y cómo es la situación, pero después te encontrás en la práctica, y esa instancia es otra cosa. Por ejemplo, la competencia de moneda que quiere hacer Milei y la banca Simons, que es una propuesta de reforma del sistema financiero, es una idea teórica. ¿Funciona en algún país del mundo? no. Vos en la academia y en la teoría discutís un montón de cosas que son juguetes teóricos para ayudar a pensar. Lo que le falta Milei es que nunca gestionó en política, porque tuvo dos años como legislador y sabe lo difícil que es, no pudo aprobar nada. Nosotros tenemos un bloque mucho más grande y recién pude conseguir mi primer proyecto de ley hace muy poco. Pero a pesar de esto, Milei es un fenómeno real, basta con acompañarlo durante una semana y ver como por la calle la gente lo quiere tocar, es un furor, es una celebrity. Sin embargo, más allá de eso, la mitad de los votantes de Miley están en contra de dolarizar, y eso es un problema de la política en general. Si vos le preguntas a un votante del peronismo características de las ideas o el proyecto político del peronismo, tampoco tiene idea, lo mismo pasa si le preguntas a un votante Juntos por el Cambio. El votante promedio no tiene ni idea de la política.

—Una de sus propuestas ha sido realizar una convertibilidad con el Real en vez de una dolarización. ¿Eso sería más viable? 

—Claro, eso sí porque hay consenso político para hacerlo, no solamente acá sino en Brasil. El gobierno de Bolsonaro tuvo de hecho con Macri una serie de negociaciones en los últimos dos años del Gobierno de Juntos por el Cambio en torno al Peso-Real. Así, este Peso-Real era esta moneda que iba a ser atada a la evolución del Real, o sea es una convertibilidad como la de los 90 pero simplemente con el Real. Es el primer paso hacia la adopción de esa moneda, y eso se puede hacer simplemente con una ley del Congreso en Argentina, para la cual habría apoyo político de muchos sectores incluyendo del propio oficialismo.

—¿Qué piensa de la actual gestión del ministro de economía Sergio Massa? 

Massa en la práctica es un jefe de gabinete en las sombras, un jefe de gabinete paralelo, mientras Rossi tiene un rol más secundario en el Gabinete. Y dentro del equipo de Sergio Massa, se encuentra un economista que es Rubinstein, que es el verdadero ministro de economía. O sea, que en realidad a Massa habría que juzgarlo porque le dio al Gobierno estabilidad política, en un momento en el cual la fragilidad política era extrema. En julio del año pasado, las semanas en las que se desempeño la ex ministra de economía Silvina Batakis fueron un tembladeral, donde el gabinete no consensuaban políticamente y no amalgamaba políticamente, y por lo tanto se llegó a hablar de la renuncia de Alberto Fernández. Encima ahora, eso sí no es culpa de Massa, vino la sequía y no hay un dólar en la economía, y esto no es algo que pueda sorprender al Gobierno, porque la sequía era conocida hace meses, los que viajamos al interior de la provincia y recorremos veníamos mostrando este tema en nuestras redes sociales.

Martín Tetaz con los estudiantes del Ciclo de Entevistas de la Escuela de Comunicación.

—¿Cuál es su proyección de la inflación desde hoy hasta diciembre?

—Lo que pasa es que la proyección y la nominalidad no tienen ningún sentido en la economía, no sirven para nada porque nadie tiene la menor idea de dónde va la nominalidad. Si la inflación no para, todo lo que hoy vale 500 con un 100% de inflación dentro de un año va a valer 1000. Lo que pasa es que cuando uno lo plantea de esa manera, como hay ilusión monetaria la gente tiende a pensar que sería durísimo que estaría a 1000, pero en realidad sería lo mismo que ahora dentro de un año. Por eso no tiene mucho sentido hablar de la nominalidad. Que le pongamos valor a cuánto van a valer las cosas dentro de un año y hay 100% de inflación, o un poco más probablemente, por que cuando se conozca el dato de abril va a dar también arriba de 7%, eso ya es más de 120% de inflación. Estimar cuánto va a ser la inflación también es complicado porque estás jugando con nitroglicerina, donde estás sacando la inflación y la velocidad a la cual van los precios. La inflación de los alimentos y bebidas están corriendo a una velocidad entre 190 y 200. Cualitativamente te puedo decir, vamos a terminar con una altísima inflación, es decir una superinflación como la llamo yo, de tres dígitos no sabemos si 120%, 140%, o si va a haber una híper en el camino, pero seguro que 20% no va a ser, ni 30%, ni 40%, ni 60%, que quería el Gobierno.

¿Coincide con la idea de que la gente rechaza un trabajo formal para cobrar un Plan Trabajar?

—Este tema hay que estudiarlo científicamente no con la anécdota, por que la anécdota es una, y yo también tengo anécdotas y recorro mucho la provincia y los barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Y en general lo que veo  es al revés, donde la mayor parte de la gente que cobra un plan también trabaja, no hay nadie que viva de planes, la gente complementa el ingreso con los planes pero trabaja en la economía informal. Sí es cierto que, en algunas economías del interior, economías estacionales vinculadas a las cosechas, el plazo en el cual el trabajador se puede formalizar y se puede desformalizar son meses, y en el medio no cobra, entonces ahí puede haber un incentivo a mantenerse en la informalidad. Después puede existir el prejuicio de gente que crea que pierde planes sociales.

—¿Cree que Alberto Fernández lograra terminar su mandato?

—Si, creo si, pero Alberto no es un presidente por mérito propio, es presidente porque es el testaferro político de Cristina, por lo que entonces uno se pregunta si el testaferro se puede retirar de su función, ya que a veces no puede ser tan fácil, porque tiene que ser autorizado por su dueño político para hacerlo de alguna manera. Que Cristina acepte que Alberto se fuera, para asumir ella la responsabilidad de este barco que ya va a la deriva, lo veo poco probable. Cristina lo va a sostener a lo que dé, porque todo el desprestigio se lo puede cargar a Alberto. Si ella tuviera que asumir la presidencia, la que se iría con 140% de inflación, pobreza y recesión sería ella, entonces hay un incentivo muy fuerte para que lo sostengan a Alberto y no lo dejen salir.

—¿El próximo Gobierno debería garantizar las relaciones diplomáticas y económicas con China, Rusia y los demás países del BRICS?

—Argentina tiene que ser bien pragmática relacionarse con todos, no tenemos por qué tener un grupo de países con los cuales tener relaciones diplomáticas y otro grupo que no, hay tratar de jugar en el escenario de la política internacional. O sea no hay que jugar a ser país grande en política internacional siendo un país chiquitito como Argentina, el cual tiene que ver con una convertibilidad con Brasil para avanzar hacia una moneda común del Mercosur,  la cual que puede mejorar el perfil de nuestro país. La región va a ser más competitiva en términos de política internacional, incluso también si la región actúa de una manera donde cada uno de los países se corta solo. Pero no hay que tratar de pretender que somos Brasil, porque no lo somos. 

—Agradecemos mucho tu participación en este Ciclo de Entrevistas y le damos la posibilidad de cerrar con un comentario final que quiera realizar.

—Uno de los problemas interesantes de la política actual que nos interpela, es el desinterés masivo de la política en todo el mundo y en distintas épocas. Siempre fue complejo el problema de la representatividad, pero antes se combinaba con que el voto era voluntario, entonces la gente que se interesaba invertía más tiempo en estudiar los problemas y las propuestas, participaba en los partidos políticos, etc. Hoy la lógica de los partidos políticos se ha debilitado, la combinación de desinterés por la política con debilitamiento de los partidos políticos ha generado esta economía de las celebridades. Es decir, sistemáticamente la política se ha tornado algo volátil, y por lo tanto los resultados de la democracia son también más volátiles. Entonces ahora la gente va a ir a votar porque tiene que ir a votar obligada, pero no va a votar probablemente por los partidos tradicionales. Ese voto masivo desencantado de la Argentina y desinteresado por la política parece estar yendo a una fuerza nueva.

 

Por Alejandro Ninin, Matías Cacheiro y Pablo Cabrera

Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación

Escuela de Comunicación