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El abogado de Schoklender solicitó que allanen la Fundación de las Madres

Perfil.com revela detalles de la nueva presentación judicial del representante de Sergio Schoklender y las contradicciones de las declaraciones de Hebe de Bonafini en la causa.

Sede de Madres de Plaza de Mayo
Sede de Madres de Plaza de Mayo | Cedoc

Sergio Schoklender está “enojado, harto de que le cambien las reglas del juego” explica a Perfil.com un allegado que lo acompaña en su flamante arremetida, ahora, contra el vicepresidente Amado Boudou. Es que, como informó Perfil.com el 12 de diciembre del 2012 el ex ministro de Economía estuvo detrás del armado del fideicomiso “Ni un paso atrás” junto con el intendente de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez. Al frente de las finanzas de la Fundación, Boudou colocó a su amigo de la infancia, Roberto Aybar “el gordo” Domínguez que cobraba 44.100 pesos mensuales que se depositaban en dos cuentas bancarias distintas, una de ellas de un familiar de su extrema confianza. Pero, tras la caída en desgracia del viceprocesado, Bonafini separó a Domínguez y continuó en funciones el mendocino Luis Debandi. Según la presentación espontánea de Schoklender, el fideicomiso cobró 160 millones de pesos del Estado nacional por obras realizadas durante su gestión.

El abogado oficial, Hernán Figueroa, insiste en que la justicia debería investigar el manejo de fondos públicos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo antes, durante y después del paso de Sergio Schoklender. Durante los tiempos de Norberto Oyarbide, la investigación sólo se centró en lo que había pasado antes del 26 de mayo del 2011, día en que los hermanos Schoklender se pelearon en la vía pública y fueron eyectados de la Fundación de Bonafini.

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Tras la declaración de Sergio Schoklender, su abogado presentó un pedido formal para que el juez Marcelo Martínez Di Giorgi allane las sedes de la Fundación y de la empresa Fideglob S.A. Por otra parte, pidió la ampliación de las declaraciones testimoniales de aquellas personas que el juez Oyarbide no le había notificado a la defensa. No se quedó allí. El letrado presentó dos convenios firmados entre Hebe de Bonafini y el Fideicomiso “Ni un paso atrás” y solicitó que se cite al ex contador de la Fundación, Carlos Cernuda, al abogado Augusto Kersmann y al escribano Víctor Gaitán.

Desde el 2011, la Fundación de Bonafini no presentó sus memorias, inventarios ni balances. De los 6500 trabajadores, sólo quedaron una centena en relación de dependencia. Durante la segunda mitad del 2011 y el 2012, otro pequeño porcentaje fue contratado, a través de planes sociales, por el Movimiento Evita de Emilio Pérsico.

Fideglob S.A. y las increíbles contradicciones de Bonafini

El 24 de agosto del 2011, mientras Alejandra Pastor, hija de Bonafini, estaba a cargo de la Fundación, se firmó un convenio marco con Fideglob S.A. manejado por el mendocino Luis Debandi. Representando a la Fundación, Hebe firmó el convenio por el que el fideicomiso “Ni un paso atrás” se haría cargo del manejo de los fondos públicos, las deudas con los contratistas y empleados y la contratación de nuevos emprendimientos. Pero del pequeño porcentaje inicial del 1%, el fideicomiso pasaría a cobrar el 16,66% a partir del 10 de enero del 2012. Por ese entonces, el supuesto testaferro de Boudou, Domínguez manejaba las cuentas de la Fundación a distancia, desde el partido de la Costa. Poco después de la salida de Schoklender, Fideglob S.A. intimó a la municipalidad de Rosario a que le transfieran $17.727.087,83. Nunca quedó claro si la Fundación cobró o no ese dinero.

Según el convenio que firmó la Fundación Madres de Plaza de Mayo con el fideicomiso de administración, “Ni un paso atrás”, las ganancias de los emprendimientos educativos y comunicacionales también estarían incluidos bajo el rótulo c) ingresos generales. Esto significa que, tanto la imprenta como la Universidad Popular, en caso de ganar dinero, el fideicomiso recibiría un 16%. El 26 de febrero del 2012, sentada frente al juez Oyarbide, Hebe de Bonafini, dijo que la radio como la imprenta “pertenecen a la Asociación de las Madres. La Fundación era para Sueños Compartidos”. Esa testimonial provocó un cimbronazo puertas adentro de la Fundación pues, algunas Madres de Plaza de Mayo temían “quedar pegadas”. “A Hebe la respaldamos siempre pero tenemos una historia detrás y no podemos faltar a la verdad” le confesó una de ellas a un ex director educativo de la institución quien también terminó despedido.

Ese 26 de febrero, Bonafini aseguró que “había algunas veces que si había que hacer un arreglo en la radio o en el Ecunhi se hacía con la Fundación”. La cantante y actual Ministra de Cultura, Teresa Parodi, estuvo al frente del Espacio Cultural Nuestros Hijos que funciona en la Ex Esma. Sus empleados no cobraron los sueldos durante meses tras la salida de Schoklender como contaron, varios de ellos, en mi libro El negocio de los derechos humanos. Sin embargo, Hebe declaró ante Oyarbide que “la radio –se sostiene- con avisos y el Ministerio de Desarrollo Social que hacía aportes. Y el Ecunhi con el Ministerio de Educación, Desarrollo Social y los cursos que tiene y después los aportes y donaciones”. Es llamativo que, cuando los emprendimientos comunicacionales y educativos no funcionaban la culpa era de “los Schoklender que se afanaron todo” pero, ante la justicia, Bonafini dijo que no esos proyectos no dependían de Sueños Compartidos. Más aún, todos ellos formaron parte del mega-convenio con el Fideicomiso “Ni un paso atrás”. La pregunta es por qué.  

La defensa de Schoklender insiste en que se conozca el nombre de los supuestos testigos de identidad reservada. Uno de ellos me confesó que, en el juzgado de Oyarbide, acompañado por los abogados de Bonafini y un representante del gobierno nacional, “le dibujaron la declaración”.

En el comienzo fue Amado

Al comienzo, Amado Boudou y Sergio Schoklender se llevaban muy bien. Se necesitaban. La Madre fogoneó, al actual vice, como candidato a jefe de gobierno. Se solventaron gastos de esa inconclusa campaña. Boudou finalmente no fue candidato a competir contra la reelección de Mauricio Macri en la ciudad. El elegido fue, finalmente, Daniel Filmus. Según Pablo Schoklender, en una entrevista concedida para “El negocio de la impunidad. La herencia K”, la Fundación “bancó más actos de campaña que La Cámpora y el Movimiento Evita juntos”. Boudou no fue la excepción. Pero Amado quiso formar parte del emprendimiento privado que significaba la constructora de Sergio, Meldorek. Estuvieron reunidos para abrochar el negocio. Boudou garantizaría un millonario préstamo a través de los "Fondos del Bicentenario" a cambio de quedarse con un porcentaje de Meldorek que, en ese momento, soñaba con exportar sus casas móviles, introducirse en el negocio educativo -recordar Jean Piaget- y dar cátedra de sus logros en lo que sería la inauguración de la Feria "Tecnópolis". No hubo tiempo.

Las feroces peleas internas en la Fundación, los celos entre Hebe y Sergio, dinamitaron a Sueños Compartidos. Cierto es que, Schoklender estaba en la mira del gobierno nacional por sus desplantes, su verborragia y porque “entraba en franciscanas a patear las puertas de los despachos de los funcionarios del Ministerio de Planificación” como recuerda su hermano. La inflación, la toma del Indoamericano, las broncas con José López –segundo de Julio De Vido- y, fundamentalmente, la muerte de Néstor Kirchner, acabaron con el futuro de Schoklender como contratista preferido del kirchnerismo. Hebe lo entregó y le abrió las puertas a Boudou que viajaba, semanalmente, a su casa en La Plata a compartir mates y consuelos. De esos encuentros surgió la idea del fideicomiso y la colocación de hombres de extrema confianza del futuro vicepresidente en el manejo de las cuentas de la Fundación que debían ser "emprolijadas".

Según la diputada nacional Patricia Bullrich, Schoklender “se guardó información” durante mucho tiempo. Lo cierto es que, el 10 de abril del 2012, cuando el ex hijo putativo de Bonafini declaró ante la Oficina Anticorrupción, no contaba con toda la información sobre el fideicomiso que se hizo cargo de la administración de la Fundación. Pero, es innegable, que Schoklender es astuto y sabe contra quién apuntar sus cañones. Hoy Amado Boudou no goza de la simpatía popular ni política que tenía cuando, el 24 de marzo del 2011, en un acto en el Mercado Central, Sergio recordó a Néstor como “el desaparecido 30 mil 1”. Detrás lo aplaudía Hebe, Guillermo Moreno, Gabriel Mariotto, Ricardo Bruzzese, La Cámpora, Débora Giorgi y un sonriente Amado Boudou.