SOCIEDAD
Trabajos pendientes en toda la red

Postales del abandono del subte tras un año de inacción

Hay andenes rotos, filtraciones de agua, accesos tapiados y escaleras mecánicas y ascensores que no funcionan. En algunas líneas comenzaron las tareas de limpieza.

Linea C. Hay baldosas rotas en andenes.
| Cedoc

Luego de dos meses de trabajos y un año de tironeos por la transferencia del servicio, el Gobierno porteño reabrió la línea A del subte. Pero los coches chinos, comprados por la Nación, modernos y con aire acondicionado, contrastan con el estado de las otras líneas, donde los arreglos recién comenzaron y el deterioro abarca trenes, andenes y estaciones.

Una de las quejas más frecuentes de los usuarios ocurre en la D. “El olor empieza a sentirse en la estación Callao y no se disipa hasta pasar Tribunales”, se queja Beatriz Gómez, que hace el trayecto a diario. Según confirmaron fuentes de Metrovías, de Sbase y trabajadores, en esa parte de los túneles se produjo una filtración cloacal que lleva meses.

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El problema de las pérdidas de caños es recurrente en la red. “Cualquier rotura que se produzca en la calle, por efecto de la gravedad llega a los subtes: las filtraciones se producen y se arreglan todo el tiempo”, explicaron desde la empresa.

Gran parte de los problemas aparecieron durante la puja entre la Ciudad y la Nación por el control del servicio. Durante todo 2012, la concesionaria recibió la mitad de los subsidios que percibía (unos $ 60 millones mensuales). La otra mitad, que debía ser aportada por la administración porteña, fue reemplazada por el aumento de tarifa de $ 1,10 a $ 2,50. Sin embargo, eso ocasionó una baja de entre el 10% y el 20% de los pasajeros, y los ingresos bajaron. Según afirma la empresa, para combatir el rojo sin comprometer la seguridad, debió recortar en limpieza y mantenimiento estético.

La reducción se notó fundamentalmente en estaciones y túneles, donde es frecuente encontrar botellas vacías y papeles de golosinas.

Luego de aceptar la transferencia, el Gobierno porteño apuesta a mostrar mejoras en el servicio. Por eso Sbase comenzó un plan de limpieza en la B y la D desde las cabeceras céntricas hasta Los Incas y Congreso de Tucumán.

Otro punto débil son las escaleras mecánicas y los ascensores. “Viajo todos los días en la H y en las estaciones Humberto Primo, Venezuela y Once hay algunas que no funcionan desde hace un año”, se quejó Raúl López. PERFIL pudo constatar en una recorrida que tampoco funcionaban el jueves pasado. En Juramento, línea D, la escalera mecánica que lleva a la superficie se inhabilitó hace más de cuatro meses, y una salida fue tapiada.

Según Metrovías, las escaleras que se descomponen se arreglan en el día, pero algunas quedan por más tiempo por falta de repuestos. Y admiten que la situación de los ascensores es peor: de los cincuenta que hay, la mitad no funciona.

Para Claudio Dellacarbonara, delegado de la línea B, “el deterioro es una muestra de un problema más profundo: la existencia de una política conjunta, entre Metrovías y el gobierno de turno donde todo el dinero que ingresa como subsidios va a parar a las cuentas de la concesionaria”.

Actualmente, hay cinco estaciones terminadas –dos en la A, dos en la B y una en la H– que no pudieron inaugurarse por falta de trenes. Mauricio Macri lanzó la licitación para comprar 105 coches nuevos para la primera. Para la segunda, se adquirieron 36 vagones usados del metro de Madrid. Y para la última, se comprarán 120 coches marca Alstom.