El asbesto o amianto no tiene olor y cuando sus fibras se esparcen provoca enfermedades terminales, entre ellas cáncer. Este material se convierte más riesgoso con el paso del tiempo y más aún cuando se descompone y empieza a tener contacto con el aire. Una sola fibra de asbeto puede generarle a un ser humano una enfermedad ya que cuando las respira, se contamina.
Los síntomas se pueden observar entre 30 y 40 años y cuando se producen, el desenlace es la muerte a corto plazo ya que el asbesto se adhiere a los pulmones y genera fibrosis, una insuficiencia respiratoria o cáncer pulmonar.
Según la Organización Mundial de la Salud mueren 100.000 personas al año por causas relacionadas al amianto.
El asbesto fue prohibido por el Ministerio de Salud en 2003 pero como se lo utilizaba como aislante sigue en varios lugares. Diez años atrás, una investigación del INTI lo detectó en 30 edificios de Capital federal y el conurbano.
Actualmente, desde España llegó la confirmación de que el asbeto se encuentra en los componentes del sistema eléctrico de los coches CAF 500 que se encuentran en circulación de la línea B y también lo hallaron en una pieza de un coche CAF 6000.
Riesgo. Los expertos recomiendan contratar a una empresa especializada para retirar el material ya que es un mineral de fibras microscópicas que se extrae de las canteras para realizar pastillas de frenos, guantes y tablas de planchar entre otros.
En 2003 se prohibió totalmente su producción, importación, venta y uso y en 2005 una ley porteña reafirmó la prohibición. Actualmente los trabajadores de la línea b son los más afectados ya que se encuentran en un contacto constante y directo con el material cancerígeno .
