Viajar no estaba en mis planes. Pero a través de un intercambio cultural se dio la posibilidad de hacerlo, ¡y nada menos que a Londres!
Profesores y padres se reunieron y finalmente viajamos. Y la aventura comenzó para mí, cuando solo tengo 17 años y curso mi último año del secundario en el Instituto Mariano Moreno. Documentación, cámaras, celulares, ropa y algún elemento que nos identificara como grupo. Se organizaron reuniones para que todos nos conociéramos más, y fue una gran idea porque unas semanas después ya teníamos un grupo en WhatsApp.
El viaje fue increíble. Apenas llegamos al campus de Goldsmiths, en London University, dejamos nuestras cosas y salimos a recorrer la universidad.
Las redes explotaron. Los celulares estaban listos para transmitir en tiempo real: Instagram, Facebook, WhatsApp.
Creía que nos iba a tomar días hablar con otros adolescentes; sin embargo, después de comer ya teníamos amigos extranjeros. Al pasar los días intercambiamos los usuarios de Instagram. ¡Lo que sí es complicado es escribir tu nombre con otro alfabeto! Todas las noches bajábamos al patio y charlábamos con chicos de otros países, como Rusia, Georgia, Italia, Turquía, Croacia y algunos de Argentina también.
En esas dos semanas les enviaba las fotos que estaba sacando con mi cámara (me encanta la fotografía) a mis amigos y familia, se quedaban sorprendidos. El lugar que más me gustó visitar fue el London Eye. En los casi 30 minutos que dura la rotación completa la vista desde allí es sorprendente, tiene más de 130 m de altura, y se podían ver el Parlamento y el famoso Big Ben (cuesta cerca de 20 euros). También visitamos los típicos lugares turísticos e íbamos rotando de guías. Nos permitieron recorrer Londres de noche en dos ocasiones. Es una ciudad hermosa, llena de gente, de luces, todo se ve maravilloso. Visitamos el British Museum, que está en Great Russell St, Bloomsbury, e hicimos un paseo en ferry por el Támesis.
También conocimos el famoso London Bridge, Saint Paul Cathedral, el Chelsea Stadium y Westminster Abbey. Tuvimos clases con profesores griegos, y de otras nacionalidades, que todos los años enseñan en los cursos de verano. Y compartíamos la clase con cuatro croatas. A medida que pasaban los días, en cada clase nos conocíamos más entre nosotros y eso fue muy interesante. Aprendí mucho, no solo del idioma sino de lo multicultural que es Inglaterra. Es una sociedad muy abierta. Hasta el día de hoy sigo en contacto con todos mis compañeros de viaje y también con una chica rusa a través de Instagram, y de vez en cuando veo fotos que publican otros chicos que conocí, para quienes la experiencia fue igual de alucinante.
Viajar es increíble. Y sobre todo, tener la posibilidad de ver, cada vez que queramos, todo el material fotográfico que surgió del viaje y que está en la red.
IG: @locasocami
