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El desacierto de hablar solo de libre comercio

Se realizó la XIIIº Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Abu Dabi. La puja entre Estados Unidos y China. El rol de la Unión Europea. Las agendas de trabajo livianas y declaraciones atrapadas de un mundo que solo existe en Ginebra.

Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio
Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio | cedoc A24

Hace unos días terminó la 13º Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Abu Dabi: una vez más, reunidos los ministros de comercio de todo el mundo, no pudieron más que articular agendas de trabajo livianas y declaraciones atrapadas en un mundo que solo existe en Ginebra.    

Hubo decisiones y declaraciones. Entre las decisiones: la bienvenida a dos nuevos miembros (Timor Oriental y Comoras); la renovación de la moratoria que impide colocar derechos aduaneros en el comercio electrónico (existente desde 1998) y también el compromiso de poner en marcha durante este año un mecanismo eficaz para la solución de disputas comerciales (que se desmanteló en 2017).

No hubo consenso en cuestiones tales como agricultura y seguridad alimentaria ni tampoco sobre cómo seguir profundizando las reglas sobre subsidios a la pesca. Las declaraciones, por su propia naturaleza, fueron de carácter general, por ejemplo: “fortalecer la cooperación regulatoria para reducir las barreras técnicas al comercio”, “seguir trabajando sobre las lecciones aprendidas de la pandemia del COVID y sobre soluciones efectivas para futuras pandemias”…insustancial y vacuo.

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Qué crimen sería que solo tomáramos de la OMC el discurso del libre comercio.

Es claro que las reglas y las instituciones internacionales se tensionan y crujen porque expresan la reconfiguración de la producción, la innovación y el poder. La dificultad del G 0 para proveer directrices políticas globales y de la OMC para sacar adelante acuerdos comerciales sustantivos o dirimir institucional y regladamente los conflictos comerciales reflejan la reconfiguración y la incertidumbre reinante. Es una arquitectura legal e institucional global en estado de suspensión--- pero que muchos aprovechan.

La Unión Europea financia, promueve y avanza hacia una economía baja en carbono, digital y protegida. Predican una política internacional hecha a imagen y semejanza de sus necesidades, prioridades y preferencias. Si les sale bien, sus lineamientos estructurarán el mundo por venir a su ventaja. Estados Unidos practica políticas industriales verdes y de las no verdes también. Las hay para asegurar las cadenas de suministro, para reducir las emisiones de carbono y para aumentar sus capacidades tecnológicas, entre otras.

Si hay un actor que desertó de la OMC y sus reglas hasta que escampe la tormenta, es Estados Unidos. China se esconde detrás del libre comercio y la competencia en el plano internacional aprovechando sus poderes soberanos en el mercado interno, de la organización de la producción y el comercio en cadenas globales de valor que domina y de la falta de regulación y observancia de la defensa de la competencia en el mercado global. Finalmente, la India practica el bloqueo, no ya sobre alguna que otra decisión sustantiva sino que bloquea el ingreso de los temas a tratar en la agenda de trabajo de la OMC!  

¿Y la Argentina? Estallados en nuestra propia transición, las autoridades parecen aferradas a un salvavidas ideológico ortodoxo en su formulación y aplicación. No son tiempos ni hace falta ser el mejor alumno. Tampoco actuar como si los foros y discursos internacionales fueran sólo acerca de las ideas o las ideologías y no acerca de los intereses. ¡Qué crimen sería que solo tomáramos de la OMC el discurso del libre comercio sin tomar nota de la práctica real de las prima donna del comercio internacional! O que no aprovecháramos para implementar políticas a nuestra medida justo ahora que el mundo está embarcado en el juego del haz lo que yo digo pero no lo que yo hago mientras la OMC no está. 


*Valentina Delich es Directora de FLACSO-Argentina