“Los argentinos son una manga de ladrones, del primero hasta el último”, así se inició una de las polémicas que marcaron la historia argentina en materia de relaciones internacionales con Uruguay y terminó hace exactamente 20 años con el expresidente uruguayo Jorge Batlle llorando mientras pedía disculpas.
Una cámara encendida, un micrófono caliente y la fuertes consecuencias que dejó la crisis argentina de 2001 al país vecino propiciaron que Batlle expresara una frase que sigue resonando aún 20 años después en Argentina.
Durante una entrevista a Bloomberg, el antiguo mandatario uruguayo enfureció cuando el periodista insinuó las similitudes entre los problemas económicos de ambos países y disparó: “La situación argentina es de los argentinos, con los problemas argentinos: ¡una manga de ladrones, del primero hasta el último! ¿Usted conoce la Administración argentina? ¿Sabe cómo se manejan las cosas en Argentina? ¿Sabe la clase, volumen y magnitud de corrupción que hay?”.
“¡La Argentina no es el ombligo del mundo!”, continuó Batlle iracundo sin saber que las cámaras estaban encendidas y lanzó: “No hay nadie en el mundo que necesite de la Argentina para vivir”.
A pesar de que el expresidente de Uruguay era hijo de una argentina, tuvo un matrimonio con una argentina, pasó parte de su infancia en el país y era un gran seguidor de Menem y Cavallo, no dudó en decir: “Es la tragedia de los argentinos. Se pasan diciendo a ver quién es el culpable de no ayudarlos. Y no se dan cuenta que tienen que ayudarse a sí mismo”.
"Chorros" y "cagadores": todas las veces que los presidentes uruguayos hablaron de nosotros
Batlle también arremetió contra su par argentino en ese momento Eduardo Duhalde: “¿Cómo le voy a plantear a Duhalde nada? No tiene fuerza política, no tiene respaldo, no sabe a dónde va. ¿Pero cómo le voy romper a un ciudadano que llegó por casualidad y que se va no se sabe si esta semana que viene o en el mes de marzo?”.
Las impulsivas declaraciones del antiguo mandatario de Uruguay cruzaron rápidamente el Río de La Plata y se esparcieron por todo el país y complicaron las relaciones con el país vecino.
El llanto de disculpas de Batlle
Una vez que la polémica se desató, Batlle levantó el teléfono y se comunicó directamente con su homólogo Duhalde para poder comenzar a cerrar los conflictos entre ambos países.
Sin embargo, un día después, el expresidente de Uruguay llegó a Buenos Aires para arreglar personalmente las relaciones internacionales y poner fin al revuelo.
“Es propio de los seres humanos equivocarnos y también es propio de los seres humanos con grandeza pedir disculpas, por lo que le pido disculpas a usted y al pueblo argentino”, así inició sus disculpas en la Quinta de Olivos.
Luego de eso, el antiguo mandatario comenzó a recordar los fuertes lazos que lo unen a Argentina y la infancia que pasó en el país. Entre lágrimas, expresó: “No solamente al pueblo argentino me unen lazos muy profundos de sangre por mi madre, sino que buena parte de mi vida la he pasado en este país. Yo fui a la escuela acá, la escuela primaria. Acompañé a mi familia, que estaba deportada en Argentina. Fui a la escuela en Belgrano y vivía en una pensión todos en una sola pieza”.
“Por tanto, no me cuesta pedirle disculpas al pueblo argentino y a usted señor. No me cuesta. Es de hombre sano hacerlo y lo hago con el fervor que tengo con las cosas de nuestras ambas patrias, a la que me siento ligado por la historia y por la vida familiar”, concluyó emocionado.
Duhalde, por su parte, destacó la “hidalguía” de su homólogo y cerró la polémica: “La historia recogerá este episodio como una simple anécdota”.
Otra anécdota dentro de la polémica
El escándalo político se cerró con un fuerte estrechón de manos entre ambos mandatarios. Sin embargo, otra anécdota tuvo lugar dentro de esta polémica en relaciones internacionales.
Al terminar la grabación de la conversación, Duhalde se percató de que había otras cámaras afuera del despacho y otro off the records quedó al descubierto. Batlle contestó: “No importa. Si hay otras cámaras, haremos lo mismo con otras cámaras”.
Con esta reunión oficial y una nueva anécdota, se puso fin a una de las polémicas más grandes entre uruguayos y argentinos.
RdC / ED