El Gobierno de Argentina inició una estricta vigilancia sobre los agentes del mercado, que los ejecutivos atribuyen a una “caza de brujas” para reprimir las operaciones y evitar el desplome del peso.
El peso paralelo, conocido como blue-chip swap, cayó más de un 13% esta semana hasta tocar un mínimo histórico intradiario de 484/USD luego de que el Gobierno informara que la inflación ya alcanzó el 104% anual.
La brecha entre el tipo de cambio paralelo y el oficial llegó a superar el martes el 120%.
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Frente a estas turbulencias, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció en un tuit el martes que investigaría el comportamiento y las operaciones en el mercado a través del regulador, conocido como CNV, y la oficina anti blanqueo, conocida como UIF.
Ese mismo día, los empleados de TPCG Valores se sorprendieron al ver en las pantallas de televisión que el Gobierno estaba realizando una inspección sobre la compañía. La confirmación llegó menos de una hora después, cuando recibieron la visita de los reguladores y la entrega en mano de un pedido de información, según dos personas con conocimiento directo del asunto.
En simultáneo, la CNV envió un correo electrónico a los principales agentes del mercado local para pedirles información sobre las operaciones de contado con liquidación realizadas con cauciones y bonos entre el 1 de marzo y el 21 de abril, según dos personas con conocimiento directo del tema.
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Además, la CNV inició esta semana una investigación sobre las operaciones del agente Max Capital, luego de que el viernes pasado la empresa difundiera rumores de una posible devaluación del peso oficial, según una persona con conocimiento directo. El sábado, Max Capital publicó sus disculpas en una extensa carta pública en las redes sociales.
La presión oficial sobre el mercado continuó el miércoles y jueves. Funcionarios de la bolsa de valores, BYMA, y del banco central hicieron llamadas a los ejecutivos pidiendo explícitamente que bajaran posturas o evitaran generar turbulencias en las operaciones de contado con liquidación, según las fuentes.
Las medidas muestran la desesperación del Gobierno argentino por sofocar la volatilidad a meses de las elecciones presidenciales. Los bonos cayeron esta semana a su nivel más bajo del año y el banco central tuvo que subir su tasa de interés a un récord histórico, en un esfuerzo por frenar una hemorragia de las reservas internacionales.
El presidente, Alberto Fernández, declaró el miércoles que el desplome del peso fue el efecto de la acción de operadores de la “derecha argentina”, que “instalan rumores por la mañana, operan durante todo el día y retiran beneficios por la tarde, perjudicando así los ahorros de los argentinos”.
Voceros de BYMA, CNV, Max Capital, TPCG, BCRA y el Ministerio de Economía declinaron hacer comentarios.