La Policía peruana está movilizando a miles de efectivos en todo el país en un esfuerzo por identificar a manifestantes que están viajando a la capital del país, ya que es probable que la próxima semana se inicie una nueva ola de protestas contra el Gobierno.
Perú se vio afectado por los peores disturbios sociales en décadas a principios de este año, cuando manifestantes paralizaron el transporte e interrumpieron la actividad agrícola y minera mientras exigían la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, cuya popularidad cayó el mes pasado a un mínimo récord de 12%.
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Los disturbios provocaron una contracción económica en los primeros cuatro meses del año. Alrededor de 50 civiles murieron durante las protestas en medio de los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de orden, que intentaban despejar los generalizados bloqueos de vías. Organizaciones de derechos humanos han acusado a Boluarte de permitir ejecuciones extrajudiciales, mientras que la Fiscalía aún no ha imputado a nadie por las muertes.
El Gobierno ha tenido problemas para reactivar la economía desde que disminuyeron las protestas en marzo, ya que debe enfrentar una baja confianza de los inversionistas y el fenómeno climático de El Niño, que ha alterado la industria agroalimentaria.
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Manifestantes de todo el país están llamando a sus pares a reunirse en la capital, Lima, a partir del 19 de julio, aunque no está claro si atraerán a un número significativo de personas. Sin embargo, la policía ha anunciado importantes esfuerzos para monitorear las posibles protestas, lo que sugiere que el Gobierno espera al menos cierta alteración.
El general de policía Oscar Arriola dijo a última hora del miércoles que se han desplegado 8.000 efectivos policiales como parte de un plan para “controlar” los puntos de ingreso a Lima. Arriola señaló que el objetivo de sus fuerzas en la capital será conseguir “la identificación plena de todas las personas y la solicitud inmediatamente de sus antecedentes policiales, de alguna orden de captura pendiente, el registro de las pertenencias que trae”, y describió la labor como “titánica”.
A principios de este mes, la policía pidió la suspensión de todos los partidos de fútbol en Lima en la segunda quincena de julio debido a los posibles disturbios.