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¿Qué necesita el mundo? Más seres humanos

¿Qué tan preocupados deberíamos estar por la despoblación global? Algunos países de Asia oriental tienen tasas de fertilidad cercanas o incluso inferiores a 1,0, mientras que gran parte de la población central de Europa se está reduciendo. En Estados Unidos, las tasas de fertilidad han caído por debajo de las de reemplazo, alcanzando un mínimo histórico de 1,7 en 2019, y probablemente caerán aún más en 2020, en parte debido al covid. Las tasas de natalidad de muchos de los países más pobres del

UK In Sixth Week Of Coronavirus Lockdown
UK In Sixth Week Of Coronavirus Lockdown | Fuente: Chris J Ratcliffe / Getty Images

¿Qué tan preocupados deberíamos estar por la despoblación global?

Algunos países de Asia oriental tienen tasas de fertilidad cercanas o incluso inferiores a 1,0, mientras que gran parte de la población central de Europa se está reduciendo. En Estados Unidos, las tasas de fertilidad han caído por debajo de las de reemplazo, alcanzando un mínimo histórico de 1,7 en 2019, y probablemente caerán aún más en 2020, en parte debido al covid. Las tasas de natalidad de muchos de los países más pobres del mundo están cayendo a un ritmo sin precedentes. Para el año 2100, según una proyección, el crecimiento de la población mundial será prácticamente cero.

Si cree que el mundo está superpoblado y ante serios problemas ambientales, pueda que le parezca una buena noticia. Pero, como ha señalado mi colega Robin Hanson, la disminución de las poblaciones crea su propia lógica inexorable. Si la población japonesa se reduce a la mitad, a 65 millones, ¿qué puede evitar que disminuya a 30 millones? ¿O a 20 millones?

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Hay cierta evidencia de que la disminución de las poblaciones es perjudicial para la economía mundial. Para mí, sin embargo, la mayor tragedia sería fracasar en aprovechar al máximo la capacidad del planeta de sostener la vida humana. Ningún tipo de política familiar debería ser obligatorio. Pero debería haber políticas para que las familias más grandes sean una opción más atractiva, tanto desde el punto de vista económico como desde otros.

Una posibilidad es que una población en disminución traiga mecanismos de reversión propia. Por ejemplo, una población japonesa de la mitad de su tamaño actual convertiría a Japón en un lugar más vacío, presuntamente reduciendo los precios de la tierra. Para algunas familias sería más fácil pagar un apartamento más grande en el centro de Tokio y tal vez decidirían tener más hijos.

Pero parece más probable que ese mecanismo reduzca el declive de la población a que lo revierta. El espacio vital es solo uno de los muchos factores detrás de las decisiones sobre el tamaño de la familia. Además, a medida que la población disminuye, la cantidad de casas y apartamentos en oferta también disminuirá, por lo que a largo plazo la cantidad de espacio por familia podría no aumentar mucho.

Las tendencias de la población dependen de cuán permanentes sean las causas de la disminución de la fertilidad. En muchos casos, las mujeres prefieren seguir carreras o comenzar a tener hijos más tarde, y eso significa tasas de natalidad más bajas. Esta misma lógica se aplicaría en países como Japón o Italia, que son mucho menos poblados.

Otro factor en la disminución de la fertilidad, especialmente en EE.UU., es cuando la familia es monoparental. Si una madre potencial está ante una decisión de fertilidad sin contemplar en el panorama a otro padre a tiempo completo, es más probable que elija tener menos hijos. A medida que la población cae, ¿las familias monoparentales serán menos comunes? Es difícil ver por qué. Ya sea que el problema sea la falta de hombres que quieran casarse, normas familiares inestables o mujeres que simplemente prefieren hacerlo solas, no hay una razón particular para pensar que esos factores desaparecerán en una era de disminución de la población.

En todo caso, el impulso hacia familias más pequeñas podría continuar o incluso acelerarse. Las oportunidades laborales para las mujeres pueden seguir mejorando en calidad, lo que aumenta los costos de oportunidad de tener una familia numerosa. Además, muchos países del mundo son cada vez más ricos. A medida que aumenta la riqueza, la religiosidad tiende a disminuir y la religiosidad también tiende a aumentar el tamaño de las familias.

¿Cuáles podrían ser algunos otros factores que intervienen para restaurar la fertilidad? Tal vez robots tiernos y amorosos facilitarán la crianza de niños pequeños. O tal vez, a medida que las poblaciones caen a niveles mucho más bajos, se establecerá una sensación de pánico moral. Las familias podrían decidir tener más hijos si sienten que la supervivencia de su país está en juego. Un escenario más elaborado y distópico sería que las corporaciones se hagan cargo de partes vacías del mundo y paguen por la crianza de los niños allí, a cambio de una parte de sus ingresos futuros.

Sin duda, hay otros escenarios inusuales (y más utópicos). Cualquiera que sea su probabilidad, no sería prudente contar con ellos. Ya es el caso que en muchos lugares, como Singapur, los Gobiernos se han embarcado en fuertes, pero ineficaces, políticas de subsidios profamilia.

La despoblación es un problema importante que el mundo en general, y sus países más ricos en particular, ni siquiera discuten, y mucho menos abordan. En un año determinado, en cualquier país, una disminución de la población puede no ser un gran problema, e incluso puede ser bienvenida. Pero no se equivoquen: conforme avanza el tiempo, colectivamente, estamos eligiendo un futuro muy diferente para la humanidad.