El ministro de Energía de Rusia insistió en que el país y sus aliados en la OPEP deben vigilar el mercado del petróleo en las próximas semanas, antes de tomar cualquier decisión para reducir la producción.
"Necesitamos ver cómo se desarrolla la situación en noviembre y principios de diciembre para comprender mejor las condiciones actuales y las perspectivas del invierno", dijo el lunes en Moscú Alexander Novak. Su negativa a unirse a su homólogo saudí, Khalid Al-Falih, para pedir un amplio recorte de producción muestra que sus discrepantes posturas persisten a pocas semanas de una cumbre clave de la OPEP+ que se realizará en Viena.
"Necesitamos tomar una decisión equilibrada, y hasta ahora no hay criterios para ello", dijo Novak. Aunque los productores discutieron los posibles frenos de producción en una reunión realizada en Abu Dhabi a principios de este mes, acordaron esperar hasta la cumbre de diciembre antes de tomar una decisión, ya que se necesita más claridad sobre la oferta y la demanda, dijo.
Hace una semana, Al-Falih dijo que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados necesitan recortar alrededor de 1 millón de barriles diarios respecto de los niveles de producción de octubre, revirtiendo aproximadamente la mitad del aumento en la producción que lograron a principios de este año. El pronunciamiento de Arabia Saudita se produjo cuando los temores de escasez de suministro de hace solo unos meses fueron reemplazados por las preocupaciones acerca del emergente exceso de oferta y la caída de los precios.
Dado que Arabia Saudita y Rusia son los dos líderes de facto de la alianza de la OPEP+, sus posturas discrepantes sugieren que las negociaciones del 7 de diciembre podrían ser difíciles.
Los saudíes necesitan, para el próximo año, un precio del petróleo de US$73,30 por barril para equilibrar el presupuesto fiscal, según el Fondo Monetario Internacional. Eso es US$6 por sobre el precio actual del crudo Brent. En Rusia, el presupuesto estatal depende mucho menos de los precios del petróleo que en 2016, cuando el país acordó unirse a los esfuerzos liderados por la OPEP para reequilibrar el mercado.
El presidente Vladimir Putin dijo la semana pasada que un precio de alrededor de US$70 "nos satisface por completo”. El presupuesto de Rusia se equilibrará el próximo año, incluso si los precios de la mezcla de exportación del país bajan a US$40 por barril, según el Ministerio de Finanzas.