Agencias
Bogotá
La muerte enlutó una vez más a Colombia. Al menos cinco militares murieron ayer, cinco más resultaron heridos y uno está desaparecido, tras enfrentamientos de las tropas con presuntos guerrilleros de las FARC, en la zona rural de Santander de Quilichao, perteneciente al departamento de Cauca. Las muertes ocurrieron un día antes que empiece a regir el cese al fuego indefinido proclamado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que desde hace dos años negocia acuerdos de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos.
Los uniformados ultimados y heridos, así como el desaparecido, pertenecen al Batallón de Infantería Nº 8 Batalla de Pichincha del Ejército colombiano. El ataque a los militares, cuyos heridos fueron trasladados al hospital Francisco de Paula Santander de Quilichao y clínicas de Cali, ocurrieron al mismo tiempo que el grupo rebelde detonó un artefacto explosivo en la carretera Panamericana, la principal ruta del occidente colombiano.
El presidente Santos lamentó el fallecimiento de los soldados y sostuvo que “murieron defendiendo la seguridad del resto de los colombianos”. Por su parte, Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno en los diálogos de paz, lamentó en alocución pública desde Bogotá “la muerte de varios uniformados por acciones de la guerrilla”, que tiene más de cincuenta años de antigüedad y unos 8 mil combatientes.
“A las 3.30 de la mañana en la parte alta del municipio de Santander de Quilichao, entramos en combate con terroristas de la columna móvil Jacobo Arenas de las FARC con algunos apoyos del Frente sexto de las FARC”, explicó a la prensa el general Wilson Chawez, comandante de la tercera brigada del Ejército.
El gobierno colombiano había valorado esta semana el alto el fuego unilateral e indefinido que anunció la guerrilla el miércoles, pero no aceptó las condiciones que implicaba. En un comunicado publicado este jueves por la Casa de Nariño, el Ejecutivo consideró que ese gesto de las FARC “va en la dirección correcta”, pero rechazó la “exigencia de verificación” que propone la guerrilla y que deberían llevar a cabo organizaciones como Unasur, Celac, CICR y el Frente Amplio por la Paz –integrado por diferentes sectores sociales y partidos políticos colombianos–. Es la primera vez que la guerrilla hace un gesto similar en cinco décadas de conflicto.
Las FARC negocian con el Ejecutivo colombiano desde noviembre de 2012 en La Habana. Pese a los gestos de ambas partes, aún no se declaró una tregua bilateral en Colombia. Santos ganó este año la reelección con la promesa de conseguir que haya paz en Colombia.
El conflicto armado colombiano dejó en más de medio siglo al menos 220 mil muertos y más de 5,3 millones de desplazados por la violencia.