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Argentina después de la pandemia

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BA: Aislamiento social preventivo obligatorio. Viernes 21 de marzo, atardecer de hora pico en la avenida 9 de Julio, vacía como nunca en su historia. | AFP

Si el futuro es siempre incierto, el devenir de esta pandemia impone un desafío aún mayor. ¿Cómo será la Argentina después del coronavirus? La respuesta es tan perpleja como urgente.

Siglo Veintiuno Editores acaba de dar un paso en ese sentido con la publicación de La vida en suspenso, que presenta “hipótesis sobre la irreconocible Argentina que viene”. El resultado refleja el primer esfuerzo intelectual serio para problematizar el mañana inmediato de nuestro país después del coronavirus.

Desde el inicio, los editores anticipan que el resultado es angustiante: “¡Bienvenidos y bienvenidas a la nueva anormalidad! (aunque tememos que no va a gustarles)

“Vivimos un tiempo absolutamente excepcional. Por primera vez la historia está en suspenso, atónita por un acontecimiento cuyo protagonista es la naturaleza. No va hacia delante, tampoco retrocede, y sin embargo, se mueve en el mismo lugar”, se anticipa en el libro que es de acceso gratuito y fue editado junto a la revista Crisis.

“Vivimos un tiempo absolutamente excepcional. Por primera vez la historia está en suspenso, atónita por un acontecimiento cuyo protagonista es la naturaleza. No va hacia delante, tampoco retrocede, y sin embargo, se mueve en el mismo lugar”

“Ningún poder posee autoridad en el plano global para conducir a la humanidad en medio de la pandemia –se advierte en el flamante trabajo–. En estas condiciones cualquier cosa parece posible, pero casi nada resulta pensable”.

Para pensar este nuevo paradigma se presentan 16 ensayos, producidos por un grupo de profesionales interdisciplinarios, que se enfoca en distintos planos de análisis. Son autores (Horacio González, Alejandro Bercovich, Diego Golombek, Juan Grabois) que en su mayoría no reflejan una mirada plural. Y en ese diálogo sesgado, que no se esfuerza en superar la grieta, radica, quizá, la única crítica posible.

Eso no impide, no obstante, reconocer que el resultado logrado por La vida en suspenso permite dar cuenta del escenario por venir de Argentina en clave política, social, económica y cultural.

Uno de los capítulos más desafiantes lo propone Rita Segato. Luego de retomar las conclusiones sobre el futuro elaboradas por Slavoj Zizek y Byung-Chul Han, que van desde la reconfiguración del capitalismo, hasta el resurgir de nuevos modelos totalitarios en apariencia democrática, la doctora en Antropología Social y docente de posgrado la UBA asegura que estas utopías y distopías no son posibles para la realidad local.

Argentina debe ser concebida desde su propia particularidad. Solo así es posible entender, por ejemplo, las violentas discusiones en torno al confinamiento, que dejan de lado el aspecto científico para escalar en enfrentamiento político. “Veo el Covid-19 como Ernesto Laclau vio a la figura de Perón en la política argentina: un ‘significante vacío’, al que diversos proyectos políticos le tendieron su red discursiva”, concluye Segato.

Pensar el futuro desde la periferia y aceptando nuestra propia realidad. Reconocer la atención que la pobreza extrema nos impone. Impulsar la búsqueda de consensos como pilar democrático. Y ejercer la modestia y la flexibilidad hacia afuera.

También es interesante el aporte de la socióloga Paula Abal Medina, que refleja el oscuro panorama social de los barrios de emergencia de Argentina. Se trata de la pobreza estructural, que solo ahora fue descubierta por gran parte de la sociedad. En ese marco, la investigadora y docente de la Universidad de San Martín define al coronavirus como “el gran catalizador de todos los ajustes”, que nos enfrenta a “la elección más perversa: que mate el virus o que mate la pobreza que se acrecienta en cuarentena”.  

El sociólogo Marcelo Leiras suma su aporte sobre el devenir de la gobernanza local y la convivencia interpartidaria, que fue puesta en tensión por la pandemia. “Lo que sin duda necesitamos, y confío en que podamos lograr, es un federalismo mejor: uno que ofrezca oportunidades económicas, servicios educativos y de salud y protección social semejantes en todo el territorio de la Nación”, sostuvo el director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés.

Mientas que el doctor en Relaciones Internacionales Juan Gabriel Tokatlian anticipa el mapa que se avecina. El vicerrector de la Universidad Di Tella advierte que es tiempo de una política “maquiavélica”, pero en clave virtuosa: aquella en la que el autor de El Príncipe aconseja proceder con moderación, prudencia y humanidad. “Hoy, en tiempos de inquietud y contingencia, quizá la realpolitk internacional de la Argentina radique en la modestia y la flexibilidad”, concluye Tokatlian.

Pensar el futuro desde la periferia y aceptando nuestra propia realidad. Reconocer la atención que la pobreza extrema nos impone. Impulsar la búsqueda de consensos como pilar democrático. Y ejercer la modestia y la flexibilidad hacia afuera.

La Argentina poscoronavirus es una gran incógnita. Pero, al menos, ya se observa en el horizonte un camino para desandar.