COLUMNISTAS
LEVEDADES

El Bizzio de Sergio

Logo Perfil
. | Cedoc Perfil

Si la memoria no me falla, de Sergio Bizzio leí todos y cada uno de los libros que publicó, y los leí hasta el final, no como hacen otros escritores que solo  leen a sus colegas para detectar cuál es el “procedimiento madre” de un texto. 

Corrección: leí todos menos Aiwa, una novela que –creo– trata sobre indios (¡pueblos originarios!). No sería raro que el autor inventara usos, costumbres y aventuras de una tribu que bautizó con el nombre de una marca de productos electrónicos (¿japoneses? ¿coreanos?). 

En otra novela, Perdidos, la historia transcurre en pleno siglo XVI, y Bizzio pone todos los verosímiles de época (ropa, hábitos, usos lingüísticos) en medio de una sucesión de peripecias que te recuerda a Stevenson, y de golpe, al final aparece, y es solo una mención que está ahí, relumbra, y luego no aparece más, un televisor. No sé si encendido o no. Pero que te parte lo que venías leyendo y lo convierte en otra cosa.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Mi libro favorito suyo de los últimos años es La conquista/Iris/La construcción.

Luis Chitarroni, en cambio, prefería La pirámide, que le llevé para que leyera cuando lo operaron de una de las tantas cosas que sufrió, y que ahora no tengo manera de reclamarle.

La dicha no es ajena a la idea de la literatura que Bizzio maneja, sin hacerlo explícita, poniéndola en funcionamiento. Su asunto es la comicidad de una mecánica progresiva de enredos fluidamente contados, enredos que vuelven infernal la vida de los personajes y deleitosa la continuidad.

Eso se ve a la perfección en Un lugar precioso, su último libro, que acaba de aparecer: tres cuentos largos, encadenados, o tres novelas breves ídem, donde la serie de malentendidos deriva en explicaciones de una lógica demencial, que va desde la precisión evocativa y el realismo objetal más craso (cuántas cosas hay en sus novelas, y qué bien descriptas en su existencia y funcionamiento…) hasta la aparición de platos voladores que abducen personajes, empezando por la cabeza.

Dije dicha, y después la vinculé con el infierno. En realidad, Bizzio es el artista de la levedad que con maestría transparente conduce sonriendo por los universos de una imaginación que impera como se le da la gana.