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El golpismo de Trump y Bolsonaro

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Futuro. El panorama no es muy prometedor para los líderes autoritarios. | cedoc

No cabe la menor duda de que Donald Trump intentó un golpe de Estado el 6 de enero de 2021. La estrategia consistió en presionar al vicepresidente, Mike Pence, para evitar la certificación de Joe Biden, mientras movilizaba a las milicias supremacistas y fascistas para cercar el Capitolio y después invadirlo. El golpe fracasó y Trump perdió. Cometió un crimen contra la democracia que permanecerá en forma imborrable en la historia. 

El intento de golpe de Trump le creará enormes dificultades para reposicionarse en el futuro político de los Estados unidos. Al contrario de la mayoría de los analistas, creo que él y el trumpismo entrarán en un declive. Cuando líderes autoritarios dejan el poder, las masas que los seguían rápidamente dejan de venerarlos. Esto es una constante en la historia. 

Trump podrá seguir liderando grupos minoritarios radicales. Pero el Partido Republicano será recuperado por conservadores más centristas que valoran las instituciones democráticas del país. Otros líderes y el propio Mike Pence aspirarán a ser candidatos a presidente en 2024 y buscarán reducir el espacio de influencia de Trump, que también deberá enfrentar problemas judiciales y financieros de sus empresas, lo que lo hace rehén de otras agendas. 

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Bolsonaro, discípulo de Trump y dotado de una vocación golpista, tal vez intente algún tipo de golpe si pierde las elecciones de 2022 en Brasil. Pero creo que no será más que una farsa, porque no existen condiciones para que prospere algo así. No es creíble que las Fuerzas Armadas brasileñas apoyen ese eventual tipo de golpe, y sin ellas no podría prosperar. La fuerza política de Bolsonaro es, relativamente, mucho menor a la que Trump tenía en los Estados Unidos. Como máximo llegará a 2022 con un tercio del electorado y con un enorme rechazo. Tampoco tendrá entonces apoyo social para un golpe. Y, finalmente, los grupos bolsonaristas organizados son muy frágiles. Apenas con una resolución del ministro Alexandre de Moraes de la Corte fueron silenciados y puestos a la defensiva. 

Pero es necesario que ese estímulo golpista de Bolsonaro sea bloqueado desde ya. No se puede dejar a este tipo de líderes golpistas agredir criminalmente a la democracia en forma cotidiana. La retórica golpista de Trump llevó a la invasión del Capitolio y provocó muertes. Aquí en Brasil existe una justicia electoral que necesita actuar desde ya para imponer límites a la retórica golpista de Bolsonaro. Debe ser llamado a explicar sus denuncias de fraude electoral y, si no presenta pruebas, debe ser procesado. Así, el Tribunal Superior Electoral y el propio Supremo Tribunal Federal deben estar atentos y actuar, bloqueando la retórica y las actitudes golpistas de Bolsonaro. El Congreso debería hacer lo mismo: estar atento y actuar.

*Profesor de la Escuela de Sociología y Política de San Pablo (Fespsp).