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Milei al gobierno. ¿Macri al poder?

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Bridge. El expresidente en Marruecos, en un torneo internacional mientras se recalienta la campaña. | Juan Obregón

Los guiños entre ellos no son nuevos. Solo que a partir de los resultados de las PASO se multiplicaron, adquirieron otra dimensión y se pueden proyectar al futuro cercano. Javier Milei y Mauricio Macri podrían protagonizar una sociedad que alteraría aun más el actual y ya convulsionado tablero político.

Hasta hace casi dos meses, el idilio parecía limitado a lo ideológico. En especial respecto al ajuste económico, ya que Milei encaja a la perfección en el lema del expresidente de que los cambios tendrán que ser más rápidos y profundos. Claro, la bajada de línea era para JxC. Pasaron cosas.

En aquella etapa del romance, Patricia Bullrich estaba incluida. Y a los tres los vinculaba también un hilo rojo menos abstracto y más mundano: la repulsa contra Horacio Rodríguez Larreta. Ya quedó fuera de carrera.

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Tras los cierres de lista, Milei incorporó a Bullrich como otra destinataria de su fábrica de diatribas, al acusarla de estar detrás de las denuncias por compraventa de candidaturas y varios incidentes en recorridas proselitistas. Solamente Macri quedó indemne.

Massa rasca la olla del FMI y de los votos

La buena onda se sobrecargó cuando el líder libertario reveló que, durante la noche de su triunfo en las primarias, el fundador del PRO lo llamó para felicitarlo.

Devolvió la pared Macri (a él que le gusta tanto el fútbol) desde Uruguay, al argumentar en una conferencia pública que estaba muy contento con los resultados, porque dos tercios de la Argentina habían decidido darle la espalda al populismo kirchnerista.

El candidato de La Libertad Avanza decidió ir a fondo. En una de sus incontables escalas mediáticas, dijo que si era presidente le iba a ofrecer a Macri ser un representante global del país, ya que con su imagen podría abrir mercados y relaciones.

El exmandatario prefirió evitar subir la apuesta. Respondió “gracias, pero no”. Y ratificó su apoyo a Bullrich, que estaba molesta por este coqueteo público, lo que motivó una conversación telefónica algo agria entre ambos.

Tal vez el ánimo de la presidenciable de JxC ya venía negativamente influido por ciertos rumores venenosos, que circulaban a su alrededor, en torno al vínculo de Macri con Milei.

Uno de ellos versaba sobre presuntos diálogos privados entre el expresidente y el libertario, con supuestas promesas de respaldo legislativo y de fondos. Otro, el teórico accionar de un empresario amigo de Macri, llamado Pedro “Pierre” Pejacsevich, en la recolección de dinero para Milei. Allegados a ambos dirigentes negaron estos cotilleos.

Más allá de obvias coincidencias ideológicas, hay en el presidenciable libertario dos intereses prácticos para este romance político. Uno es inmediato y de campaña. El otro, próximo si llega a la Casa Rosada.

Reacomodamientos en estado de shock

En el primer caso, la centralidad positiva a Macri es una de las cartas que juega Milei para ningunear a Bullrich. Esa estrategia ha sido muy marcada desde las PASO, con el summum de que ella es la segunda marca electoral de él. “O quinta”, exageró.

Respecto al segundo, entre dirigentes libertarios comenzó a rondar la idea de gobernabilidad si se ratifica el batacazo y deben gobernar. “Macri nos puede ayudar en nuestra imagen ante el mundo, en el Congreso y con algunos gobernadores”, explican allí.

Al darse este acercamiento antes de los comicios generales de octubre, puede darse el riesgo de que Macri aleje a votantes PASO de Milei, en la apuesta por sacarle sufragios a Bullrich, sin tener en cuenta que el expresidente forma parte del sistema que los libertarios prometen que darán vuelta.

Las motivaciones macristas acaso converjan en una mezcla de política y psicología. Sectores duros del PRO están convencidos de que hay que establecer un acuerdo poselectoral con Milei, gane él o Bullrich.

Si vence la exministra de Seguridad, para avances legislativos en leyes claves. Según los números de las primarias, LLA sumaría unos cuarenta legisladores en Diputados y ocho en el Senado. Intuyen que tendrían más sostén en ese grupo que entre radicales y peronistas.

Ante la hipótesis de que Milei sea elegido (que Macri admitió ante amigos como la más probable si hoy fueran los comicios), el exmandatario está convencido de que necesitará ayuda. Y él está dispuesto a dársela, aunque es improbable que acepte sumarse a su gestión si llegara la propuesta.

Mientras disfruta en Marruecos de su participación en el equipo argentino del Mundial de Bridge, el expresidente goza íntimamente estas semanas de una revancha. Se siente reivindicado por Milei como nunca lo percibió de los dos aspirantes a heredarlo, Bullrich y Larreta.

En el caso del jefe de Gobierno porteño, quiso “matar al padre” del PRO y asumir un nuevo liderazgo, lo que llevó a disputas ásperas. Bullrich pretende no quedar como títere de Macri, que podría ser visto como un paralelismo de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, pese a que no se comparta esa equivalencia.

Juntos por el Cambio y Unión por la Patria no reaccionan ante el cachetazo de Milei

Hemos contado aquí en numerosas oportunidades los recelos entre Macri y Larreta. Ahora resultan más nítidos con Bullrich. Dos ejemplos. Al macrismo le cuesta digerir que Emilio Monzó esté cerca de ella y pueda ser su ministro del Interior. Además, presiona para que la candidata proclame cuanto antes que Carlos Melconian será su superministro de Economía. Melconian armó un plan desde la Fundación Mediterránea, por fuera de los equipos de JxC.

Semejante unción causa ruido en una coalición ya convulsionada por el mediocre resultado electoral y por estos coqueteos Macri-Milei. Elisa Carrió se bajó de una candidatura por “razones de salud”. Ajá.

Tres apuntes, puede que nimios, en torno a la figura de Melconian:

El viernes 18 participó por las suyas del diálogo con funcionarios del FMI, a pedido de Bullrich, mientras antes habían hablado con el organismo Luciano Laspina (el referente económico bullrichista) y otros economistas, también en nombre de la candidata.

El jueves 24, Melconian no fue invitado a la cumbre de JxC que lideró Bullrich con casi 200 dirigentes. Sí estaba Laspina.

El viernes 25, la presidenciable reunió a los equipos económicos de la coalición. Laspina, Dante Sica, Guido Sandleris, Eduardo Levy-Yeyati, Ricardo López Murphy, Enrique Cristofani, Horacio Liendo, Martín Tetaz, Matías Sturt, María Castiglioni y Martín Siracusa, además del coordinador Alberto Fohrig, estuvieron de manera presencial. Hernán Lacunza y David Sekiguchi, por Zoom. Melconian está en el exterior, se ve que no tenía conexión.

Macri aborrece estos ninguneos, de los que él se siente víctima también. De todas formas tiene decidido sumarse a la campaña a la vuelta de Marruecos. Depende de los resultados. Del Mundial de Bridge, se entiende.

Convendría igual no dejarse llevar 100% por lo que parece ser el nexo entre Milei y Macri. La política, como la vida, suele ser más compleja. ¿Y si las loas de Milei apenas son una táctica distractiva mientras habla en secreto y negocia con Sergio Massa, con quien se ponderan por el FMI? La respuesta bien vale otra nota.