COLUMNISTAS
Covid-19

Riesgos y sobreinformación

20200424_television_tv_cedoc_g
Estudio. El 62,3% de las personas dicen informarse por televisión. | cedoc

La cuarentena tiene muchas particularidades. Una de ellas es que la información que recibimos sobre el Covid-19 se canaliza casi exclusivamente por los medios de comunicación y las redes sociales. Los datos de audiencia evidencian un incremento del encendido de TV del 31%, que supera el 100% en los canales de noticias. Los portales digitales muestran un aumento de las lecturas cercano al 50% en promedio y récords de usuarios únicos.

En el marco de la pandemia, una encuesta de la consultora Proyección sobre el AMBA recaba que el 62,3% de las personas dicen informarse por televisión, el 57,8% por redes sociales y el 45,2% por medios digitales, mientras que el resto lo hace por radio y otros medios. Esto muestra, por un lado, la relevancia que siguen teniendo los noticieros en la vida cotidiana, y por el otro, el crecimiento de la lectura en plataformas virtuales. Además, la agenda mediática sobre el coronavirus se presenta transversal en relación con las distintas secciones del diario. Los temas que más interesan, según la encuesta, son en primer lugar la salud y las noticias sobre información ciudadana como guías de trámites, en segundo lugar, la economía, luego las internacionales y por último el entretenimiento.

En términos comunicacionales asistimos a un fenómeno peculiar determinado por un proceso de sobreinformación y desinformación a la vez, lo que podría llevar a las audiencias a experimentar sensaciones de angustia, riesgo y temor. A principio de los años 70 Stanley Cohen propuso el concepto de pánico moral para describir las sensaciones que emergen frente a la ocurrencia de determinados tipos de fenómenos y las representaciones mediáticas que se construyen en torno a ellos. Según Cohen, para que un caso de pánico moral sea exitoso se necesita un enemigo adecuado, y generar un consenso acerca de que no se trata de un problema aislado sino de una problemática que compete a toda la sociedad, ya que puede suceder en cualquier lado.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Así, el Observatorio de Medios de la Universidad Nacional de Cuyo, que analiza diez portales digitales argentinos, constata que el Covid-19 acaparó el 91,3% de la atención mediática desde el decreto de aislamiento y muestra que el 68,3% de las notas promueve riesgos o temor, mientras que el 71,1% presenta la necesidad de acciones urgentes. Sin embargo, tan solo cuatro de cada diez aportan información útil sobre medidas de prevención o modos de resolución de las eventualidades cotidianas asociadas al confinamiento. El resto son noticias de diferente tipo, que van desde la presentación de historias de vida, conflictos políticos y columnas que aportan más opinión que información. Estos enfoques, lejos de satisfacer la función social de los medios de aportar información confiable, exacerban la sensación de riesgo y desconcierto.

Ahora bien, las teorías de los medios todopoderosos han sido desmitificadas a lo largo de décadas de estudios de comunicación, y distintas investigaciones muestran que las audiencias son críticas sobre los consumos mediáticos. Sin embargo, esa mirada vuelve a ponerse en cuestión sobre un tema en el que nuestras percepciones se configuran casi exclusivamente por las construcciones de las noticias y la (des)información que circula por las redes. El aislamiento nos ha alejado de lo que en la academia se conoce como “consonancia intersubjetiva”, es decir, la posibilidad de contraponer lo que vemos en las pantallas con el acontecer circundante. Los medios se tornan así mucho más poderosos de lo que querríamos admitir, porque nos proponen una “verdad” casi incontrastable. Por eso, como audiencias en tiempos de crisis sanitaria debemos, para evitar estados de pánico moral, exigir el acceso a información de calidad que constituye, además de un insumo básico para la toma de decisiones, un derecho humano que fortalece el ejercicio ciudadano.

*Conicet/Idae-Unsam.
**Conicet/Uncuyo.