Vacaciones de invierno 2022: 5 alternativas imperdibles para pasear por Buenos Aires
Tras un par de inviernos atravesados por el covid, la ciudad –tanto desde el ámbito público como privado– propone actividades para conocer espacios novedosos y también históricos, desde hace unas semanas sin la obligatoriedad del uso del barbijo. En Córdoba, el receso invernal comienza el 11 de julio, y en CABA, el 18.
Recorridos y paradas. Primera: Bus turístico. Segunda: Palacio Barolo. Tercera: Mercado de los Carruajes (foto). Cuarta: Colón Fábrica y Proa. Quinta: Patio de los Lecheros. |
Cedoc Perfil
Ya sea por un trámite, un vuelo en conexión con demoras o la intención específica de visitar la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es posible hacer turismo para conocer otros espacios a los habituales. La cartelera de espectáculos y cultura es amplia, tanto para grandes como para las infancias. Por fuera de esa oferta (que se encuentra recopilada en el sitio buenosaires.gob.ar/cultura), CABA tiene pequeñas joyas enclavadas en sus barrios más tradicionales y también en pleno centro. Reliquias del pasado y también espacios remozados que invitan al visitante a mirar Buenos Aires desde otras perspectivas.
El bus turístico del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (línea amarilla), que funciona hace ya unos años, se sumó la empresa Gray Line (línea roja). Así, con el sistema hop on/hop off, que genuinamente funciona con una frecuencia de entre media hora y 40 minutos, se evitan las bajas temperaturas, el uso del transporte público y, de contar con poco tiempo, la visita se orienta por los puntos de interés más característicos.
La recomendación es sacar el ticket de 48 horas para poder hacer una utilización eficiente de este servicio. Los buses son similares. El amarillo cuenta con más paradas que el Gray Line, pero no difieren en lo esencial: una buena prestación para diseñar un paseo con paradas específicas en los sitios de interés y un seguimiento online del horario en el que llegan los próximos en cada parada.
También está la chance de no bajar, tan solo disfrutar del paseo de un poco más de tres horas y, sobre todo, mirar hacia arriba el esplendor del patrimonio arquitectónico de ciertas zonas de la capital.
Los precios varían según el lugar de residencia, hay descuentos para menores, jubilados, grupos y la tarifa entre el ticket de 24 o 48 horas no es mucho más cara. Un día puede no alcanzar. Se compran en los puestos o previamente en las páginas web oficiales y no hace falta imprimir nada, con el ticket con un código QR en el celular se inicia el servicio en cualquier punto.
Ubicado en Avenida de Mayo al 1370, el Palacio Barolo, edificio de oficinas que el año próximo cumple cien años no solo cuenta con una mitología propia que incluye a Dante Alighieri y la Divina Comedia, sino que habilita –a través de una visita guiada por prácticamente todos los rincones de la monumental obra arquitectónica– el ingreso al mismísimo faro del Bicentenario.
A través de unas escaleras diminutas que dan una vista privilegiada no apta para personas con vértigo, el punto alto del recorrido es un espacio diminuto y vidriado donde se aprecia en 3600 esa zona de la ciudad, a metros del Congreso de la Nación Argentina. Como remate, se aconseja tomar un café en el bar ubicado en el rooftop con una terraza y otras vistas que valen la pena.
3. Comprar, comer y beber: Mercado de los Carruajes
Ubicado en Retiro, a metros del Paseo del Bajo, Puerto Madero y de la terminal de Buquebus, el Mercado de los Carruajes abrió sus puertas el 15 de febrero.
El edificio se construyó a finales del siglo 19 para albergar las caballerizas y los carruajes y luego funcionó como estacionamiento oficial. Ahora, con más de 4.000 m2 y conservando sus características originales, funciona como mercado y también ofrece la posibilidad de comer y beber en el lugar, emulando el estilo del Chelsea Market neoyorquino o el Candem Market londinense.
Dato importante: menos los viernes y sábados que se encuentra abierto hasta la medianoche, el resto de los días cierra a las 22, por lo que se puede continuar el paseo en el polo gastronómico de Puerto Madero.
4. Trastienda, en serio: Colón Fábrica. Cerquita, Proa
En realidad, este edificio emplazado en La Boca no es el sitio de los talleres del Teatro Colón. Estos se encuentran en los subsuelos de la 9 de Julio y en otros espacios de la ciudad. La Fábrica es un depósito que fue adaptado para ofrecer a quienes hagan la visita guiada una muestra que va cambiando de escenografías, trajes, utilería y decenas de elementos de las distintas puestas del teatro. A diferencia de lo que sucede en la mayoría de los museos, permiten tocar prácticamente todo. No apto para aquellos que quieran preservar la magia de la puesta en escena de óperas y ballets emblemáticos.
El Colón Fábrica se ubica en Don Pedro de Mendoza 2163, a metros de Caminito y Proa, donde hasta el 31 de julio se exhibe la muestra que agrupa registros fotográficos y diseños de Christo y Jeanne-Claude, cuyas intervenciones en espacios públicos a gran escala marcaron un hito en las prácticas artísticas de la segunda mitad del siglo pasado. El recorrido por la retrospectiva de la obra debe completarse con un café o almuerzo en el Café Proa ubicado en la terraza. Se recomienda reservar. Y, por supuesto, visitar la biblioteca/ librería que cuenta con un catálogo excepcional.
Los tickets para el Colón Fábrica se pueden adquirir con anticipación en teatrocolon.org.ar/es/colon-fabrica
Las reservas para el Café de Proa se realizan por WhatsApp en +54 9 11 4178-5262
5. Gastronomía para todos los gustos: Patio de los Lecheros
En las inmediaciones de las vías del tren, al 175 de la Avenida Donato Álvarez, en pleno centro de Caballito, un pintoresco espacio semiabierto ofrece una propuesta gastronómica variadísima –desde panchos a comida griega– para quienes, tal vez, vayan a la calle Avellaneda a hacer compras en la famosa zona de outlets.
Cierra a la 1 de la mañana, por lo que también es una buena propuesta para finalizar la jornada con cocktails o cena.
En el edificio solía funcionar la estación de tren a la que llegaban los vagones lecheros desde zonas tamberas y en 2016 el predio fue puesto en valor y refuncionalizado.
