En las elecciones legislativas, La Libertad Avanza se impuso con el 42,35% y logró 5 bancas, mientras que Provincias Unidas, encabezada por Juan Schiaretti, obtuvo 28,32% y 3 bancas. Defendamos Córdoba, liderada por Natalia de la Sota, alcanzó 8,75% de los votos.
Cristian Buttié, director de la consultora CB, desglosó en diálogo con Radio con Vos las claves del último resultado electoral y aseguró que el punto de inflexión fue la elección provincial de Buenos Aires. Según el analista, esa diferencia de 14 puntos "despertó el antikirchnerismo que estaba dormido".
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“El mal mayor de esos votantes era que se caía este gobierno y volvía el kirchnerismo; su mal menor, seguir acompañando este gobierno que hace dos años está gobernando. Todos esos indicadores nos empujaban a entender que en La Libertad Avanza había una tendencia bastante clara a nivel nacional”, explicó Buttié.
Para el consultor, el gobierno recibió una “bala de plata” de un segmento importante de la sociedad que volvió a darle confianza, no por “enamoramiento”, sino “por espanto y por el recuerdo fresco del gobierno anterior”.
El “voto miedo” y los factores técnicos
Buttié señaló que, además del despertar del voto “anti-K”, hubo otros factores que explican el giro en la provincia de Buenos Aires. Uno fue la ausencia del aparato de los intendentes, que en la elección local traccionaron la boleta de Fuerza Patria.
“Fueron 200.000 votos extranjeros. Supongamos que el 75% votó a Fuerza Patria. Estamos hablando de aproximadamente dos puntos”, detalló. “A eso se sumó la atomización del peronismo en el interior, porque estaba dividido en Jujuy, en Chubut, en San Luis… En Córdoba, Fuerza Patria también perdió votos por la candidatura de Natalia de la Sota”, agregó.
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Un “Boca-River” que extinguió a Schiaretti
El director de CB remarcó que “la elección, al nacionalizarse, deja extintas a las terceras fuerzas”. “Es un Boca-River: nadie habla de Lanús o Banfield; es Boca o River”, graficó.
Esa polarización, según el analista, se vio claramente en el interior del país y afectó directamente a las opciones locales, como la de Juan Schiaretti en Córdoba. “Roca ganó con amplia diferencia sobre Schiaretti, y fue sorpresivo porque el candidato de Milei llegaba con un 80% de desconocimiento”, explicó.
“Pero la polarización creció fuertemente con la elección en la provincia de Buenos Aires. Era a favor o en contra de Milei. Y en ese sentido, la gente buscaba los originales: a favor, los candidatos de Milei; en contra, los más antimileístas. Todo lo que quedaba fuera de eso quedaba raquítico”, analizó.
“Cada elección es un traje a medida”
Reflexionó también sobre el comportamiento del electorado: “Son muchos factores los que nos empujan a entender que cada elección es un traje a medida y que cada una deja un antecedente disociado de la siguiente. Por eso, está bien tener en cuenta los antecedentes, pero hay que analizar cómo está votando el elector exclusivamente en esa elección”.
Finalmente, se refirió al futuro del peronismo y a la consolidación de un electorado antiperonista. “La Argentina se divide más o menos en tercios. Un tercio de centroizquierda que su único objetivo es que no gobierne la derecha; un tercio de derecha antiperonista que vota cualquier gobierno con tal de que no gobierne el peronismo; y un tercio pragmático, que decide según la economía y el desempeño del Ejecutivo”, explicó.