El gobernador Martín Llaryora recorrió el nuevo asfalto de la avenida Padre Luchesse junto al intendente de Villa Allende, Pablo Cornet. Justo el día después de una jornada electoral que dejó un sabor agridulce. Por otro lado, los técnicos de Caminos de las Sierras señalaban detalles de la obra. No hacía falta demasiado discurso: desde el comienzo de su gestión apostó por el pavimento, sabe que es un plazo fijo para los vecinos y futuro votantes.
El segundo tramo de la duplicación de la calzada, habilitado este martes, suma 1,6 kilómetros entre las rotondas de las urbanizaciones San Isidro y La Morada. Se integra a los dos kilómetros ya finalizados, que conectan la Autovía Córdoba–Río Ceballos con el retorno de acceso a barrio San Isidro.
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Llaryora destacó que se trata de “un compromiso asumido con los vecinos” y subrayó el impacto en la circulación entre Córdoba y el corredor de Sierras Chicas.
La obra incluyó la duplicación de la calzada existente, la construcción de un cantero central elevado, obras de drenaje, señalización horizontal y vertical, y defensas metálicas. También se instalaron 39 columnas de alumbrado público y 78 luminarias LED, que ahora iluminan un trayecto antes marcado por la oscuridad y el tránsito apretado.
Cornet valoró el avance y recordó que Villa Allende y su entorno crecieron más del 30% en los últimos años, según el último censo. “Esta avenida se usa en todo el corredor, tiene muchísimo tránsito, y con esta obra se mejora la calidad de vida de quienes vivimos en la zona”, sostuvo el intendente.
Julio Bañuelos, presidente de Caminos de las Sierras, agregó que “la conectividad tiene que ver con la vida diaria de los vecinos, con la producción, el turismo y, en definitiva, con el desarrollo económico y social”.
La imagen del gobernador caminando junto al intendente sobre el asfalto recién habilitado resume una línea de gestión que Llaryora intenta consolidar: obras visibles, de impacto territorial, en zonas donde la expansión urbana va más rápido que la infraestructura.
Cada kilómetro pavimentado se convierte, en esa lógica, en una señal política: la del Estado que acompaña el crecimiento, pero también la del dirigente que busca dejar huella en el mapa físico de la provincia.
La obra completa de la avenida Padre Luchesse se extiende por 5,4 kilómetros, entre la Autovía Córdoba–Río Ceballos y la intersección con avenida Argentina. El proyecto incluye además el ensanche de la calzada oeste de la Ruta E-53, en sentido hacia Córdoba, con el fin de reducir la congestión vehicular en el acceso a la capital.
Donde antes había polvo y demoras, hoy hay una vía doble, luminosa y ordenada. Una postal simple, pero efectiva, de la política del cemento que Llaryora sigue defendiendo como símbolo de gestión.