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Perder en casa: Cómo les fue a los intendentes que integraron las listas en estas elecciones legislativas

El triunfo de Gonzalo Roca en Córdoba reconfiguró el tablero político y dejó a varios intendentes sin el respaldo de sus vecinos. La marea violeta marcó el inicio de una nueva etapa en la política provincial.

Intendentes - Córdoba
Emiliano Paredes, Carolina Basualdo y Francisco Iser | Perfil Cedoc

A casi un día del triunfo de Gonzalo Roca con La Libertad Avanza, Córdoba todavía se mira en el espejo de las urnas tratando de entender qué reflejo le devolvió la noche del domingo. No fue una simple elección: fue una especie de temblor político que, con epicentro libertario, movió el suelo bajo los pies de los viejos partidos y dejó a la provincia sumida en un murmullo de análisis, sorpresas y silencios incómodos.

Porque si bien el arrasador desempeño del partido violeta a nivel nacional sorprendió, lo que ocurrió en Córdoba tomó a muchos más desprevenidos. Hasta hace pocos días, las encuestas y los comentarios de pasillo apostaban a que Provincias Unidas, el espacio del exgobernador Juan Schiaretti, sería el gran protagonista. Sin embargo, el electorado cordobés —tan dado a la independencia y a las rebeldías— decidió escribir otro guion. La ola violeta entró por el oeste, cruzó el río Suquía y se extendió como un viento que no pidió permiso.

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Hace un tiempo, en Perfil CÓRDOBA, habíamos detallado cómo se habían conformado las listas de los distintos partidos que buscaban renovar las nueve bancas de diputados nacionales. Entre los nombres, destacaban varios intendentes y exintendentes: dirigentes que, desde sus territorios, querían dar el salto al Congreso. La pregunta que hoy flota entre los votantes es inevitable: ¿cómo les fue a esos candidatos en sus propias casas? ¿Les devolvieron sus vecinos la confianza que pedían o los dejaron solos frente a la marea?

Cómo les fue a los intendentes candidatos en sus propias casas

La historia de Carolina Basualdo, intendenta de Despeñaderos y segunda en la lista de Provincias Unidas, parece ser una excepción en medio del naufragio. En su ciudad, logró resistir. Con el 46,7% de los votos, su partido se impuso sobre La Libertad Avanza, que sí dominó el resto del departamento Santa María. De las veinte mesas habilitadas en la localidad, unas 4.800 personas acudieron a votar, alcanzando una participación del 73%. Allí, entre vecinos que la conocen por nombre y apellido, Basualdo logró conservar su bastión.

POLÍTICA

Muy distinta fue la suerte de Emiliano Paredes, intendente de Tanti y noveno en la lista de Schiaretti. En su localidad, la ola violeta fue implacable: La Libertad Avanza se quedó con el 37,8% de los votos y lo relegó al segundo lugar. En el departamento Punilla, el resultado fue aún más contundente: el 42% se inclinó por Roca y su equipo.

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En Villa María, el apellido Acastello tampoco fue suficiente. Verónica Navarro, esposa del actual intendente y sexta candidata de Provincias Unidas, no consiguió trasladar al plano nacional el peso político de su marido. La lista naranja apenas logró el 23% de los votos, frente al 42,5% que obtuvo La Libertad Avanza. En el departamento General San Martín, la escena fue parecida: una fuerza desgastada, un electorado disperso y una nueva corriente que se instaló sin pedir permiso.

REDES

Más al sur, en Canals, el intendente Edgar Bruno intentó abrirse camino con el Partido País. No ganó, pero consiguió un mérito inesperado: desbancar a Provincias Unidas del segundo puesto. Con un 32,7% de los votos frente al 39,5% del espacio libertario, su lista se ubicó en el medio del podio, con una participación moderada del 60%. Fue una de las pocas localidades donde el voto se dividió de manera menos polarizada, aunque el impulso violeta volvió a imponerse.

En General Roca, el jefe comunal Francisco Iser, del PRO, vivió su propia derrota amarga. La lista que integraba como número tres, encabezada por Oscar Agost Carreño, apenas consiguió el 8,9% de los votos en su municipio. Allí, la sorpresa fue doble: ganó Provincias Unidas con el 38,2%, seguida de cerca por La Libertad Avanza (32,7%), mientras que el macrismo quedó relegado al margen de la conversación. Con una participación cercana al 70%, el resultado reflejó un electorado activo, pero también decidido a girar la página del pasado.

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El sur provincial tampoco trajo alivio para el schiarettismo. En Río Cuarto, pese a la continuidad del oficialismo local con Guillermo de Rivas, el exintendente Juan Manuel Llamosas, que integraba la lista de Provincias Unidas como séptimo, no logró revertir la tendencia. La Libertad Avanza obtuvo el 46,6% de los votos, sellando la derrota del espacio cordobesista también en el Imperio del Sur. Algo similar sucedió en San Francisco, donde Ignacio García Aresca, exintendente y actual diputado que buscaba renovar su banca, vio cómo su territorio se teñía de violeta.

POLÍTICOS
Llamosas y Schiaretti.

¿Y a Roca?

Y como si el destino disfrutara de las ironías, ni siquiera el propio Gonzalo Roca consiguió ganar en su casa. En San Javier, el dirigente libertario perdió frente a Provincias Unidas, que obtuvo el 43,9% contra el 26% de su espacio. Sin embargo, a nivel departamental, la historia se revirtió: La Libertad Avanza se impuso con el 33,4%, apenas por encima del 33,09% del schiarettismo. Fue, en cierto modo, una postal del fenómeno: un triunfo amplio, pero con pequeños contrapuntos locales que humanizan la épica del resultado.

POLÍTICA

Así quedó dibujado el nuevo mapa cordobés: irregular, cambiante, cargado de señales que aún nadie termina de descifrar. Los intendentes, acostumbrados a la cercanía y al voto de confianza de sus vecinos, descubrieron que esta vez el territorio no fue refugio, sino campo de prueba.