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CóRDOBA
NUEVO GOBERNADOR

Vienen por todo

Columna de opinión del legislador por Encuentro Vecinal Rodrigo Agrelo

Martín Llaryora con el bastón y banda presidencial
Martín Llaryora con el bastón y banda presidencial | Perfil Cedoc

El vaciamiento del Tribunal de Cuentas fue la primera señal visible. Entre gallos y medianoche el peronismo de Córdoba aprovechó el último cartucho de la mayoría parlamentaria perdida y derogó en la Legislatura importantes facultades de control imprescindibles en el sistema republicano. Se trataba solo del prólogo de lo que vendrá.

No habían pasado quince días de aquello, que el poder instituido redobló la apuesta. Apelando a todo, incluso al kirchnerismo tan denostado por ellos, juntó una precaria mayoría legislativa que no le pertenece y reclamó para sí la presidencia provisoria de la Unicameral. Juntos por el Cambio, la fuerza que ganó las elecciones legislativas del 25 de junio pasado, cuando Llaryora fue electo gobernador, por razones insondables no ofreció mayor resistencia y terminó conformándose con un par de vicepresidencias. Una de ellas, según lo usos y costumbres del cuerpo, le correspondía a Encuentro Vecinal. No les importó. Se la quedaron.  

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Encuentro Vecinal intentó torcer la maniobra proponiendo que un hombre de Juntos por el Cambio, ganador de las elecciones legislativas pasadas, ocupara la presidencia del cuerpo. Juntos por el Cambio y el peronismo de Córdoba se unieron para rechazarlo. Créase o no.

Cuesta entender cómo, después de haber sufrido la neutralización de su mayoría en el Tribunal de Cuentas ganada legítimamente en las urnas, la primera fuerza de oposición no haya resistido aunque sea un rato en el recinto de la Legislatura durante la última sesión.

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Conclusión: ahora el peronismo de Córdoba tiene la Gobernación, la presidencia de la Legislatura que nunca ganó en las urnas y un Tribunal de Cuentas vaciado de facultades que estará en manos de la oposición. Si algún juez no revierte la ley que reformó sus atribuciones es posible que ese cuerpo se transforme apenas en un cascarón vacío.

El peronismo de Córdoba viene por todo. Quiere ejercer el oficialismo y, además, la oposición. Y hay que estar atentos: también irá por la justicia. Es solo cuestión de tiempo.

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El periodismo libre debe poner las barbas en remojo: el uso de la pauta publicitaria del Estado provincial en tiempos de vacas flacas será un arma invisible que blandirán contra él.

La estrategia es engañosa, porque usan los modos del PRO, pero el método es kirchnerista.