Cristina Kirchner no quiere volver a su departamento del quinto piso de la calle Uruguay 1306, en Buenos Aires. No solo denuncia que en las 13 horas que duró el allanamiento hayan podido plantar micrófonos y cámaras para espiarla, sino que también teme por su seguridad física.
“Ahora saben cómo son los ingresos, dónde duerme, a qué distancia está la cama de la ventana, nosotros tenemos serias dudas de lo que se hizo en el departamento durante tantas horas”, detallaron en el entorno de la ex presidenta. Denuncian incluso que con esta información, la senadora de Unidad Ciudadana pueda sufrir un atentado.
La defensa de Cristina denuncia la ilegalidad del allanamiento del departamento de Recoleta desde el momento en que se le prohibió el ingreso al abogado Carlos Berardi. “No sabemos qué pasó allí. Cómo no vamos a sospechar de que se haya vulnerado su intimidad y plantado todo tipo de dispositivo para espiarla”, insisten. Este departamento fue comprado en diciembre de 1999 por Néstor Kirchner y fue nombrado en distintas oportunidades por Oscar Centeno, ex chofer de Roberto Baratta, en los cuadernos en los que detalló el traslado de dinero que provendrían de coimas por la obra pública.
Tras los allanamientos, Bonadio ya se encamina a procesar a Cristina
Cerca de la ex mandataria hasta se evaluó hacer un barrido electrónico para detectar aparatos de captación de información, sistemas de escuchas, cámaras y pinchazos telefónicos. “Tenemos un primer inconveniente y es que para hacer estos barridos necesitás tecnología que solo tiene el Estado y las fuerzas de seguridad. Además, hacer un barrido no te garantiza nada, porque no sabés si ese barrido detecta la última tecnología que pueden haber utilizado para plantar los sistemas”, detallaron.
“Sabían que no iban a encontrar nada, es imposible probar que en ese departamento haya habido alguna vez un bolso con dinero. Pero si estuvieron 13 horas adentro, es por algo. Nunca nadie recibió bolsos en ese departamento, es todo un disparate”, aseguran en el kirchnerismo, luego de la votación en el Senado en la que por unanimidad se habititaron los allanamientos pedidos por el juez Claudio Bonadio.
Las fotos del allanamiento al departamento de Cristina Kirchner en Recoleta
Cristina pasará los próximos días en la casa de su hija Florencia, en el barrio porteño de Constitución. Por ahora, no tiene pensado regresar al Sur. El jueves, la Justicia allanó su casa de Río Gallegos y ayer ingresaron a su vivienda de El Calafate. En las dos inspecciones, Cristina puso abogados a los que sí los dejaron participar pero denunciaron que en Río Gallegos dos de los testigos que la Policía Federal eligió son militantes activos de Cambiemos.
Sin agenda en el Senado, incluso la ex presidenta visitará a su madre, Ofelia Wilhelm, en La Plata, quien vive junto a su hermana Giselle. En Tolosa, la casa en donde se crió la ex presidenta ahora pasa desapercibida. Las fotos y posters de Cristina en el garaje de entrada aún están, pero el fuerte operativo policial que custodiaba la vivienda durante su gobierno ya no interrumpe la tranquilidad del barrio.
